Casi tres semanas después puedo decir que estoy mejor con respecto al tema de mi hermano, ahora casi todas las noches antes de dormir leo una o dos páginas de su cuaderno donde cuenta como fue para él irse de casa y tener que vivir solo. Rose me regaló una pequeña cadena dorada donde colgué la llave que ahora pende de mi cuello todo el tiempo, el problema es que ahora que deje de lamentar su muerte –De la cual aún no estoy del todo convencida-, no puedo dejar de preguntarme ¿Cuándo paso? ¿Cómo paso? ¿Por qué? ¿Hay algún responsable? Cada vez que formulaba esa pregunta se formaba un nudo en mi estómago. Los chicos fueron las personas más comprensivas y amables que pude haber conocido, en todo momento intentaban hacer que me sintiera mejor.
Durante el transcurso de los días me di cuenta de lo poco que conocía a los chicos y con razón, solo los había visto por primera vez unas semanas atrás y parecía que nos conociéramos de toda la vida a pesar de nuestros escasos conocimientos los unos de los otros, por cierto, Cristopher empezó a estar con nosotros desde el día del incidente en El Pueblo y la verdad creo que Austin más que ninguno agradece tener un amigo varón.
Creo que mis clases favoritas son Botánica –Algo obvio-, Simbología y las clases de descubrimiento de poderes. Las clases del profesor Graham eran además de interesantes bastante entretenidas. Después de todo descubrimos que si es posible que sea inmortal pero a través de un extra, al principio no entendía muy bien el concepto pero después los chicos dejaron bastante claro su significado, recuerdo esa conversación con bastante amargura, creo que fue el día que descubrí lo poco que nos conocíamos entre nosotros.
—Entonces ¿Qué sabemos de la inmortalidad? ¿Es posible? — Había preguntado Clarisse un día mientras desayunábamos en la sala que estaba totalmente reconstruida a excepción de un gran agujero justo al lado de nuestra mesa.
Al principio fue el centro de las bromas entre nosotros debido a que lucía como un asiento extra en la mesa, Cristopher lo llamó su trono, cuando los días pasaron dejamos de bromear pero Cristopher siguió sentándose allí, llegue a la conclusión que le gustan los puestos inusuales pues en el salón de poderes siguió sentándose como el primer día en la zona donde la mayoría colocaba sus mochilas.
—Bueno, en parte es posible pero es a través de un hechizo extra — había respondido Austin enfatizando la palabra extra, los cuatro se alteraron un poco al escuchar eso, en cambio quede verdaderamente confundida por sus reacción.
— ¿Qué es un hechizo extra? — Pregunté imitando su enfatización, Austin dudo al responderme por lo que Cristopher lo explicó.
—Es como un piercing — Lo mire levantando una ceja, no parecía muy convencido de su definición —. Es decir, si alguien quiere agregarse alguna habilidad o complemento utiliza un hechizo extra.
— ¿Qué clase de habilidades o complementos? — pregunte confundida.
—Cosas como alas de ángel, cuernos de todo tipo, poderes extra — todos parecían incomodos con la conversación.
— ¿Son ilegales o algo así que parecen tan asustados? — Cristopher soltó un largo suspiro.
—No, no lo son pero son muy peligrosos y las personas que lo hacen no son personas de fiar y algunas personas que los usan tampoco, si no se hacen correctamente podrían causar la muerte.
— ¿Y dónde se supone que los hacen? — No parecían muy contentos con mi curiosidad —. Es mi última pregunta lo juro.
—En El Pueblo — Respondió Austin por primera vez durante toda la conversación.
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Streethigh: El medallón maldito.
FantasyPara muchos la vida en el campo puede llegar a ser monótona y aburrida, para Leila es el mejor estilo de vida que hay, aunque ese pensamiento se basa principalmente en el hecho de que es el único estilo de vida que conoce. Al descubrir el secre...