MAX
Generalmente no suelo meterme en muchos problemas.
Bien, eso es mentira.
Es decir, no en tantos problemas.
No hay forma de salir vivo de ésta. No cuando mi comportamiento dice lo contrario. Realmente, realmente me esforcé por quitar buenas calificaciones este año. No por mí. No me importa. Sino por mi madre. Ella es la que me pidió, más bien, me rogó que este año hiciera un esfuerzo, que confiaba en mí.
¿Cómo podría negarme a ello?
Seguro, no podía negarme. Así que puse mi empeño —en copiar sin que nadie me note. Oye, merezco un Oscar por ello— y quite buenas notas. Bien, aceptables notas. De acuerdo, no me aplacé, así que eso es un logro.
Todas las clases apestan.
Quiero decir, ¿En qué vida trigonometría me serviría de algo? En ninguna. Ni siquiera después de muerto.
Enrollo las mangas de mi camisa blanca y levanto la mirada. Incómodo con llevar uniforme por primera vez en toda mi vida. Anteriormente, entraba en un colegio nacional, por lo que no era obligatorio llevar uniforme. Infiernos, nadie siquiera controlaba si llevabas o no el uniforme adecuado. Pero ahora que he sido expulsado, sabía que no sería aceptado en cualquier colegio. Así que para mi pesar, he tenido que entrar en un colegio privado.
Observo la multitud de alumnos. Mi mirada se desvía a un par de chicas. Wow. Estoy malditamente seguro de que han tenido que hacer algún tipo de maravilla con sus polleras, para que queden de esa manera. Alegría para la vista.
El timbre suena y me apresuro a mi siguiente clase y maldigo para mis adentros. Apestaría acabar mi último año en un instituto diferente, lejos de mis amigos. Más aún en un instituto en el cual la mayoría de los chicos son unos idiotas. No digo que yo no lo fuera, porque lo soy. Pero estos chicos y sus inteligentes bocas serían un gran problema. Querría golpearlos.
Esto no iba a terminar bien. De ninguna manera.
Sonrío mínimamente, notando como las chicas desvían su mirada hacia mi persona. Lentamente entro al aula y busco un lugar, puedo sentir la mirada de los demás en mí y no me importa. Pueden mirar cuanto quieran.
Es entonces cuando la veo.
Amy.
La chica que me pegó un portazo en el rostro. Ella está sentada con un grupo de amigas, hablando animadamente, su cabeza cae hacia atrás mientras ríe, oscuras ondas cayendo en su espalda. Una de sus amigas la codea y señala mi intensa mirada, entonces Amy gira, y sus ojos se agrandan cuando se posan en mí.
Siento como mi sonrisa se agranda.
Nah, retiro lo dicho. Esto no va a apestar para nada.
AMY
¿Qué hace él aquí?
Max está de pie en la puerta del aula, obteniendo la atención de todo el mundo, varias chicas dejaron de garabatear en sus cuadernos, especialmente cuando cambió su cuaderno de una mano a otra, sus brazos flexionándose, y pasó sus dedos por su cabello negro, dejándolo alborotado.
Sus pantalones de color gris cuelgan de sus caderas. No es el primer chico al cual el uniforme le sienta bien, a la mayoría de los chicos les quedaba... de una forma aceptable. Pero a Max... oh, a Max le quedaban de maravilla.
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Él es malas noticias!
HumorMax es rebelde, indiferente, provocador y misterioso. Fuma, bebe, va a fiestas sin ser invitado... realmente puedo seguir con esta interminable lista. Pero para dejar las cosas claras, en caso de que no lo hayan notado aún, Max es todo lo que yo no...