AMY
—No sé qué pensar de este lugar —Kiara me susurra al oído. Ambas tenemos nuestro brazo enlazado a la vez que caminamos juntas, sin separarnos la una de la otra.
—Lo mismo digo —respondo observando cada esquina de este lugar. Siento la mano de Max apoyada en mi espalda baja mientras nos abrimos paso entre la gran cantidad de personas que están de un lado y del otro.
Estamos en la casa de uno de los amigos de Max: David. La casa es espaciosa pero llena de vueltas. Me recuerda a un laberinto porque a cada momento aparece una nueva pared que puedes cruzar y te lleva a otra sala completamente distinta o bien, no la cruzas y de igual manera sigues yendo a otra sala distinta.
La arquitectura es sencilla, paredes de hormigón y ladrillo visto, nada demasiado ostentoso.
Max me dijo acerca de que entre sus amigos estarían realizando "algo" -no sé qué es ese algo, pero oh, bueno, creo que hoy me lo haré de idea- y pasarían el rato. Él por supuesto, pidió para que lo acompañara y alegremente acepte tal oferta.
Vamos, él se había mezclado bastante bien con mi grupo de amigos y creo que yo no tendría algún problema haciendo lo mismo con sus amistades. Después de todo, Chad era su mejor amigo y era muy agradable, así que imaginaba que me sería fácil asociarme con ellos.
Sin embargo, no estaba esperando entrar en un lugar como este. Quiero decir, no me malinterpreten. Sé que Max y yo no estábamos dentro del mismo círculo social antes de que él se mudara a mi colegio -razón que aún no he descubierto el por qué de dicho traslado ahora que pienso en ello- y sé incluso, que si él no se hubiese mudado, nunca hubiera sucedido absolutamente nada con él. Por lo que puede que me sienta algo fuera de lugar en un ambiente como este debido a que es tan distinto de la manera en que entre mi grupo de amigos realizamos "reuniones" para pasar el rato.
Pasamos a un grupo de chicas y chicos con cigarrillos en la boca que se agrupan en torno a una pequeña mesa de madera, algunos de ellos sentados en sillas y otros en el suelo, hablando, tomando y soltando grandes carcajadas. Todo a la vez.
Calculo que aquí podría haber alrededor de unas cincuenta personas si me pusiera a contar a todos aquellos que vi en el patio junto a la gran cantidad que hay aquí dentro.
—¡Max! —llama un muchacho de algún lugar en particular que no soy capaz de descifrar. —Por aquí —dice una voz a mis espaldas. Instintivamente me giro hacia aquel lugar y allí no hay nada más que otra bendita pared con la que me doy de lleno.
Malditasea.
—Mierda, lo siento —suelta la pared, estabilizándome por los brazos. La pared no era tan pared que digamos sino un muchacho— ¿Estás bien?
Max me trae a su lado, riendo.
—Amy, no tan rápido ahí, cuidado —dice, a continuación saluda al chico pared —David, al fin apareces.
El chico pared… es decir, David, me mira por un segundo demasiado largo y a continuación sonríe a Max.
—Estaba en el fondo —responde señalando hacia atrás— Vamos.
Y con eso dicho, David dirige la marcha hacia el patio trasero. Kiara, Chad, Max y yo lo seguimos y al minuto siguiente nos encontramos con otro grupo de jóvenes hombres y mujeres, todos sonriendo y conversando entre sí.
—¿Qué hay? —saluda Max con un gesto de la cabeza. Cada quien interrumpe lo que está haciendo solo para mirarnos. Él señala hacia nosotras — ésta es Amy, mi novia y la pelirroja es Kiara su amiga.
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Él es malas noticias!
HumorMax es rebelde, indiferente, provocador y misterioso. Fuma, bebe, va a fiestas sin ser invitado... realmente puedo seguir con esta interminable lista. Pero para dejar las cosas claras, en caso de que no lo hayan notado aún, Max es todo lo que yo no...