Kyle se hallaba de pie junto a Deborah en el pequeño recibidor de la casa, al notar mi presencia, sonrió. Estaba a unos pasos de abrazarlo cuando, su sonrisa se borró de repente, volteé para ver la razón del cambio radical de su humor; Blake bajaba relajadamente las escaleras. La palma de mi mano se estampó contra mi frente ya de solo pensar lo que se imaginaba.
—Oye amigo, no vuelvas a interrumpirme cuando duermo, estaba tan cómodo allá arriba —soltando un leve suspiro, dijo Blake a Kyle, buscaba enojarlo.
—¿Tú quién te crees? —de inmediato noté su fuerte repudio, Kyle seguía viéndolo con fuerte rechazo, a la vez que Blake solo denotaba una mirada vacilante.
—¿Por qué no nos vamos a desayunar? Sirve de que dejen de odiarse.... aún no entiendo su razón —ambos centraron su mirada en mí—, de igual manera me voy con o sin ustedes.
Me devolvía a mi habitación, saqué mi celular de la mochila viendo que todavía le quedaba carga, y algo de efectivo. Entré al baño para cepillarme los dientes y darme una ducha rápida, al salir, opté por usar algo sencillo; jeans claros, converse y una sudadera, peiné mi largo cabello llevándolo de lado para cubrirlo con un gorro de lana. Guardé mi celular y el efectivo en uno de los bolsillos de mi pantalón, salí de mi habitación bajando rapidamente las escaleras, encontrándome a ambos, que me esperaban sentados en el sofá.
El viento chocaba contra mi rostro, ninguno soltaba una palabra aunque yo me encontrara en el centro. Nos dirigíamos a una cafetería que quedaba a menos de cuatro cuadras, una vez dentro, ubicamos una mesa donde pudieramos tener acceso al aire libre, amaba sentarme en donde hubiera un jardín. Una mesonera se dirigía hacia nosotros, llevaba puesto un vestido caqui que le llegaba más arriba de las rodillas, con un pequeño delantal, sus cabellos estaban recogidos en una alta cola de caballo. Era una rubia muy guapa, al estar consciente de su belleza, noté como se desabotonaba un botón disimuladamente, mostrando el escote de su vestido en lo que iba dando pasos lentos a nuestra mesa.
—Sean bienvenidos, ¿qué podemos ofrecerle en esta hermosa mañana? —no paraba de mostrar sus dientes blancos, parecía ser una mujer bastante risueña, pero no tan disimulada, puesto que quería atraer la atención de los varones.
—Un mocaccino sin azúcar —la mujer lo anota preguntándome que con qué lo acompañaría—. Para acompañar, un donut de chocolate glaseado.
Posó su mirada en Kyle, que solo se limitó en pedir un café con canela y panecillos de mantequilla.
—Preciosa, para mí una malteada de fresa —dijo Blake al momento en que la mesera apoyó su vista en él.
—Lindo, no es necesario que me lo digas, la malteada de fresa se ha convertido en una tradición cada vez que vienes a visitarme —por último solo asintió, dándose la vuelta y atravesando unas puertas rojas al final. Como se referían el uno al otro, me daba la impresión de que ya se conocían. No me sorprendía el coqueteo que era más que evidente.
En ese momento, regresó la mesera con la bandeja en manos entregándonos nuestros pedidos, sin decir alguna palabra, nos disponíamos a comer y a intercambiar algunas ideas sin importancia, conversando sobre la mudanza de Kyle, ignorando el hecho de que Blake estaba con nosotros.
Cuando terminamos de comer Kyle se ofreció en invitar el desayuno yéndose a pagar, a mi lado se encontraba Blake, que al darse cuenta de la ausencia del otro, dió la vuelta observándome cautelosamente.
—Si te has dado cuenta que le gustas, ¿no?
—Llevas de conocerme pocos días y ya crees saber cosas sobre mí.
—Sé que eres una chica inteligente, tímida y muy guapa, cabe admitir.... no eres un objeto pero, cualquiera mataría por tener en su vida a una mujer como tú. Soy hombre, no le agrado y te quería para él —sentía como una calentura invadía mis mejillas y mis orejas, su tono sincero hizo que me pusiera nerviosa —. Qué lindo, ¿sabías que me gustan las chicas nerviosas?
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EPIFANÍAS ©
Fiksi RemajaEsa chica de largos cabellos castaños, desbordante de vivacidad. Ha triunfado en sus estudios y todos le predicen un brillante futuro. Solo ella sabe que deberá disfrutar de su existencia momento a momento, saboreando cada instante de dicha como si...