- Hoy se lo dijimos a su madre—Esas fueron las primeras palabras que Marco dijo en cuanto entró a mi departamento.
- ¿La señora Ahren?—La madre de Hazel podía llegar a ser dura, pero en el fondo era una señora dulce— ¿Cómo reaccionó?
- Quiere que nos casemos—solté un jadeo y lo miré fijamente tratando de descubrir la broma detrás de sus palabras.
- ¿Es en serio? Si Hazel a penas y te puede ver—Hazel era un caso realmente extraño. No podía decir que Marco era un ángel, pero al menos se merecía una oportunidad que Hazel se negaba a darle.
- Eso le intentó explicar ella misma, pero su madre se niega a que uno de sus hijos vaya a tener un bebé sin estar casado antes—Marco refunfuño un poco al final, ya que eso sonaba muy del siglo pasado.
- No sabía que ella tenía esa clase de creencia, porque vamos, está divorciada desde hace años solo por el hecho de que engañó a su esposo—me sentí enojada por alguna razón, respetaba los pensamientos de los demás, pero esas creencias que no concordaban con las actitudes de las personas, era lo que yo de verdad odiaba.
- Hazel salió hecha una furia de la casa, me pidió que la deje quedarse conmigo, al menos hasta que a su mamá se le salga de la cabeza la loca idea de Hazel y yo casándonos.
- Al menos eso los ayudará a tener una mejor relación—sonreí pensando en el pequeño rubio, o rubia, que cada vez estaba más cerca.
- Ya lo creo, por el bien del pequeño, al menos—asentí dándole la razón.
Había pasado otro mes del año. Con Mats nos habíamos mantenido ocupados, yo con la empresa de papá y él en la bundesliga. Además que estaba en caso de Amelia, que era solo en un par de semanas. Todos los días llegaba agotada a casa, y Mats algunos días ni siquiera alcanzaba a llegar a casa.
Marco estaba chequeando sus correos, algunos minutos después, cuando escuchamos el timbre sonar. No estaba esperando a nadie, pero podría ser Mats, aunque estaba casi segura que me dijo que iría a hacer las compras antes de venir a casa. De igual forma, me levanté del sillón y me encaminé a la puerta sin prestar realmente atención a nada. Pero cuando abrí la puerta una mano se estampó en mi mejilla haciendo que retrocediera algunos pasos y casi perder el equilibrio.
Cuando levanté la mirada me encontré con los ojos felinos de Cia, ella me miraba con total odio.
- Eres una total zorra, Thea Kazakos—antes de que pudiera reaccionar sus manos estaban en mi cabello tironeando de él, haciendo que un fuerte dolor se originara en mi cuero cabelludo.
- Cia suéltame, no sé de qué hablas—sollocé un poco no entendiendo su ataque hacía mí.
- No te hagas la mosquita muerta—me empujó tan fuerte que terminé cayendo realmente fuerte sobre mi trasero—. Te creía capaz de cualquier cosa, pero no de acostarte con mi jodido prometido—la mirada que me estaba dando, me hizo sollozar un poco más— ¡Me das asco!
Sin que me diera cuanta ella se lanzó sobre mi y sus uñas estuvieron sobre mis mejillas inmediatamente. Nunca había estado en una pelea, y menos en una con mi hermana. Sus dedos volvieron a mi cabello y estaba segura que mucho de mi cabello había sido arrancado con sus tirones.
Todo duró cuestión de segundos, hasta que alguien quitó a Cia de encima de mí. Estuve un momento tratando de entender que había pasado, y cuando subí mi mirada Marco tenía a Cia apresada entre sus brazos. Ella no lucía como si quisiera dejar de golpearme.
- Puedo... puedo explicarlo Cia—dije incorporándome un poco, y notando todos los puntos de dolor que tenía en mi rostro y cabeza.
- No puedes explicar una mierda, Thea ¡¿Cómo explicas el haber dormido con Mats, cómo?!
- ¿Qué está pasando aquí?—Mats llegó hasta mí antes de que pudiera decir algo, ayudándome a poner en pie.
- Ninguno de ustedes vale ni un mísero segundo de mi tiempo—como pudo se soltó del agarre de Marco y se acercó un poco más a ambos—No sabes lo feliz que me siento por haberte engañado todo este tiempo—sus ojos estaban fijos en Mats, quien solo bajó la mirada—Pueden irse a la mierda ambos, y espero que él te haga lo mismo que me hizo a mí ¡es lo único que deseo!
Ella comenzó a caminar, pero antes de salir del departamento volteó un poco su rostro y las palabras que salieron de sus labios, las dijo como un siseo.
- Me encargaré de que todos sepan sobre esto, Thea. Cada persona con un ordenador, o internet, sabrá lo que me hicieron y te odiaran, todos te odiaran con la misma fuerza con la que te estoy odiando.
***
- Ven aquí—los dedos de Mats estaban sosteniendo mi mentón mientras limpiaba las heridas que Cia había dejado en mi rostro.
- Fui una persona horrible—sollocé sintiendo las lágrimas deslizarse por mis mejillas—claro que ella me odiaría cuando lo supiera—enrollé mis brazos en mi estomago y sentí inmensas ganas de devolver la comida—. Merezco que me golpee.
- No Thea, deja de hablar locuras—Mats dejó su labor de sanarme y fijó sus oscuros ojos en los míos—No mereces que Cia te golpee, ni que nadie lo haga. Esa no es la manera de arreglar los problemas.
- Pero soy la hermana que se acostó con su prometido—susurré respirando dificultosamente—si esto fuera una novela, yo vendría siendo la villana de la historia.
- ¡No!—Me sobresaltó alzando un poco la voz—, no Thea, no es así. Tú eres la jodida buena de la historia, la chica buena que se enamoró del imbécil.
Cerré fuertemente los ojos y comencé a sentir un dolor de cabeza insoportable. El momento de adrenalina ya había pasado, por lo que era ahora que comenzaría a sentir la fuerza de Cia.
- ¿Cómo estás?—Marco se asomó desde el marco de la puerta y como pude le sonreí tristemente.
- Tan bien como una persona a quien acaban de golpear, puede sentirse—susurré poniéndome de pie y caminando hacía el espejo.
Las uñas de Cia habían dejado marcas en mis mejillas, que se estaban volviendo más rosas con el pasar del tiempo. Una herida en mi labio y justo sobre mi ceja, además de una sección de mi cabello estaba revuelto, y mis ojos, nariz y boca estaban hinchados. Me veía horrible.
- Deberías descansar un poco, Thea—murmuró Marco entrando al cuarto de baño y llevándome hasta el dormitorio—Las cosas mejoraran, siempre lo hacen.
Marco me cubrió con las sabanas y dejó un beso en mi frente antes de irse de la habitación. La verdad era que sentía que me merecía cada golpe, bofetada y arañazo que mi hermana me había dado.
No sabía cómo se había enterado, pero de lo que si estaba segura era que cumpliría su amenaza. Cada persona sabría que me había acostado con el prometido de mi hermana, y no estaba segura de lo que eso podría hacernos a Mats y a mí.
Holis, es realmente tarde jaja
El punto es que aquí está el nuevo capitulo, espero que hayan pasado un buen fin de semana, y que tengan una semana excelente:)
Es un capi un poco corto, pero interesante o: ¿que hará Cia ahora? He escuchado que una mujer herida es capaz de lo que sea, y Thea le dio donde más le duele.
Bieeeen, si les gustó, no se olviden de votar, y tambien comentar.
Las quiero bellezas<3 Nos estaremos leyendo.
Cambio y fuera, Marijox.
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The Wrong Player
FanficEsta era la cosa, era la hermana menor de la mundialmente famosa modelo de ropa interior Cia Kazakos, no me malinterpreten, la amaba, pero ella era todo lo que leían en las revistas sobre las modelos: chillona, caprichosa y mimada. Haciendo énfasis...