Manipulados || SkyDuff©

VII

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¡Buenos días, tardes, noches, madrugadas, lo que sea! Disfruten la lectura<3

"Un buen país es aquél adoctrinado sin una oposición.

Cualquier persona que demuestre amenazas contra mi corte,

Rompe la ley y deberá ser ejecutado.

Porque en la República Americana a los ciudadanos se le fue enseñado

Que solo hay un gobierno,

Y en él es donde radica mi poder."

Artículo 7 de la Constitución de la R.A.

-J. K. Kautzman.

»₪«

Tuve que dejarme caer sobre él, definitivamente había sido una mala idea lanzarme desde el árbol hasta su espalda dejándolo a la suerte. Me mantuve respirando forzadamente, las piernas me dolían, mis rodillas hicieron un mal contacto con el suelo cuando ambos caímos y ahora tenía calambres por todas las piernas. Escuché unos pasos viniendo hacia mí.

—¿Lo mataste? —preguntó José inclinándose para verme. Mi cabeza estaba recostada en lo que era el arma más horrible que había visto en mi vida; antes la vi como un arma gigante y anormal, pero se confirma que las cosas de cerca son más feroces y horripilantes—. Nunca había visto a alguien manejar un sartén tan bien. Debe ser porque eres mujer...

Le lancé una mirada que decía que se callara de una vez. —Ese comentario me hace reconsiderar el hecho de sacarte los ojos.

—Mi jefecito lo decía siempre —rió vagamente—. Y soy un crío, no me mates —se agachó y tocó el cuello del manipulado, con el pulgar—. Ya valió vergas este wey, le partiste la madre.

Hice lo posible por ponerme de pie con el dolor tronando con cada movimiento. —Es con el índice y el medio con el que se toma el pulso. No con el pulgar.

—Pura mierda, siempre me he tomado el pulso con el dedo gordito, y este pendejo está muerto.

No quería discutir, necesitaba llevarlo y amarrarlo y esperar que despertara... pero antes de eso, dormir. Le saqué el armamento poco a poco, revisando los costados de su cuerpo. Cinco cuchillas, dos pistolas Duty nueve milímetros, más el monstruo en su espalda. Cargamento en los bolsillos y un par de pastillas que definitivamente no sabía para qué servían

—Entonces arrastremos al cadáver.

El niño miró pensativo las pastillas antes de tomar al manipulado por los brazos. —Se parecen a las pastillas que las putas de mi padre se tomaban antes de chingar con él.

—Demasiada información.

—Solo decía.

***

No había despertado aún y temía que se hubiera desmayado para agregarle drama al asunto y luego quitarnos las cabezas y llevarlas como carteras de última moda, pero no se movió, su respiración era lenta y constante. Me preocupaba que se despertara justo cuando lo estuviéramos montando en la silla, tendría el tiempo suficiente de acabarnos; sí, lo había desarmado, pero eso no quería decir que el tipo no tuviera movimientos ninjas, como la mayoría. El niño cargaba el casco del manipulado en la cabeza y actuaba como robot para meterse en el personaje. Abrí la puerta del establo y juntos lo arrastramos hacia adentro y sobre la silla de metal contra una de las columnas.