CAPÍTULO VI

662 90 5
                                    

   Tenía algo de razón, de ser el caso de que alguien pudiera explotar todas esas capacidades que estábamos limitados a poder ver, sentir y tocar. Le encontraríamos una respuesta a esa pequeña incógnita. Las miradas de todos penetraban mi cuerpo, sintiendome algo incómoda mientras se disponían a murmurar, la verdad es que era interesante poder debatir sobre estos temas con alguien que pudiera hacer hincapié de la misma manera, la clase continuaba por un largo rato. Al terminar, todos salieron como ratones disparados, me levanté para salir pero el profesor llamó mi atención.

—¿Qué necesita profesor?

—Me hace un poco de ruido el que me hayas preguntado por algo que no venía al tema de la clase, ¿por qué tanto interés?

—La verdad es que a veces nos preguntamos cosas que no tienen respuesta, y solamente nos encanta estancar nuestro tiempo allí.

—Destiny, puedes confiar en mí.

   Confianza, tal vez eso era lo que necesitaba, qué podría pasar al comentarle a mi profesor todas las cosas que había experimentado, al no tener un psicólogo tenía que desahogarlo con alguien... tomé una gran bocanada de aire para contarle todo lo que había pasado. Comenzando con toda la historia, por lo que había sucedido en las canchas del gimnasio, y todas esas anécdotas hasta culminar con la de hoy, el profesor se limitaba a asentir cada vez que hablaba.

—No creo que estés entrando en la demencia como dices, ¿sabías que en esta ciudad hace años el gobierno estuvo involucrado en unas investigaciones un tanto "clandestinas"? según lo que he estudiado toda mi vida y que aún no estoy seguro de que sea cierto es que alrededor de los años cincuenta un grupo secreto del gobierno estaba haciendo experimentos con chicos jóvenes, en ese entonces la gente rumoreaba que se trataba de una secta satánica, pero iba más allá de todo eso. ¿Sabes qué sucedió al darse cuenta de la balanza entre el éxito y el fracaso? Destrozaron la ciudad entera con una explosión nuclear. Lo más extraño es que no quedó ningún tipo de radiación y la vida volvió como si nada...


   Por supuesto que sabía algo acerca del tema, pero al haber pasado hace muchísimo tiempo, se había perdido en el pasado, nada confirmaba de que haya sido un evento real.

***

   Estaba en el pequeño balcón que se encontraba en mi habitación mientras cepillaba mi cabello, observaba con detenimiento la calle de mi vecindario a través del balcón, logré ver a pesar de que ya estaba oscuro a Blake, sí, al mismísimo chico misterioso de mi curso.

   Pero él no estaba solo, seguía viendo, una mujer de espaldas le hacía compañía, vestía una falda de tubo gris y un blazer del mismo color, o lo que mis ojos lograban ver, la mujer iba en tacones y llevaba la cabellera rojiza en un gran moño, ella le entregaba una carpeta mientras un beso se plantaba en su mejilla, después, se subió en un convertible negro y aceleró, perdiéndose en las calles. Blake dirigió su rostro hasta mi casa tomándome por sorpresa, asomada por el balcón, pegué un pequeño brinco mientras seguía viéndolo, se dió la vuelta y se escabulló entre las sombras. Entré en mi habitación y bajé las escaleras rápidamente para salir de la casa, cuando pisé el lugar en donde estaba Blake me abracé a mi misma por el frío de la noche, miré en todas direcciones, a ver si lo encontraba, pero era caso perdido.

(...)

   Me levanté por unos relámpagos, salté de la cama exaltada y veía a Deborah dormida a mi lado, despertó adormilada con solo una blusa de tirantes morada y unas bragas de rayas de varios colores. Me sonrió, comenzándome a interrogar por Kyle, la noche anterior vino a cenar con nosotras y la verdad, no las habíamos pasado a gusto. Luego mi rutina matutina, me iba a la universidad.

EPIFANÍAS © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora