-Ya llegue.- dije en un susurro para que no me vieran, fue imposible ya que tropecé con una maldita mesa. Maldije por lo bajó.
-Corina, si viniste.- me dijo un tipo con gafas y no lo dijo con entusiasmo, fue como si escupiera odio con esas simples palabras.
-¿Tenía opción?- rodee los ojos y me senté en una banca poniendo mi bolso deportivo a un costado mío.
-El director hablo con nosotros y nos dijo que esto sólo lo haces porque es un castigo.- hablo una castaña poniéndose frente a mi -Así que no te molestes si no te tratamos como una de nosotros.- esto sería más difícil de lo que pensé.
-Sólo empecemos con la tortura.- levanté las cejas ya que ninguno se movió de sus lugares -¿Qué?, ¿No piensan mover los traseros?- mi tono sonó muy agresivo.
-¡Yo soy la capitana!, así que no tienes derecho de opinar o preguntar si ¡Yo! no te lo autorizo.- torcí los ojos, aún no empezamos y ya quiero terminar.
Después de calentar se acomodaron en sus posiciones para mostrarme su coreografía. La canción era rápida pero sus pasos daban asco, estaban totalmente desorientados, esta sería una completa batalla. Me puse de pie y de un movimiento apague la música para llamar su atención.
-¿Qué te pasa?- dijo la supuesta capitana
-¿Me pueden decir que es lo que tratan de hacer?- sus ojos se clavaron en mi como sí fuera posible matarme de esa forma.
-Es nuestra rutina.-
-Y da asco.- tengo que dejar de ser tan sincera si quiero sobrevivir en este mundo.
-¿Crees que por el simple echo de ser bonita eres superior a los demás?, déjame decirte que no. Y es todo lo que tenemos, te guste o no.
-Pues no, no me creo superior a nadie. Y no, no me gusta esa mierda a la cual le llaman "baile".- estábamos frente a frente, por un momento pensé que terminaríamos en el suelo tirando del cabello de la otra.
-¿Se te ocurre algo mejor?- dijo el tipo de las gafas.
-Pues... ¡Si!- Conteste fingiendo felicidad
-¿Como que?- pregunto una morena gordita
-Como que se suiciden.- levanté los brazos fingiendo euforia.
-Vete al infierno.- pronuncio la capitana.
-Créeme, preferiría estar ahí.- Camine hasta donde se encontraba mi bolso y tome mi celular para así conectarlo a la bocina, deslizó mi dedo sobre la pantalla del celular y doy un toque a ella, la canción se puso al azar "One dance-Drake" de mis favoritas, pensé mientras me posesionaba frente a ellos. Desde pequeña eh amado el baile, lo puedo jurar por mi vida y es por ello que para mí es más fácil mover mis caderas, así mis pasos son ligeros y no forzados, siempre me siento libre cuando bailo.
Comienzo desplazándome al ritmo de la música, de un lado al otro mis caderas se miran, doy unos giros, palmeo mis manos al aire, bajo, subo y continuó en diferente orden. Cuando la música termina lo único que se escucha en tremendo silencio son mis jadeos y lo único que alcanzó a ver bajo mi sudor son las bocas bien abiertas de los demás, tomo mis cosas y salgo del salón limpiándome el sudor con una pequeña toalla.(...)
-¡Hija!, que bueno que ya estés en casa- aún no terminaba de entrar cuando ya tenía a mis dos padres frente a mi, trataban de ocultarme algo, lo notaba en sus expresiones, están nerviosos.
-Si, ya estoy aquí.- iba a pisar el primer escalón y...
-Necesitamos hablar contigo.- mi padre se notaba molesto y angustiado, gire mi cuerpo.
-Ya lo están haciendo.- cruce mis brazos sobre mi pecho.
-Ven, toma asiento.- mi madre me dirigió a uno de los sofás, para ser honesta siempre las charlas en la sala tienen que ver con que yo termine mal.
-¿Pasa algo?- estaba asustada, normalmente cuando me dicen algo se iban directo al tema sin importar mi reacción.
-Si cariño.- ambos se miraron pensando en cual de los 2 hablaría primero.
-Supongo que recuerdas el viaje.- hablo mi padre con su voz firme.
-¿Si?.-
Mamá puso su mano en la pierna de papá en forma de apoyó.-Nos iremos mañana.- desviaron su vista de mi.
-Es una broma ¿cierto?.-
Trate de formar una sonrisa en mis labios pero fue en vano.-No Corina.-
-Se supone que se irían hasta vacaciones de verano y... Para eso faltan seis meses.- estaba echa una furia, me sentía molesta con ellos.
-Es verdad, pero no teníamos planeado que el abuelo se pusiera más grave de lo que ya estaba.- dijo papá, me comentaron hace tiempo que mi abuelo paterno estaba muy enfermo, pero que desde antes que yo naciera el comenzó a tener problemas mentales y que no era conveniente que yo lo conociera, así que nunca e tenido contacto alguno con él. -Hija, por favor comprende la situación.- me puse de pie y salí fuera de casa.
Unas lágrimas involuntarias rodaron por mis mejillas mientras desaparecían con el viento conforme caminaba. Es absurdo que llore, para cualquier chica de mi edad estaría encantada con la idea de quedarse sola en casa, sin ningún tipo de vigilancia paterna, pero mi caso no es ese. Cuando tenía alrededor de 5 años tuvimos un accidente automovilístico, era de noche, había demasiada neblina; la verdad no recuerdo mucho tan solo tenía 5 años, solo sé que al día siguiente desperté con un collarín y una venda en mi brazo, solo unos cuantos vidrios lograron rozar mi piel. Mis padres tuvieron mucha suerte al igual que yo y jamás me atreví a preguntarles como es que fue provocado el accidente.Cercas de casa había un pequeño bosque, de niña venía a este lugar con mis primos y Shath, jugábamos por horas y jamás nos cansábamos.
Estuve durante lo que yo sentí una hora tratando de despejar mi mente hasta que decidí volver a casa.(...)
Toqué la puerta de la habitación de mamá para poder hablar con ella
-Pasa hija.- escuche su voz tras la puerta -¿Ocurre algo?- pregunto cuando me senté en la orilla de la cama.-Si... Bueno en realidad no se. Sólo quería saber a que hora se irán, para acompañarlos al aeropuerto.
-Tu estarás en el instituto cariño.-
-Puedo faltar.- Aunque bien sabía que no podía, tenía un examen parcial de química.
-No es necesario Corina, estarán bien.- sabía a lo que se refería con "estarán".
-Si, claro. Buenas noches.- bese su mejilla -Por favor, vayan con cuidado y avísame cuando lleguen, por favor mamá- suplique. Me retire de su habitación para dirigirme a la mía.
Con pereza me di una ducha para poder dormir más cómoda. Me tire sobre la cama para que en menos de 2 minutos cayera en un profundo sueño.
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Entre la duda y el rencor
Genç KurguCorina, una chica que vive en Orlando y que esta a punto de graduarse en Freedom High School. Enamorada de alguien que no lo merece. O eso creían todos. Esta entre la espalda y la pared; conocer a una persona nueva la hace dudar de lo que ella creí...