Capitulo 1:

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-¡Claro siempre haces lo que se te da la gana! ¡Sin respeto más encima!- me gritaba mi mamá esas y otras incoherencias, y yo no soy más bien de esas personas que se quedan calladas mientras le reprochan algo, soy lo más contestadora que puede haber.

-¡Cállate, me tienes aburrida, siempre buscas una excusa para retarme!- le dije explotando sacando todo el enojo que tenía hacia ella. -¡Te dije que ocuparía el baño, yo no te ví en ningún momento en él!

Hací es estábamos peleando por un estúpido baño sólo porque ella "entró" primero y que yo no podía pasar, y bla bla bla. Todo lo que me decía no tenía sentido, básicamente podría decirme que salga por un rato que ella estaba en el y punto, pero no tenía que gritarme e insultarme.

-¡No me vengas hablar hací, tenme más respeto, no soy ninguna de tus amiguitas para que me hables hací!

-¿Y quién empezó con todo ésto, ahora pasa que no puedo ir a ningún lado de la casa por que tu me gritarás?- no le dejé ni responder, claro era como obvio su respuesta.

Me encerré en mi pieza y le puse seguro a la puerta, saqué mi mochila y metí mi celular, audífonos algo de plata que tenía guardada y cargador para el celular, claro al lugar que iba no hay electricidad para cargarlo, pero aún haci lo metí. Antes de salir de la pieza metí un pañuelo algo grande, cerré la mochila y me fui rápidamente donde tenía puesta mis llaves de la casa y salí lo más rápido.

En realidad no tenía ningún panorama para salir, sólo quería despejarme de los gritos de mi mamá y poder estar tranquila aunque sea un rato.

Caminé a un parque que estaba a unas cuadras de mi casa, pero lo que me gustaba de él es que era muy grande, había canchas de fútbol, caminos para andar en bicicleta o caminar, y además lo más importante eran la cantidad de árboles de todos los tipos y su tranquilidad, lo único que se podía escuchar era el sonido de algunos pájaros y las hojas al ser pisadas.

Busqué un lugar donde el pasto no estuviese mojado, saqué mi pañuelo y lo puse sobre el piso para hací no ensuciarme los pantalones.

Estuve sentada durante diez minutos donde pude relajarme, y olvidar a todos los demás. Derrepente sentí que mi celular sonaba, lo saqué de la mochila y ví que tenía un mensaje de Cristina una amiga del liceo.

-Hola Nico, ¿Dónde éstas?- me preguntaba para que me buscaba, siempre que nos juntamos son para puras travesuras, y hacer rabiar a mi mamá.

-En el parque que nos juntamos siempre, ¿Por qué? ¿qué tienes en mente?

-Eso te lo cuento después, nos vemos en los columpios en cinco.

-Ok.

Recogí mis cosas y limpié el pañuelo, caminé hacia donde estaban los columpios que me indicó Cris.

La ví hablando animadamente con un chico y sonriendose con complicidad. Él se vía alto a pesar de estar sentado, no se podría decir que tenía grandes músculos pero si un cuerpo formado, tenía el pelo castaño oscuro, y una sonrisa hermosa que podía cautivar a cualquier mujer.

Después de salir de mi trance me acerqué a ellos, y deseando que a Cris no se le haya ocurrido la brillante idea de hacerme tocar el violín, mientras ellos se besan y se tocan por todas partes.

-Hola Nico al fin llegaste- dijo la morena con una sonrisa -Bueno te presento a Matt, va en nuestro liceo pero se acaba de cambiar a nuestro curso. Claro lo sabrías si no habrías faltado ayer...

-Claro Cris ya todos entendimos, bueno gusto en conocerte Matt- dije mirándonos a los ojos.

-El gusto es mío Nicol- se paró para darme un beso en la mejilla. No sabía que con un simple acto me pondría sonrojar tanto.

Miré a Cristina fijamente para saber que tenía en mente, espero que no sea lo que estaba pensando.

-Le decía a Matt que a tí te encanta salir a pasear, en especial si la compañía es con hombres- ¡Que rayos! ¿Desde cuando me gusta la compañía de los hombres? No es que no me guste sólo que no era el tipo de compañía al que yo sé que se refiere Cristina.

Al parecer vió mi cara de confusión, porque de inmediato se paró, y le indicó a Matt que caminaramos. Era estúpido que me fuera sin ser vista por ellos porque iba en medio de éstos dos, haci que sólo pude caminar.

Caminamos sin rumbo durante cinco minutos y ya sentía que me caía bien Matt, se veía educado y muy atento, y tampoco un arrogante como yo esperaba que fuera. Estaba tan concentrada escuchandolo que no me dí cuenta cuando Cris se fué.

-¿Y dónde se fué Cristina?- miraba hacia todos lados buscando algún rastro de ella.

-Emm... no lo sé tampoco me dí cuenta cuando se fué- por alguna razón no le creía lo que me decía.

-Bueno ya le preguntaré más tarde que es lo que le pasó- ¡Desgraciada! sabia que era eso lo que tenia en mente. -Y bueno ¿por qué te cambiaste de curso?

-Tuve problema familiares- al parecer se dió cuenta de mi mirada preguntona porque siguió contándome. -Mi prima va en tú curso y al parecer la molestaban por su forma de vestirse, por lo que mis tíos les pidieron a mis papas que me cambiaran junto con ella.

-Wow... pero al menos nos tienes a Cris y mí, haci le hacemos compañía a tu prima y a tí.

-Jajajaja si eso será fabuloso.

Estuvimos hablando durante mucho rato donde nos pudimos conocer aún más. Hasta que me di cuenta que se estaba oscureciendo, saqué mi celular para saber la hora que era. Cuando lo encendí llegué asustarse con la cantidad de llamadas que tenía de mi mamá. Al parecer me estaba llamando desde que salí de la casa pero no lo escuché por qué lo tenía en vibración, en total sumaban treinta uno llamadas de ella.

-Valla si que te estuvo llamando tu mamá- le escuché decir a Matt, yo sólo le respondí con un sonrisa media fingida porque sabía que esto me tomaría otros insultos más por parte de ambas.

Justo cuando le iba a responder que no importaba, me llamó mi mamá. Contesté inmediatamente.

-Hola estoy en...

-¡No me importa en donde rayos estás! ¿Acaso te crees tan grande con dieciséis años como para salir sin permiso de la casa? ¡quiero que te vengas ahora, o sino no entras a ésta casa!- sabía que no faltaba mucho para que pasara eso, por lo furiosa que estaba.

-Hoy es sábado tengo permiso para salir hasta las doce, no veo ningún problema que no esté en casa- le dije lo más tranquilamente para no parecer una loca frente a Matt.

-¡No me importa te vienes inmediatamente!- y me cortó dejándome con las palabras en la boca.

-Tendré que irme a mi casa, mi mamá está vuelta loca.

-Está bien, sólo tendrás que dejarme llevarte a tu casa, está muy oscuro y no acepto un no por respuesta.

-Jajajaja bueno ya he visto hoy que eres muy difícil de doblegar, vamos. -caminamos unos diez minutos, hasta que llegamos a mi casa.

-Adiós que te valla bien, ten cuidado ahora tu también a estas horas no son muy seguras las calles- le dije apartandome un mechón del rostro.

-Claro, no te preocupes vivo algo cerca de aquí, hací que no hay problema. Adiós- Se acercó a darme un beso en la mejilla algo largo para mi parecer, pero no puedo decir que no me gustó.

Cuando ví que dobló la esquina me preparé para entrar a mi casa, ya veía la pelea que se venía con mi mamá.

Estaba abriendo la puerta cuando sentí a mi mamá gritarle a alguien, estaba muy histérica más aún que cuando me llamó por teléfono. Decidí entrar y me quedé atónita con lo que ví.

No juzges sentimientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora