♥ 34 ♥ ~ En el parque pasan muchas cosas ~

1K 79 17
                                    

-¿Estas bien? – preguntó riendo.

-¿Qué crees? – Dije mientras me levantaba – y no te rías, me dolió.

-Bueno, perdón – se sentó a mi lado – Mi mamá me castigó.

-¿Y qué querías que te felicitara? – dije sarcásticamente.

-Muy graciosa.

-¿Y qué haces aquí?

-Vaya, linda manera de recibir a tu novio

-Bah perdón, hola novio hermoso precioso – lo besé varias veces en la cara.

-Que exagerada ___ - dijo riendo.

-No es mi culpa ¿Para qué te quejas? ¿No es lo que querías? – le dije levantando una ceja.

-Bueno si, pero no tan...eh

-¿Hueca?

Los dos soltamos una carcajada.

-Y... - dijo acomodándose.

-¿Y? – un silencio realmente incomodo inundo el lugar, odio cuando esto pasa, más cuando sucede con Leondre, no se siente bien quedarte sin conversación con tu propio novio.

-No sé deberíamos... – dijo algo incómodo.

-¿Qué?

-¿Quieres salir un rato?

-¿No es que estas castigado?

-Mi mamá no me dijo nada acerca de novias así que...

-Espera, ¿ella aún no sabe que nosotros estamos saliendo?

-No – dijo encogiéndose de hombros – pero hemos estado hablando mucho de ti, ella te quiere mucho. Antes de que empezáramos a salir, ella me dijo ¿Qué esperas para ir tras ella Leo? Es una gran chica, y pues me dio vergüenza y no le conteste y me empezó a molestar un montón, creo que esa fue la primera vez que me he sonrojado por una chica.

Empecé a reír como una loca.

-¿De qué te ríes? No me molestes

-Es que – seguí riendo – Necesito verte sonrojado algún día.

-No puedes, yo me controló, no como tú que cada una hora pareces un tomate – dijo molesto.

-Ai si, ni cimi ti qui cidi ini hiri piricis in timiti – empecé a burlarme de él.

-Muy madura – dijo serio.

-Muy madura – repetí lo que dijo en un tono más chillón.

-Yo no hablo así

-Yo no hablo así – dije haciendo unos gestos raros y moviendo las manos.

-Ya para – dijo amenazante.

-Ya para – pero yo seguí.

-Te amo Leondre no podría vivir sin ti – dijo esperando a que yo le respondiera lo mismo.

-Ja ni en tus sueños, cariño - le di una sonrisa arrogante.

-Eres mala.

Me encogí de hombros y empecé a reír.

-Bueno basta de tonterías – hablé cuando paré de hacer el ridículo - ¿Vamos al parque?

-Eres una loca ¿sabías? – Dijo riendo – Bien, vamos.

Llegamos al parque y nos sentamos en el pasto.

-¿Alguna vez te pusiste a mirar las nubes? – pregunté mientras me estiraba boca arriba.

Imposible no enamorarse de Leondre DevriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora