♥ 31 ♥ ~ Solo mío ~

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Del cine a mi casa eran unos 20 minutos aproximadamente.

Lo que significaba 20 minutos de escuchar las inútiles disculpas de Leondre.

Perdóname, yo no lo quise hacer, yo te amo, no me ignores, y otras estupideces más.

Estaba llorando, estaba muy dolida, no quería mirarlo, no quería escuchar su voz, no quería tenerlo cerca.

Ya quedaba solo una cuadra para por fin llegar a mi casa, necesitaba hacer algo, necesitaba sacarme todo de una vez, necesitaba la cuchilla.

-Por favor, para de ignorarme – dijo agarrándome fuertemente la mano.

Me detuve y me solté bruscamente de su agarre.

-¡Ya para Leondre, vete! – dije y seguí mi camino.

-¡No! – gritó y me abrazó apretándome fuertemente contra su pecho.

Por un momento pensé en quedarme en sus brazos, en sus cálidos y fuertes brazos.

Pero no, empecé a dar golpes en su pecho para alejarlo.

-¡Aléjate! – dije empujándolo tan fuerte que en un instante él ya estaba en el suelo - ¡No te atrevas a tocarme otra vez Devries!

Empecé a correr hasta llegar a mi casa, subí las escaleras y entré al baño.

-Rayos – dije al recordar que la cuchilla estaba en el otro pantalón.

Fui a buscarla rápidamente y entré al baño de nuevo. Traté de subir mi manga pero estaba muy ajustada, me saqué la camisa, quedando solo con la polera gris que llevaba debajo.

Iba a empezar con el primer corte, cuando entra rápidamente Leondre.

-¡No ____, no lo hagas! – dijo quitándome la cuchilla de la mano y lanzándola lo más lejos posible.

-¡¿Por qué?! – Dije entre sollozos – ¿por qué no me dejas hacerlo y ya? Te dije que me dejaras sola.

-No, ____, yo te dije que jamás te iba a dejar caer – dijo y me apretó contra su pecho.

-Aléjate – dije dándole un golpe tan débil, que no conseguí alejarlo ni un centímetro.

Leondre me soltó lentamente.

-Te odio – dije con ira.

-No digas eso ____ - dijo sentándose a mi lado.

Me quedé apoyada en la pared mientras lloraba, el piso estaba frío.

-Dime que no sentiste nada Leo – dije aun llorando – por favor dime que ella no significa nada para ti.

-No fue nada, no sentí nada más que culpa y arrepentimiento.

No eran suficiente sus palabras, aún estaba demasiado dolida.

Pasaron unos 5 minutos de completo silencio, se sentía una extraña tensión en el aire.

Mi vista estaba completamente concentrada en el suelo, pero sentía que Leondre no sacaba la suya de mi brazo.

Aunque no me importaba en absoluto si veía mis marcas, ya no más.

Leondre se acercó y entrelazó su mano con la mía.

-Te amo _____, no pienses que por lo que hice, yo te iba a dejar de querer, jamás lo haría.

-No es eso Leo, la besaste, la...tocaste – dije con una mueca de disgusto.

-No la toqué ni la besé como lo hago contigo.

Imposible no enamorarse de Leondre DevriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora