8

3.2K 420 12
                                    

Era viernes 8 de enero. Faltaban 12 días para este día.

No recuerdo la totalidad de la conversación, solo fragmentos, como este:

— ¿No sientes que estás perdiendo al amor de tu vida? Yo lo siento, y de verdad que no lo aguanto.

—Todo el tiempo, pero trato de no pensar en eso.

Quería que me dijera cómo podía hacer eso, porque aunque quería, yo simplemente no paraba de pensar que lo perdía.

Luego seguimos hablando y yo le dije que no lo había creído capaz de hacer eso, porque él y yo teníamos algo, algo que no tenía nombre ni nada, pero al fin de cuenta era algo. Él me dijo que no era su culpa, que había tratado de no herir a nadie, y que me iba a decir algo, que sabía cuánto me dolía pero que debía superarlo.

No sé, escribí eso y recordé lo que seguía y me atacó una de esas risillas de tres segundos que te dejan un vacío en el alma.

— ¿Aún soy el amor de tu vida?

—No lo sé... no, no tanto como antes.

No sabía cómo esa podía ser una respuesta. ¿Hay una escala para amores de la vida?

En ese momento no lo entendía, pero hoy entendí que el no tanto y el no tan, son básicamente iguales; el hecho no cambia. No era el amor de su vida, no había un no tanto como antes, era un rotundo no, que Marka no entendió.

La distancia más largaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora