- Harley yo... - Me he quedado sin palabras a la vez que sin aire. Nunca me hubiera imaginado que Harley me besaría así... tan... nunca me hubiera imaginado que me besaría. Dios.
Sigue lloviendo y nosotros seguimos debajo de ella, cómo si el tiempo se hubiera parado, cómo si no existiera nada más a nuestro alrededor.
Harley me vuelve a coger del cuello con delicadeza y vuelve a acercar sus dulces labios a los míos. Esta vez decido poner algo de mi parte y le devuelvo el beso. Noto como sutilmente introduce su lengua dentro de mi boca y los dos nos fundimos en este momento tan... especial, al menos para mí. Habrá estado con tantas chicas que solo de pensarlo me da un vuelco el corazón.
- Cara. - Me mira fijamente a los ojos. Sigue con las manos en mi cuello y tan cerca de mí que puedo notar su respiración en mi cara.
- ¿Qué? - Le respondo casi susurrándole.
- Me gustas des del día en que te vi entrar por la puerta de mi despacho para hacer la entrevista. Des de ese día, no he parado de pensar en ti ni un solo instante. - Sus palabras hacen que mi corazón acelere cada vez más, no creo que pueda ir más rápido de lo que ya va... Siento como si todo esto formara parte de un sueño del que voy a despertar en cuanto me pellizque la mejilla, pero, parece tan... real...
- Harley yo... - Repito. Parezco un completa estúpida sin conseguir gesticular más de dos palabras con las que no consigo decir absolutamente nada.
- Haz, te dije que podías llamarme Haz, ¿recuerdas? - Me hace una de sus sonrisas y vuelve a besarme.
Sigue lloviendo. Cada vez más.
- Es verdad... - le devuelvo la sonrisa. ¡Vamos Cara, di algo de una santa vez! - De esto... emm... ¿quieres que vayamos a mi casa? - Madre mía... más directa imposible... - Cada vez llueve más y... - Ahora mejor.
- Sí, tienes razón, vamos. Lo que primero debería pasar por mi casa para cambiarme.
- Sí, sí, claro. - Haz entrelaza sus dedos con los míos y nos miramos con deseo.
Como si nos hubiéramos leído la mente, empezamos a correr hacia su coche y nos metemos dentro.
- Lo siento, mira cómo te he puesto el coche, empapado.
- No te preocupes. - Dice y pone su mano sobre la mía. ¿Ésta noche podría ser más mágica? Lo dudo.
Quince minutos después llegamos a casa de Haz.
- Bajo en un minuto. - Cierra la puerta del coche y en dos pasos llega a la puerta.
- En menos de un minuto, veo como se abre la puerta y sale Harley, que ha cambiado su empapada camiseta negra por una camisa de seda blanca tan fina como su piel, dejando al descubierto el tatuaje de la mariposa en el abdomen. Bueno, y todos los demás.
- Ya está, podemos irnos.
Cuando finalmente llegamos a mi casa, voy rápidamente hacia mi cuarto para cambiarme y, ya que estamos, ponerme un poco más... cómoda.
- Haz, ahora salgo, enciende la tele si quieres. O come algo. Como si estuvieras en tu casa. - Le digo des de mi habitación mientras, como una desesperada, abro mi armario en busca de algo apropiado para la ocasión.
Han pasado ya cinco minutos y cuando creo que mi próximo plan va a tener que ser ir de compras urgentemente, veo una camiseta blanca de manga corta. Acabo de recordar que me la compré el mes pasado, así que elijo esta y paro de buscar antes de que salga y vea que Haz se ha ido, en fin. Me la pongo y cojo unos pantalones cortos del cajón. Me seco un poco el pelo y me retoco el maquillaje.
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ALGO MARAVILLOSO... (Con Amor, H.)
FanfictionNunca me hubiera imaginado que en tan solo dos meses, mi vida pudiera cambiar tanto, mejor dicho, que habría cambiado para siempre. Después de aquel verano ya no podría volver a ser la misma persona que había sido durante dieciocho años… y, sinceram...