Capítulo IV

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Aparcamos el auto frente a mi casa, al entrar por la puerta de la entrada pude notar que todo seguía igual.

- que mierda a pasado acá? - preguntó Tayler

- no sé, tú dímelo - me dirigí al sofá y me senté colocando mis manos sobre mi cabeza, todo esto me tenía muy mal

- hay un olor fuerte acá, parece demoniaco - dijo Tayler mirando a su novia que se encontraba a unos pasos de mi

- todo estará bien Nathaniel, no te preocupes - dijo Elizabeth con un deje de tristeza.

- chicos vengan aquí - gritó Tayler desde el comedor, Elizabeth y yo nos dirigimos a donde él se encontraba, estaba agachado con un polvo de color negro escarchado en sus dedos y lo acercaba a su nariz - es lo que pensé, fueron demonios -

- como lo sabes? - pregunté

- esto es polvo de demonio, lo desprenden de su cuerpo cuando son heridos - respondió Tayler

- podrías utilizarlo como esencia Nata, para así encontrar al demonio que podría tener a tú madre - dijo Elizabeth, no lo pensé dos veces y me dirigí a la sala en busca del mapa destruido

- traiganme el polvo - les dije, miré el mapa - Venez Tres Connu Cendre, Venez Tres Connu Cendre - repetía varias veces hasta que el mapa volvió a arreglarse, los chicos llegaron con el polvo y lo colocaron sobre el mapa, acomodé las velas que se encontraban en la mesa - Phesmatos Tribum, Nas Ex Veras, Phesmatos Tribum Nas Ex Veras Sequita Saguines Ementas Asten Mihan Ega Petous - repetí varias veces y el polvo comenzó a moverse por el mapa hasta detener
se en un punto muy lejano de donde nos encontramos

- ahí está - dijo Tayler

- eso queda muy lejos - dijo Elizabeth - deberíamos salir ahora para no perderle la pista - me levanté del sofá y los miré a los dos con asombro - sí, te vamos a acompañar a buscar a tú madre, recuerda nuestro trato, nosotros te ayudamos y tú nos ayudas -

- está bien, gracias chicos, déjeme buscar unas cosas y vuelvo - salí de la sala y me dirigí a mi habitación en busca de ropa y algunas otras cosas, metí el mapa, las velas y el polvo y los coloqué dentro de un morral - salgamos de aquí -

- son quince horas de carretera - dijo Elizabeth

- y porque no ir en avión? - pregunté, está vez quién respondió fue Tayler - no te gustaría saber lo que sucede en un avión cuando hay un vampiro de 120 años que sufre de claustrofobia y dentro hay cientos de humanos - no quise preguntar más porque mi imaginación me llevó muy lejos

- salimos? - preguntó Elizabeth, todos nos dirigimos al auto, ella manejaba, Tayler estaba de copiloto y yo me encontraba en la parte trasera del auto

...........

Cuatro horas más tarde nos detuvimos en una estación de gasolina a recargar y por algunas provisiones, está vez cuando subimos al auto quién manejaba era Tayler y Elizabeth estaba atrás conmigo

- cuéntame Elizabeth que edad tienes? - pregunté para acabar con el silencio que reinaba en el auto

- tengo 120 años y 97 años teniendo 23 - le hice las misma pregunta a Tayler a lo que respondió

- ehhh... Tengo 30 años - abrí mis ojos por la sorpresa, se veía mucho más joven - jajaja, Nathaniel nosotros los licantropos envejecemos hasta los 25 años, luego de eso es nuestra alma la que envejece, por lo que tengo 5 años teniendo 25 y tú que edad? -

Aunque antes ya les había dicho mi edad no me importó repetirlo - tengo 8 meses, 11 días y como 20 horas teniendo 20 años - los dos comenzaron a reír por lo que también me dió risa y me uní a ellos - como fue que te volviste vampira Elizabeth? -

Nathaniel Y El Don De La MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora