Primera cesión.

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—¿Sabes cuál es el problema con enamorarte de un falso músico que pide dinero en la calle mientras carga un mono en el hombro y te sonríe con una sonrisa del tamaño del Ganges?

—¿A qué se refiere, señorita?

—Ah que nunca te enamores. La gene dice: enamórate linda, deja de pensar en las nubes, esos libros que lees de seguro te están metiendo drogas, pero se equivocan, lo que deberían decirte, es: linda no te enamores, eso duele, con eso sufres, con eso no consigues llegar a nada más que al mismo ¡Miserable, lugar!

—No entiendo, señorita.

—¡Y venga con señorita!, ¡me llamo Mave! Señorita es una mujer vieja que vive sola en su casa con el novio de su hija, a quien engaña con el guapo jardinero. Yo no tengo hijas, ni jardinero y nunca de los nunca un novio.

—Esta bien, por favor, perdone mi intransigencia, se... Mave.

—Bien dicho soy Mave y más le vale que lo vaya recordando porque si no, no pienso pagarlo ni un solo céntimo.

—Por favor guarde la calma y prosiga con lo que le molesta.

—Me molestas tú.

—Le suplico me perdone y siga hablándome de ese músico al que detesta.

—En primera tengo que irme, en segunda era un falso músico y para el final le aseguro que ya no me molesta nada en absoluto.

Fin de la cesión.

Mis treinta primeros erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora