Regresando al lugar de los hechos

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Y así le conté todo lo ocurrido, o por lo menos todo lo que recordaba.

- Indudablemente desquiciada.

- Te dije que no me creerías

- Si te creo, sólo digo que estás loca.

- ¿Y eso que se supone que significa?

- Pues que creo todo lo que me acabas de contar pero que aun así estás loca mujer, y lo peor de todo me estas enloqueciendo a mí también- rio- y entonces que quieres hacer, ¿ir a la casa embrujada?

- Aunque suene como una locura, sí.

- Pues vamos - dijo levantándose.

- ¿ahora?- pregunté

- Pues entonces cuando primor, ¡vamos!- exclamó.

Y comenzamos a caminar hacia la colina hablando de todo un poco, tiene 25 años, me contó que es estudiante de medicina en Oxford, pero le gustaba más la pintura escogió esa carrera por Mike, para que se sintiera orgulloso de él, vive con su madre Claire y su hermana menor Olive, tiene un Golden retriver llamado Thomas, y le gustan los deportes, también le conté sobre mí, pero la mayoría de las cosas eran sólo formalidades, los dos sabíamos que todo eso era innecesario porque estábamos conectados de una forma inexplicable, intente preguntarle por el tatuaje, pero asumí que era algo importante así que no tuve el valor de preguntar.

- Bueno primor, llegamos.

- Creo que si- dije un poco asustada.

- No te preocupes puedes tomar mi mano si te siente asustada

- No será necesario Nate, pero gracias- le dije guiñándole un ojo

- Sé que la tomaras en algún momento, por donde entramos- preguntó.

- Por la ventana de la cocina, está rota- expliqué

Me ayudo a entrar y luego entró el, comenzamos a recorrer la casa, parecía una casa normal, estaba compuesta por la cocina, la sala donde estaba la mecedora, el comedor, un bife, y dos cuartos. Era básicamente pequeña y todo estaba cubierto por telarañas, Nate estaba inspeccionando la sala, y yo estaba en el cuarto más pequeño, las paredes eran verde claro con amarillo pero se veían bastante desgastadas, tenían arboles pintados en color café y verde, había una cama sencilla con algunas cobijas bastante sucias, también tenía un peinador con un gran espejo roto debajo del cual había un pequeño libro color rosa, me agache para recogerlo y cuando levante la vista a través del espejo roto la silueta de una niña en la esquina del cuarto nuevamente se tragó mi alma.
- ¡Qué pasó Leila!- gritó preocupado Nate.

- La volví ver - logre gesticular

- ¿a quién Leila? ¿a quién?

- A la niña, estaba allí - señale la esquina del cuarto- ella estaba toda cubierta de sangre, tenemos que irnos ya Nate.

- Entonces vámonos rápido de aquí- dijo Nate sacándome de la casa.

*silencio*

- No te hará daño, o no mientras yo este.

- Lo se Nate, sólo que quiero saber que le pasó a esa niña.

- ¿Qué tienes ahí? - señaló el libro.

- No lo sé sólo lo tomé antes de que la niña apareciera

- Pues ábrelo a ver que es.

- Es un diario Nate, es de una niña llamada Elizabeth. ¿será la niña que he estado viendo? - pregunté.

- No lo sé Leila, sólo lo sabrás cuando lo leas.

- Deberías ir a casa Nate va a comenzar a llover.

- De hecho ¡ya está lloviendo corre! Vamos a mi casa está más cerca.

- Tengo que leer el diario Nate- dije corriendo.

- Ya esta tarde, se dañara con la lluvia

- Está bien, vamos

Y seguimos corriendo hasta llegar a la casa de Nate, vivía en lo alto de la colina, tenía una casa hermosa, era muy grande, se veía que su mamá tenía buen gusto.

- Ven conmigo vamos a secarnos- dijo Nate tomándome de la mano.

- ¿Dónde están tus padres?- pregunté

- En una comida del hospital, regresaran hasta mañana es en Fairford así que se quedaran donde una tía.

- Pudiste mencionar eso antes de traerme a tu casa

- Bien dicho primor puede- dijo quitándose la camisa.

- ¿qué estás haciendo Nate? ¡vístete!- grité, pero no puede evitar ver los perfectamente trabajados abdominales que tenía.

- No te voy hacer nada que no quieras sólo me voy a secar. En el baño te puedes cambiar, ¿quieres una playera de mi hermana o una mía? - preguntó.

- Una tuya, sé que tu hermana me mataría si me ve con una de ella.

Te mataría si te viera con una mía pero aun así es tu decisión primor.

- Y ¿dónde está ella?- pregunté

- Está de intercambio en Manchester vendrá en verano, toma - me dijo ofreciéndome una camiseta.

- Gracias Nate en verdad no era necesario, creo que ya paro de llover, debería irme.

- Quédate, ya está muy tarde para que te vayas.

- Agradezco tu oferta, pero creo que no es correcto.

- Quédate en mi cuarto y yo me quedare en el de mis padres ¿te parece?

- Está bien Nate pero me iré a penas amanezca no quiero que tus padres me vean aquí.

- Vale, descansa- dijo yéndose al cuarto de sus padres

Era una cama realmente cómoda, en contra de todos los pronósticos era un cuarto bastante lindo tenia pinturas por doquier, en el techo estaba pintada una galaxia, y en las paredes arte abstracto y un mural de su familia. También tenía un escritorio con varios cuadernos que supongo eran de pintura, pero no me atreví a fisgonear, sólo me dormí.

- ¡Despierta, Leila despierta!- decía Nate mientras me agitaba para que me despertara.

- ¿Qué pasó?- nuevamente estaba bañada en sudor.

- Tenías una pesadilla, estabas llorando.

- Lo siento, últimamente he tenido muchas.

- No te disculpes primor- dijo acomodándose en la cama

- ¿Qué haces?- pregunté

- El cuarto de mis padres es muy frio además así no tendré que levantarme en medio de la noche y venir corriendo a despertarte- dijo abrazándome.

- Yo creo que no grandulón vete - dije zafándome perezosamente.

- Me lo debes mientras venia me golpee el dedo pequeño con la esquina de la cama - dijo haciendo pucheros

- En ese caso ya pagaste, más bien duérmete- dije dándole la espalda

- Descansa primor.

- Descansa Nate.

El diario de lizzieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora