Capítulo catorce: Planes (Parte I)

737 68 2
                                    

– Micaela Lorena Viciconte, ¿te casarías conmigo? – le preguntó Matt sacando de su bolsillo una cajita aterciopelada que contenía un hermoso anillo.

A Micaela se le llenaron los ojos de lágrimas por la emoción, asintió con efusión y se arrojo a sus brazos para llenarlo de besos.

– Sí, sí, sí – afirmó ella sonriente mientras él le ponía el anillo. – No puedo creerlo, ¿no es un sueño?

– No mi amor – sonrió feliz él que ella haya aceptado su propuesta de matrimonio. – Es real. Sé que estamos yendo un poco rápido, pero sé que sos la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida.

– Ay mi vida, sos perfecto – dijo la rubia dándole un último beso y volviendo a sentarse mientras esperaban en el mozo.

– Tendríamos que ir viendo departamentos para mudarnos juntos – comentó Matt dejando el menú hacia un lado.

– Cierto – concordó su futura esposa. – Mi depa es grande, podes mudarte cuando quieras – le dio su aprobación. – Después vamos viendo, pero por ahora para los dos está bien, ¿qué opinas?

– Si a vos te parece bien me mudo cuanto antes a tu lado mi amor – afirmó Matt besando los nudillos de Micaela.

***

Varios días después...

– ¿Entonces ya entregaste la última planilla? – corroboraba Bruno con su amigo Nacho unos asuntos del trabajo.

– Sí, todo listo – atestiguó el rubio descansando ya que habían terminado todo después de una extensa jornada laboral.

– Bien, podemos respirar y relajarnos de una vez por todas – sentenció el morocho dejando los papeles a un lado y bebiendo unos sorbos de café. – ¿Alguna novedad? – curioseó.

– Podría decirse – comentó no muy seguro Nacho sobre si contarle o no a su amigo lo que se había enterado.

– ¿Es sobre la rubia? – preguntó Bru. – Dale, contame. – le insistió.

– Bruno, no sé cómo vas a tomar esto pero creo que como tu amigo tengo que decírtelo... – Nacho suspiró pesadamente preparándose para revelarle lo que Camila le había comentado. – Micaela y Matías van a casarse.

– ¿Estas bromeando? – escupió el café sorprendido. – No puede ser posible.

Obsesión #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora