Capitulo 1.

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El dolor de cabeza era cada vez más insoportable. Era el único recuerdo que tenía de haber estado en una fiesta la noche de ayer, puesto que no recordaba nada de lo ocurrido en el evento.

Me levantó del sofá y con pasos lentos e inseguros, camino hasta la cocina de mi apartamento de soltero. Rebusco en los cajones alguna aspirina y luego la trago, sin agua, pues no recuerdo donde la había colocado.

Me deshago de mi camiseta, la cual está llena de barro y algo más que al final, después de olerla y haberla tirado al cesto de ropa sucia, me doy cuenta que es vómito.

Prendo la ducha, y del grifo comienza a caer agua caliente, la cual relaja mis músculos y me va despertando poco a poco.

(......)

Llego a clase temprano, cosa que me sorprende. Llevo unas gafas oscuras pues tengo una cara de muerto viviente que no puedo con ella.

Me siento en mi pupitre de siempre y espero a que mi mejor amigo llegue, cosa que no tarda en pasar pues Samuel llega corriendo y se sienta a mi lado.

- La fiesta de ayer fue increíble. - susurra cerca de mi oído. - Todos se volvieron locos, yo termine con un chico que no conocía, y lo peor es que la idea me divierte.

Me rio junto a Samuel y bufo de las estupideces que me platica, al menos el si recuerda algo.

El profesor entra, corriendo a dejar su maletín en el escritorio; sacó una tiza y comenzó a escribir en la pizarra.

Algunos alumnos van entrando de a poco, intentando no llamar la atención del profesor; y después de diez compañeros que van con retardo, entra él.

Su cabello negro, su maquillaje pulido puesto sobre sus ojos, su mirada puesta en el piso y sus diminutos músculos presionados bajo la chaqueta de cuero negra que siempre lleva.
Levanta un poco la mirada; aquella mirada fría y que congela los huesos, la pasa por todo el salón, se detiene en un punto, el cual soy yo, y después la vuelve a aguachar, para regresar a caminar hasta llegar a su lugar.

Suelto el aire.

- Joven Bravo, no puede llegar a la hora que quiera - dice el profesor, apuntando aún en la pizarra - Creí que ya lo habíamos hablado.

- Creí que lo habíamos hablado - repite con molestia. Su voz, gruesa y gélida, una voz que toca hasta tu última fibra, congelando tu cuerpo entero. - Le dije que llegaría a la hora que pudiera, agradezca que me tomó el tiempo de venir.

El profesor se tensa bajo su tiza y continúa escribiendo, con las miradas de todos puestas sobre su nuca.

Alejandro es un chico con el que no te puedes andar de broma. Había escuchado que golpeo al mismísimo director solo por que había llamado a sus padres, pero a pesar de ello no lo habían expulsado.

Tenía un aura tan obscura y misteriosa, aura que siempre tuve ganas de tocar, de conocer; y lo intente, pero todo salió mal.

(...)

Cuando la clase termina, guardo mis cosas en la mochila que suelo llevar, la cuelgo sobre mi hombro y me levantó dispuesto a salir con Samuel.

Espero a que el chico termine de recoger sus propias cosas cuando alguien toca mi hombro. Siento un calor frío recorrer mi espina dorsal, como si quemara pero congelara a la vez.

Volteo mi mirada lentamente y abro la boca cuando veo a la persona dueña de esa mano.
Es más pequeña que yo, pero claramente es más intimidante.

Sin quitar su mano de mi hombro, le ordena a mi amigo que nos deje solos; Samuel me mira, disculpándose y sale corriendo del aula.

- ¿Q-Qué puedo hacer por ti? - pregunto, intentando no tartamudear.

is he pregnant? ➳ Staxxby.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora