Capitulo 6: Balcón

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Regreso a mi habitación, con la mirada perdida.

Dudo mucho que esté consciente de que estoy caminando. Simplemente, estoy tan metida en mis pensamientos, que no me doy cuenta de mis acciones.

Abro la puerta y me acobijo en la cómoda litera, antes, cambiando de ropa, tomando la de cortesía, en la bonita mesita de noche.

Me encuentro tumbada en la cama, con una gran sábana cubriéndome hasta el cuello. Solo con mi cabeza descubierta y mi cabellera rubia rojiza observándose notablemente.

— ¿Por qué hizo eso?... — me hablé por lo bajo, mientras suspiraba recordando esos ojos.

*Flashback*

— Escúchame bien... Gaara jamás haría algo como eso por alguien.

*Fin del Flashback*

Cerré los ojos por un segundo, mientras me removía en mi lugar y cambiaba de posición.

— Gaara... — musito y pestañeo repetidamente.

Pasaron algunos minutos, pero yo seguía cambiando mi posición de dormir, de un lado y del otro.

Me decidí por observar el techo, me imaginaba algunos instantes antes, junto al pelirrojo.

Negué con la cabeza, mientras desvanecía mis ideas.

Bostecé ligeramente. Era mi preciada suerte: Tener una cómoda litera en la cuál descansar y no poder dormir.

Maldije por lo bajo y suspiré nuevamente. Saqué mis manos de por debajo de las sábanas y comencé a masajeár mis sienes.

Me destapé por completo el cuerpo y caminé, de pasos sutiles por la habitación cubriéndome con una gran manta.

Mi mente solo me hacía recordar a Gaara, y eso... ya me estaba enfureciendo.

Salí del lugar, dirigiéndome, de nuevo, hacia el balcón.

Subí las escaleras, mientras recordaba haber dejado a Gaara en el mismo e ir a mi habitación, sin decir una palabra.

Miraba los escalones con detenimiento, reservando suspiros para cada uno.

Levanto la mirada, encontrándose mis ojos, con mechones rojos que se elevaban por el grotesco aire que recorría el rostro de Gaara.

El mismo, temblaba de frío, pues, no llevaba ninguna cobija o manta cubriéndolo.

— ¡Gaara! — chillé mientras corría hasta él.

— _________... — musitó mientras sus labios temblaban con fluidez.

Abrió los ojos con delicadeza y me observó. Acuno su rostro con mis manos, este se encontraba álgido.

— Demonios... estás helado... — despojo de mi, la cobija con la que cubrí mi espalda y la poso en él. — Ten, te mantendrá caliente. — afirmo mientras lo apoyaba a empinarse.

— __-_______... — susurra de nuevo.

— ¡Deja de repetir mi nombre, eres un inconsciente! — grito mientras lo acurrucaba junto a la cobija. — ¡Estabas congelándote!

El pelirrojo agacha la mirada y solo suspira.

— Sí. Lo sé. ◑Multimedia◐— indica el mismo y su mirada comienza a nublarse mientras se escapan de sus ojos, lágrimas que resbalan por sus mejillas. Me da una mirada de tristeza y yo lo miro con confusión.

¿Por qué está llorando?...

«Tal vez porque le gritaste»

No digas tonterías, Temari fue muy clara, ahora es un tipo fuerte y no creo que llore por pequeñeces como esas.

«Entonces... ¿Por qué no se lo preguntas?...»

— Gaara ¿Por qué lloras?... — le pregunto con algo de duda.

Este se limpia las lágrimas con rapidez y continúa apoyándose en mí para avanzar de a pasos cortos y suaves.

El pelirrojo comenzaba a entrar en calor a medida que lo llevaba a su habitación y lo recostaba en su litera.

Lo cubrí con sábanas hasta el cuello, dejando al descubierto su melena rojiza.

Mis ojos lila grisáceos se posaban en los suyos color verde esmeralda.

De pronto, Gaara estornudó tiernamente. Olvidé por completo que era el Kazekage a mi al frente, y comencé a compararlo con mi pequeño gatito que cuidaba junto a mi madre, ya que este estornudaba de igual forma.

Esfumé las ideas de mi mente y respiré suavemente.

Poco a poco, el pelirrojo cerraba lentamente sus ojos, con delicadeza, hasta que se quedó dormido.



Regresé a mi alcoba y me acobijo entre las sábanas del catre.

Cierro mis ojos y abrazo mi almohada con fuerza, hasta que me quedo profundamente dormida.

Estaré Para Ti •Gaara y Tú• ◀Naruto Shippuden▶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora