Capitulo 1.

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-Dime que no es cierto.-Una hannah muy borracha desde el otro banquillo me hablaba.-¿Por cuanto tiempo?.

-Te lo he dicho diez veces Han.-Pongo los ojos en blanco y le saco la copa de las manos.-Ya vámonos a casa.

Estaba agotada, estuvimos toda la tarde entre limpieza y arreglos de la casa, no se como terminamos aqui. Siempre es mala idea mi mejor amiga, yo y un bar.

-No!-Su grito me hace saltar del banquillo y la miro.

-Lo siento, yo si me voy.-Le doy un beso en la mejilla, dejo dinero en la barra y salgo a la noche fría.

Desde la noche en que mi padre me ha dejado en claro que tendremos visitas no dejó de pensar en quienes serán.

Por favor si son niños me niego rotundamente a dejarlos entrar.

"-No te molestara, tu tienes habitación." me habría dicho esa noche.

-Oriana, pensabas dejarme sola y borracha en un bar?.-Dice la voz de Han detrás de mi.

-Ya sabes cuanto odio que me digas así.-Le lanzo una mirada de odio y me subo al auto.-Subirás o no?.

Recorriendo la parte delantera del coche se apresura a subir

-Puedo quedarme contigo hoy?.-La miro y me hace ojitos.

-Ni siquiera debes preguntar.

-Lo se, pero por si algo.

Con Han somos amigas de toda la vida, nuestros padres se conocieron en vacaciones de verano cuando teníamos apenas 3 años, desde ahí cuenta mi padre que somos inseparables.

Tenemos muchas cosas en común: La principal y mas triste es que ninguna tiene a su madre, mi padre jamás me habla de ella, creo que le ha hecho demasiado daño. No tenia ningún recuerdo de ella en mi mente, aun que quisiera no podía.

La madre de Han se fue cuando ella tenia 13 años, nunca supimos los motivos, nuestros padres creían que no teníamos edad suficiente para entenderlo, y ahora mayores, siguen creyéndolo, entendemos, no solo fue muy duro para nosotras, el padre de Han también había perdido a alguien. De todas formas fue muy malo para ambas, ya que yo la quería como una madre.

-Presta atención a la carretera, ya pasaste tu casa.

-Lo siento, creo que tome un poco de mas.-Gire en la misma calle y volví por la misma carretera de camino a casa.

La veo agarrar una llave de su bolso y colocarla en mi puerta.

-Por que tienes llave de mi casa?.-Frunzo mis cejas y la miro.

-Bueno.. Ya sabes, somos como hermanas.-Sonríe nerviosa, a lo cual solo respondí encogiendo mis hombros.

Sigue siendo extraño, pero tenia su razón.


La mañana siguiente fue agotadora, los preparativos para la visita de mi padre fueron mas de lo que pensaba. Cajas iban y venían de acá para allá, mi padre andaba de los nervios.

-¿Quien viene? ¿La reina de Inglaterra?.-Le gruñí mientras levantaba los platos del desayuno.

-Viene un amigo de hace algunos años.

Otro de esos canosos en mi casa, ¡Iupi!

Escuche la risa de Han desde el otro lado de la cocina y la miro.

"Se lo que piensas" Leí en sus labios.

Negué con la cabeza tratando de no reír.

-Tengo ojos en la espalda.

-Eso es muy imposible.-Le responde mi amiga a mi padre.

-Coincido con ella..

-Las tengo en la mira.-Señala sus ojos y luego a nosotras.-Pónganse traje de baño que nos vamos a la playa.

-Pero y la visita?.-Digo frunciendo mis cejas.

-Nos espera allá.

El cuerpo de Han dentro de un bikini es de infarto, sus curvas daban envidia, en cambio las mías eran normales supongo.

-Ya pero si a nadie le gustan tus pocas curvas, no importa.-Le dirijo esas palabras a la criatura que se encuentra en el espejo.

Nos habíamos puesto dos conjuntos que iban a juego, mi bikini era celeste con nubes blancas y la de Han era celeste pero con estrellas blancas.

Era ridículo, lo sabíamos, pero las amamos.

-Eres hermosa por dios.-Han me abraza desde atrás y me examina en el espejo.-Tienes un abdomen increíble y trabajado, ni siquiera tienes celulitis amiga.

Puedo notar como mis mejillas se tornan de un color rojo y prosigo a terminar mi outfit.

Ni siquiera puedo acostumbrarme a los elogios de mi amiga.

-Nos vamos pequeñas?.-La voz de mi padre llega a mis oídos desde el otro lado de la puerta.

-Quiero conocer chicos lindos y bronceados!-Exclama Han feliz.

-El sueño de todas.-Pongo los ojos en blanco y cuando abro la puerta mi padre nos espera con una hermosa cara de poker.

-Escucho todo por si les interesa.-Tira su cabello hacia atrás dejando ver sus verdes ojos llenos de cansancio.-Ahórrense algunos comentarios.

Han solo negó con la cabeza y aun riéndonos seguimos a mi padre por las escaleras.


El viaje hacia la playa se hizo mas corto de lo común, como todos los viajes con Han la radio se resumió en Justin Bieber y One direction.

Y si, mi padre evidentemente no quería seguir viajando con nosotras en un mismo coche.

-Pasaremos la noche aquí?.-Le pregunto a mi padre bajando del automóvil.

-No, los alquileres han subido muchísimo desde la ultima vez que estuvimos por aquí.-Toma un camino de madera que sobresalía de la arena y giramos hacia el norte de la playa.

Engancho mi brazo con el de Han y seguimos caminando, por lo que parecen ser 15 minutos.

-Ya!.-Digo doblando mi espalda para agarrar mis rodillas.-Dios, no era mas fácil que simplemente ponga sus cosas en la entrada?.

-No exageres, queda poco.-Dice mi padre poniendo los ojos en blanco.

-Es que, toda la playa es la misma.-Me defiende mi amiga.-Hemos caminado por la arena, debajo del sol y..

-Oh! Ahí estas.-Mi padre suelta de sopetón y comienza a dirigirse hacia la orilla del mar.

-Tendremos que seguirlo.

Rojas como tomates por el sol y el cansancio, nos encaminamos detrás de mi padre. 

-Nunca vi una sombrilla negra, será solo para ancianos?.-Le susurro a mi amiga y nos aguantamos las risas.

-No lo se, yo solo necesito meterme al mar.-Finge un sollozo y dejo escapar una carcajada. Dios el sol y el cansancio no van de la mano.

El hombre-anciano se levanta de lo que parecer ser una reposera y abraza a mi padre.

Pero cuando por fin puedo posar mis ojos en aquella persona, no era exactamente lo que mis ojos esperaban ver.

-Maldita sea.-Exclama Han un tanto confundida.-Creí que hablabas de canas y arrugas Oriana.

-Creo que me e pillado.-Ambas nos miramos y llevamos nuestras manos a la boca.

El Amigo De Mi Padre. [EADMP#1] EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora