Capítulo 20

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Dejé mis cosas en clase y salí corriendo. Rex se detuvo cerca de un agujero. Me incliné para ver el interior.

—¡Marc!—grité.

Rex ladró un par de veces.

—Lorenzo—dije por radio.

—¿Si?—respondió.

—Soy Elisabeth. Lo encontré.

—¿Dónde estás?—se le notaba preocupado.

—Rastrea mi radio—contesté—. Lo encontrarás.

Esperé unos minutos y vi a Lorenzo llegar con Dany y Künz.

—Está aquí—dije apuntando al hoyo—. Traed la cuerda que está en mi coche.

Rex salió corriendo y regresó con la cuerda.

—Atadlo al coche—Fabbri acató órdenes y dio señal cuando estuvo lista.

Salté girando hacia el hoyo para caer a un lado de Marc.

—¿Me oyes?—me agaché. Saqué su chaqueta y até la cuerda a su arnés. Como pude lo puse de pie—. ¡Lorenzo tira!—grité.

—¡No puedo yo solo!—gritó de vuelta. Pensé.

—¡Qué Künz te ayude!—grité en respuesta—. ¡Hay que sacarlo de aquí!

El cuerpo de Marc comenzó a moverse hacia arriba. Salté para tirar de él. Tiramos todo lo fuerte que pudimos.

—Ayudadme a sacarlo—dije tomando su camisa.

Una ambulancia llegó al poco tiempo y se llevó a Marc.

—¿Cómo crees que ha llegado aquí?—preguntó Lorenzo al ponerse a mi altura.

—Por lo poco que vi—dije suspirando—, tiene un golpe en el cráneo. No es muy fuerte, pero es la causa de que este inconsciente.

—¿Quién?

—No lo sé. La policía científica se encargará.

Caminé hacia clase para recoger mis cosas. Dany y Rex me seguían de cerca y, más atrás, Lorenzo y Künz.

—¿Qué tanto me miran?—dije al notar lo mucho que me observaban.

—Estás saliendo con Marc, ¿verdad?

—¿Y a vosotros que os importa?—dije volviéndome.

—Curiosidad—dijo Fabbri.

Salimos camino a mi casa para dejar mis cosas.

—¿Qué paso ayer por la noche para que no durmiera en su casa?—preguntó Künz.

—Me pidió que dejara el caso-dije sentándome en el sofá—. Cree que necesito un descanso.

—Tal vez tenga razón—dijo Lorenzo. Se levantó y se fue seguido de Künz y Rex.

—Tal vez ellos tengan razón.

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