Flashbacks & Echoes (Patrick Stump Fan Fic) | PAUSADA

Capítulo 11: Necesitamos un caballero

PATRICK'S P.O.V

Nunca me he considerado una persona religiosa. Me he planteado qué pasa después de la muerte,  si hay algo ahí arriba, si hay un Dios y todas esas cosas. Ahora mismo, estaba en la ambulancia, sujetando la mano de Emma y rezando a lo que quiera que haya para que se pusiese bien.

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Mi madre y yo llevábamos media hora esperando a que el médico nos dijese algo sobre su estado. Durante todo ese tiempo, muchas preguntas revolotearon en mi cabeza.

¿Por qué lo hizo? ¿Qué quería decir con eso del frío? ¿Por qué me llamó a mí y no a cualquier otra persona? ¿Estará bien? ¿Habrá sido demasiado tarde?

Mi cabeza estaba a punto de explotar con tanta pregunta. Por suerte, el médico vino justo a tiempo para liberarse de alguna de mis dudas.

— ¿Qué tal está? ¿Está bien? — me levanté de la silla nada más verle.

— Sí, está bien. Afortunadamente, llegamos a tiempo para poder hacerle un lavado de estómago. — mi madre y yo suspiramos aliviados.

— ¿Podemos ir a verla? — le pregunté al doctor.

— Sí, podéis verla. — me dedicó una pequeña sonrisa. — Por cierto, señora Stump, me gustaría hablar con usted.

— Claro. — asintió con la cabeza. — Patrick, ve tú a verla, ahora entro yo. — me dijo.

Asentí ligeramente con la cabeza y pasé a la habitación de Emma, no sin antes llamar.

— Hola. — sonreí nada más verla.

Ella me miró y en seguida apartó la vista de mí.

Me senté en la silla que había al lado de la camilla en la que ella estaba tumbada.

— ¿Qué tal te encuentras? — seguía sin mirarme.

Nos quedamos varios minutos en silencio. Seguí dándole vueltas a eso de lo del frío que mencionó cuando me llamó mientras que esperaba la respuesta de la pregunta que le había formulado antes. A primera vista, no tenía mucho sentido. Es decir, ¿qué tiene que ver que haga frío con que se haya tomado un bote de pastillas?

¿Y si con frío se refiere a algo diferente de "temperatura baja"?  Piensa, Stump.

De repente, caí. El frío eran sus pensamientos negativos. Me di una palmada en la frente mental, mientras me regañaba a mi mismo por ser tan tonto de no haberme dado cuenta antes.

— Emma, si alguna vez vuelves a tener frío, me encantaría ser tu abrigo. — nada más decirlo, pensé que sonaba muy raro en voz alta. Quedaba mejor en mi cabeza. — Quiero decir que si alguna vez necesitas ayuda, me encantaría ayudarte. — intenté aclarar nervioso.

Ella me miró, y al segundo, estaba abrazada a mí mientras lloraba.

— Lo siento mucho, Patrick. — dijo entre sollozos.

Nos quedamos abrazados unos minutos más, hasta que mi madre llamó a la puerta. Emma se separó de mí, se secó un par de lágrimas con las manos y mi cogió de la mano. Parecía asustada.