Nathaniel Y El Don De La Magia

Capítulo XVII

Estábamos en el salón de bailes dentro del reino de las hadas. Después de tener la piedra Fénix convocamos a la Reina Eliza y ella nos sacó del inframundo por un portal que creó dentro de la Cueva en la montaña de Leviathan.

La Reina Eliza se encontraba sentada en su trono con un gran vestido dorado, con su cabello castaño cayendo en uno de sus hombros y dejando sus alas al descubierto - veo que han traído mi piedra... También veo que falta uno de ustedes - se levantó de su trono y dió unos pasos hacia a delante quedando a pocos metros de nosotros - ahora que están aquí, cumplan con su parte del trato - estiró su mano hacia mi con su palma hacia arriba y no quitaba la vista de la piedra que se encontraba en mi mano izquierda

- estamos cumpliendo nuestro trato -

- ¿y porqué no me entregas la piedra? - se comenzaba a notar el enojo en los ojos de la Reina Eliza

- el trato era que te trajeramos la piedra, nunca se habló de entregarte la - los chicos me miraban no entendiendo lo que sucedia

- ya veo... - la Reina acomodó su postura y sonrió - ¿qué es lo que quieres a cambio de que me entregues la piedra? -

- ¡quiero que traigas de vuelta el cuerpo de Mitsuko! - dije sin ningún titubeo en mi voz - ¡y me lo entregues! - termine la oración

- ¡astuto! - la Reina Eliza me miró por unos segundos y luego chasqueó los dedos y el cuerpo de Mitsuko apareció en medio del salón - aquí está el cuerpo... ¡Ahora dame la piedra! - estiró de nuevo su palma de la mano hacia mí

Tomó la piedra de mi mano y sonrió

- ¿se puede saber que va a hacer con ella? - preguntó Liz, yo fui por el cuerpo de Mit y la cargué en mis brazos

- ése es asunto mío, ya ustedes tienen lo que quería y ya no tienen nada que hacer aquí - con otro chasquido de sus dedos apareció otro portal - ese portal los llevará a donde ustedes quieran, solo tienen que pensar a donde quieren ir y listo -

Sabíamos que las hadas no podían mentir por lo que comenzamos a caminar hacia él

- ¿a donde iremos? - preguntó Tayler

- ¡a casa! - respondí, ellos asintieron y cruzaron el portal

Antes de cruzar la Reina me llamó

- hijo de Hecate ten mucho cuidado, cosas malas se avecinan a tu vida - volví a colocar mi vista en el portal - ya he visto tu muerte - crucé el portal sin mirar atrás

..........

Al día siguiente que llegamos a la ciudad, Tayler, Liz y yo nos reunimos en un pequeño bosque que estaba como a un kilómetro de la ciudad. Estábamos enterrando el cuerpo de Mit, teníamos que darle una sepultura digna, aunque no fuera en el cementerio de su aquelarre, decidimos que lo mejor sería el bosque alejado de la vista de los humanos

Su espíritu se encontraba en el limbo sobrenatural y su cuerpo enterrado en medio del bosque, Liz y Tayler tuvieron la amabilidad de hacerle una especie de lápida en donde decía "Mitsuko Lovely - Amada Amiga" yo por mi parte traje un ramo de rosas blancas como símbolo de pureza, planté las flores encima de donde la acabábamos de enterrar. Toqué las rosas recién plantadas - Va Lavi A Cette Fleu, Va Lavi A Cette Fleur, Va Lavi A Cette Fleur, Mountenat - hice un hechizo para preservar las flores y éstas no murieran

Tayler sostenía a Liz sobre su pecho que no paraba de llorar, fuimos saliendo del bosque había donde se encontraba el nuevo auto que ellos compraron, bueno, eso fue lo que dijeron.

- ¿a donde te llevamos Nata? - preguntó Liz más recompuesta

- chicos, no voy a regresar a casa, no aun - ellos parecían un poco confusos