Capítulo XII

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Entramos en una tienda muy conocida. También necesitaba comprar ropa para salir. Aún no estaba seguro de comprar el vestido para la fiesta de primavera ya que nadie me había invitado aún.
Después de probarme los vaqueros me observe en el espejo, para admirar como se me veían, eran excelentes, tenían pequeños detalles en dorado y los hacia lucir bien.
Al salir de los probadores me encontré con Mila y dos vestidos en cada mano.

-Anda, pruebatelos alguno de estos tienen que quedarte, para que te veas hermosa esa noche.

Tome los vestidos que Mila tenia en sus manos, observándolos detalladamente.

-¿Mila de verdad crees que usare algo así en un baile?, es que es un poco... No se, atrevido.

-¡Oh! Vamos Emma, pruebatelos. No pierdes nada con hacerlo, tal vez cuando te los veas, te gusta alguno.

Era mi amiga, no podía negarme a probarmelos...tal vez tenga razón, alguno de estos puede gustarme para el baile.

-Esta bien Mila.-Le conteste.

-Bueno, te espero. -Me contesto mientras se sentaba para esperarme en un pequeño asiento de madera que se encontraba justo afuera de los probadores.

Entre a los probadores de nuevo, y colgué los vestidos que me había traído Mila.
El primero que me probé era color negro, me llegaba justo en medio de la pierna, en el costado derecho tenia un bordado en color plata, y tenia un escote recto que llegaba justo arriba de mis pechos...definitivamente este no seria el adecuado para el baile.

Me dispuse a salir del probador para encontrarme con Mila.
Al salir, Mila solo hizo una mueca de desagrado y negó con la cabeza. Yo le conteste de la misma manera.

Volví a entrar a probarme otro, esta vez fue un vestido de dos piezas. Era color gris con pequeños detalles en negro. Me lo probé y definitivamente tampoco iría con esto al baile. Al parecer Mila no se dio cuenta que iríamos a un baile y en pleno invierno.

Me coloqué el top y la falda y salí para que Mila me viera.
Me vio y creo que opina lo mismo que yo.

-Bueno, en mi opinión se veían más bonitos en los maniquí. -Me dijo mi amiga.
Reí por su comentario y asentí de vuelta al probador.

Ma ya había conseguido su vestido, era color coral, resaltaba muy bien sus curvas y su color de piel. La hacían ver hermosa. También tenia encajes y su escote era en forma de corazón. Definitivamente se veía hermosa.

(...)

-MILA, MILA. ¡MIRALO! ES HERMOSO- grité apenas había visto el vestido perfecto. Entré en la tienda y rápidamente le dije a la señorita que me no iba a probar. Llegó con el vestido para mi talla.- Gracias. - y entré en el probador.

Me lo puse y me quedaba perfecto. Encajaba a la perfección.
Salí dando una vuelta y Mila me miró de arriba- abajo sonriendo.

-Fiu, fiu. Está precioso.- dijo mi amiga sonriendo. Era cierto. Estaba precioso.
Era de un color celeste con pequeños encajes y por la parte de atrás descubierto. Llegaba hasta mis pies aunque sobraba un poco que era arrastrado por el piso. Definitivamente era perfecto para usarlo en la fiesta de primavera.

-Dale, vamos que lo llevamos.- me dijo Mila.

-Espera y me cambio.- le dije y me metí de vuelta al probador. Me lo saqué cuidadosamente para que no se rompa y lo deje colgado mientras me cambiaba.
Cuando terminé salí del probador fui con Mila.- Listo.

Sin importar el tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora