El sotano

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Entramos en la casa, fuimos al cuarto de Elizabeth y abrimos la puerta del sótano. El aroma que salió de aquel lugar fue repugnante, no podía imaginar qué clase de cosas hacia ese hombre allí.

- Las damas primero - abogó Nate.

- Nuevamente se hombre y ve primero - afirmé

- Está bien pero si muero quiero que le digas a mama que fue tu culpa - me miró.

- No morirás, y así murieras no me inculparía le diría que resbalaste - afirme

Luego de esto comenzamos a bajar las escaleras, como eran de madera rechinaban al pisarlas. Cuando llegamos al sótano el olor se agudizo, no se veía nada por lo cual tuvimos que alumbrar con los celulares, al hacer esto vimos con claridad el lugar, una escena de terror se hubiera quedado pequeña al lado de ese sótano, parecía una carnicería, había toda clase de implementos de tortura, las paredes estaban llenas de bisturís, minoras, cuchillos, martillos y toda clase de materiales corto punzantes. En las diferentes mesas había bandejas y recipientes metálicos bastante oxidados además de varias camas en madera que tenían correas en cuero las cuales asumo mantenían a la persona sujeta. Como si no fuera poco todo lo anteriormente mencionado tenía una capa de sangre seca que los recubría en su totalidad.
En una esquina del cuarto había biblioteca con gran cantidad de diarios. Todos escritos a mano y ensangrentados. El tema escrito en ellos era aún más terrorífico que su aspecto. Leonard se equivocó, este hombre no era un ángel de la muerte, era el mismo demonio,
En los diarios registraba cada uno de sus experimentos, eran más o menos 30 diarios y en cada uno de ellos registraba el sufrimiento de alrededor de 8 personas cada uno, tuve que aguantar las náuseas al leer los diarios, las torturas a las que sometía a estas personas que eran en su mayoría niños eran infames. Junto con Nate estábamos atónitos, no podíamos creer como nadie sospecho de este hombre.
De todas las torturas que describía hubo una que particularmente me hizo llorar, se trataba de un niño de 4 años, en ella describía desde el momento del rapto, hasta minutos antes de la muerte. Este hombre sometió a torturas inimaginables a todas estas personas.
De pronto entre todo lo que estábamos leyendo Nate puso cara de sorprendido.

-¿Que viste Nate? - pregunté

- ya entiendo porque Lizzie dejo de escribir - dijo atónito

- ¿por qué, que leíste? -volví a preguntar impaciente

- Elizabeth estaba embarazada, por eso dejo de escribir, su padre la tuvo en este lugar todo el embarazo.

- No puede ser, ese hombre estaba completamente enfermo - dije incapaz de imaginar qué clase de cosas le hizo a su hija mientras la tenía secuestrada.

- Lo sé, como pudo ser capaz de hacerle tal cosa a su propia hija.

- ¿Experimento con ella? - pregunté

- Según lo que escribió no, sólo la tuvo secuestrada

- ¿Y qué pasó con la bebe? - pregunté temerosa por la respuesta.

- No lo sé el último registro es de un día antes del parto.

- ¿Ósea que hay esperanza de que él bebe haya sobrevivido?

- Quizá, si sobrevivió lo hizo gracias a Leonard, él era el único que conocía a Elizabeth y si no, murió con el - afirmó.

- Tenemos que encontrar el apellido de Leonard, sólo así sabremos si él bebe sobrevivió.

- Pero primero debemos informar a la policía de esto

- Es verdad Nate, tienen que identificar a las víctimas de este hombre.

- Por lo pronto salgamos de acá, no tolerare un minuto más en este lugar

- Yo tampoco, ya me estoy sintiendo mal - afirme

Por lo visto no sólo el olor, sino toda la energía del lugar daba escalofríos, cuando salimos del sótano fuimos directamente a la comisaria. El tío de Nate era el alguacil del pueblo así que le contamos todo lo que habíamos descubierto. Desde el momento en que encontramos el diario, hasta la entrada al correo. El tío de Nate intervino para que levantaran todos los cargos ya que habíamos encontrado al asesino serial más buscado en 1941.

El diario de lizzieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora