Sin importar el tiempo

Capítulo XIII

Me levanté por el sonido del ruidoso despertador. Alcé una mano para poder apagarlo pero lo que conseguí fue que cayera al piso torturándome más con ese ruido.

-¡Argh! Maldito despertador. Lo bueno de todo esto es ya es mitad de semana y solo tendré dos días más que soportarte.- gruñí y me levante a apagarlo. Aun tenia una hora para poder llegar al colegio. Tal vez dormir unos cinco minutos no le harían mal a nadie. Me acosté otra vez en la cómoda cama...

(...)

-¡EMMA JHONSON!- el fantasma de una voz hizo que saltara de la cama y cayera de narices contra el frío piso.

Ahogué un grito y levanté la cabeza para ver al proveniente de esa voz.

Mila.

-No grites. Aun es temprano, Mila.- le dije incorporandome para ir al lavado.

-Tienes 5 minutos para que estés lista querida. Te espero en el auto, apresurate.- dijo y salió por la puerta.

¡¿Cinco minutos?!

¡¿Qué?!

Busqué el celular para ver la hora y efectivamente faltaban 15 minutos. Por si se preguntan, son diez minutos hacia el colegio y creo que llegaríamos tarde.

Me deshice de mi pijama y busque lo primero que encontré y me lo puse, cepille mi cabello mientras cepillaba mis dientes. Es increíble que pueda hacer dos cosas a la misma vez.

Cogí mi mochila con las cosas y metí mi móvil y salí corriendo por las escaleras.
Habían pasado exactamente cinco minutos. No desayuné y mi estómago pedia comida pero ya comeré algo en la cafetería. Entré al auto de Mila y ella arrancó el motor y nos puso en marcha.

-Creo que fueron los cinco minutos mas largos en mi vida.- Murmuré.

-Estaba a punto de echarte un jarro con agua helada.- sonrió maliciosa.- O tal vez un jarrón con agua de flores podridas.- dijo con sorna. Volteé a mirarla con los ojos y boca abiertos.- Sabes que te amo Emma bella.- dijo sonriendo lo máximo que podía pero igual se ganó un puño de mi parte.

Y así pasaron los pocos minutos hasta el instituto, entre risas y conversaciones bobas entre ambas.
Mila aparcó el auto y salimos corriendo lo más rápido que pudimos ya que el timbre estaba a punto de sonar. Por desgracia esta clase no me tocaba junto a Mila y para mi gran súper, archi, mega, ultra buena suerte *nótese el sarcasmo* el profesor ya había entrado al salón. Toqué un par de veces la puerta hasta que el profesor Collins abriera con el entrecejo fruncido.

-Llega tarde srta. Jhonson.- dijo cruzado de brazos.

-Ehh... Si, lo siento es que tuve unos problemas femeninos antes de llegar.- dije mintiendo con las mejillas sonrojadas. Que gran excusa la tuya Emma Jhonson. El profesor asintió y se hizo a un lado.

-Sientese junto al señor Van Helmont.- ¿Ethan? ¿Solo en una mesa? Que milagro. Asentí y me dirigí a la tercera fila junto a Ethan.

-Genial.- bufé a lo bajo para que el idiota no escuchara. Pero al parecer creo que lo hizo.

-Yo se que te gusta sentarte junto a mi, enana.- dijo con una sonrisa ladeada.

-Callate idiota.- Puse los ojos ligeramente en blanco mientras el volvía a dirigir su mirada al profesor.

La verdad me sentía nerviosa, creo que estaba clavada de el idiota que estaba sentado al lado mio... ¡Espera! ¡¿Que acabo de decir?! Seguro ya estoy delirando e imaginando cosas que no son, al parecer no haber comido nada me afectó.

Toda la clase Ethan no dejaba de mirarme, me sentía incomoda.
El profesor comenzó a hablar sobre un trabajo final, dijo que valía la mitad del curso y que el iba a elegir los grupos y blah, blah,blah... Deje de poner atención cuando sentí una ligera caricia en pi pierna, mire disimuladamente y si, era Ethan molestándome de nuevo.

-Deja de tocarme estúpido. - le dije susurrando para que el profesor no nos escuchara. El sonrió y me guiñó.

-Van Helmont, Stark y Jhonson.- mi cara se descuadró. ¡¿Qué?!

-Vaya día el de hoy.- bufé y le puse la peor cara al profesor sin que me viera.

-Tranquila enana. Agradece que estas con esta belleza.- dijo pasando un brazo por mis hombros.

-¡Iugh! Tendré que convivir con dos tarados.- dije y quité su brazo de mi hombro al mismo tiempo que tocaba el timbre.

-No olviden entregarlos el viernes de la próxima semana.- dijo el profesor y salió antes de que los alumnos lo aplastaran.

-Mañana en tu casa, a las 5. Avisale a Susan.- le dije y salí para ir directo a una dispensadora. Necesitaba algo de comer o si no el león que está en mi estómago se comiera a todos. Encontré la más cercana y saqué unas patatas junto a una soda. Lo sé. Eso subirá muchos carbohidratos, grasas y todo lo posible pero con salir a correr todos los domingos en las mañanas se arregla todo. Además, soy una amante a las comidas chatarras y no me importa mucho que engorde o no.

-Emmy.- una voz reconocida habló a mis espaldas. Patrick. Volteé y me abalancé sobre él. Lo había extrañado. Estos días estuve mucho tiempo con el idiota y había dejado de lado a los demás.
Él me arropó con sus brazos y aspiró mi aroma. Segundos después nos soltamos.

-Patrick, ¿como has estado? Te extrañé bobo.- le dije dándole un leve golpe en el hombro.

-Lo sé bonita. Pero tu eres la que no me ha acogido estos días eh.- dijo haciendo un puchero que lo hacia ver súper sexy.

-Ay no, claro que no. Solo que... Pues estuve algo ocupada que digamos.- dije haciendo un puchero al igual que él. Rió al darse cuenta que había copiado su gesto.

-Bueno , ¿que te parece si para recuperar ese tiempo, vamos a tomar un helado mañana?.- dijo con una sonrisa.

-Me encantaría. Pero el profesor Collins nos ha dejado un trabajo y lleva el 50% d curso y mañana me reuniré con mi grupo. ¿Qué tal si mejor vamos el sábado?- le dije para animarlo a lo que el asintió efucivamente.

-Claro, te recojo a las 7 linda.- dijo eso y el timbre que indicaba la siguiente clase sonó.- ¿Qué te toca?- me preguntó.

-Matemáticas.- dije con una cara no tan agradable.

-A mi igual.- dijo sonriente. Bueno agradezco que por lo menos me toque con él y no me aburriría. Asentí y nos encaminamos hacia el salón. Ojalá y este día mejore.

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