Capítulo diecinueve: Negocios

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Bruno cumplió el capricho de Micaela y se fueron de viaje a una isla del Caribe por unos días.

Sol, arena, agua, besos y mimos predominaron en sus minis vacaciones. Cada momento que pasaban juntos descubrían que más y más se gustaban. Micaela se reprendía a si misma por haber perdido tanto tiempo lejos de él, si tan solo le hubiese hecho caso desde un principio a estas alturas ya estarían casados. A ella le gustaba como sonaba en su cabeza: Micaela de Sainz Micheli.


Después de varios días de relax no les quedaba de otra que volver a sus obligaciones en Buenos Aires. Bruno tenía programado hace mucho una cena muy importante con unos inversionistas. Y aunque le había pedido a su prometida que lo acompañara, Mica se sentía muy cansada y con mareos desde que habían llegado.

– ¿Seguro que podes quedarte sola? – le preguntaba por enésima vez Bruno. – Yo no puedo cancelar la cena pero podría llamar a Camila para que venga hacerte compañía.

– Estoy bien gordo – aseguraba ella. –Vos anda tranquilo. Nos vemos mañana. - Se despidieron con un buen beso y él marchó hacia el restaurante donde lo esperaban sus colegas.

Bruno llegó puntual a la reunión de negocios, ya estaban la mayoría ocupando sus asientos y al parecer, charlando de trivialidades y hojeando el menú. Dio una rápida mirada a la mesa en donde tenía que ir y se sorprendió cuando diviso a Nicole Zelaya ahí. Trago en seco y supuso que iba hacer una larga y complicada noche.

Niki, era una de las tantas mujeres con la estuvo. Incluso, fue con la que más veces compartió una cama. Una de sus mejores amantes, nunca podía rechazarla, solo esperaba poder hacerlo esta noche, no quería fallarle a Micaela.

– Buenas Noches Sainz Micheli – dijo Greta, una de sus jefas dándose cuenta que el muchacho había llegado – siempre tan puntual – agregó en forma de halago aunque sonó como una reprimenda. Nicole levantó la vista del menú para sonreírle y señalarle el asiento a su lado, ya que era el único disponible. Ella era una abogada independiente que la multinacional contrataba cada tanto cuando tenían que cerrar un trato importante.

Niki se paso toda la cena tocando a Bruno por debajo de la mesa, provocándolo, sonriéndole, y susurrándole al oído. Él no fue tan inmune a ella como se lo había creído. Y sin dudarlo, ya de ante mano, sabía que cometía el peor error de su vida.


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Hola lectores :)

La historia llega a su fin, solo queda un capítulo para el final de la primer temporada de esta novela. No prometo nada pero posiblemente el fin de semana estaré subiendo el final. 

No se olviden de votar y comentar que les parece. 

Obsesión #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora