Capítulo 20:

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Dejé de caminar ya que no había donde ir y no tenía opciones para volver por donde había venido, prefería no ver quien sea que esté detrás de mi. Observé a mis alrededores tal vez podría encontrar algo con que defenderme, y justo al lado de una roca ví un pedazo de vidrio estaba algo puntiagudo y oxidado, se notaba que era de cerveza ya que estaba toda manchada de ella, pero no me importó la recogí lo más rápido que pude no quería que ésa persona se acercara más a mi.

La limpié un poco con mi camiseta para que no se me resbalara de las manos, no quería matar a nadie sólo quería asustarlo un poco y poder lograr que se aleje de mi, aunque no era la gran cosa y no era tan grande pero al menos lo intentaría.

Inhalé profundamente para darme fuerzas a mi misma y valor de poder enfrentar a ésa persona. Agarré fuerte el pedazo de vidrio y me dí media vuelta. Quedé pretificada pero no fué de miedo si no de sorpresa. Delante de mi había una niña de unos ocho años, traía una capucha a pesar que ya en los días empezaba hacer más calor con la llegada de la primavera. Vestía de unos zapatos feos y sucios y uno de ellos tenía un gran agujero dejándole ver unos calcetines del mismo estado, su ropa era muy hancha tal vez por la delgadez que tenía o simplemente era la ropa que había conseguido, en sus brazos traía un pequeño perro que se notaba que no debía de tener más que unas semanas de vida. Observé su rostro tenía rasgos finos y a pesar de estar sucia y maltratada se le notaba que su cabello de color rojiso era hermoso. También pude darme cuenta que estaba igual o más nerviosa y asustada que yo, sentí pena por la niña por tener que estar en un lugar haci, en sus hombros traía una mochila que era más grande que ella de seguro ahí traía todo lo que tenía en éste mundo. Sentí una presión en mi pecho era entre angustia y tristeza, de inmediato solté el pequeño vidrio que aún no había arrojado de mis manos. Dí un pasó hacia ella pero retrocedió dos más, sabía que si quería que no se alejara de mi tenía que ser sutil y mostrarme lo menos intimidante posible.

-Hola- me miró atemorizada retrocediendo aún más, no lo estaba haciendo bien -Tranquila no te haré daño, sólo quiero saber donde estoy ¿Podrías ayudarme?- al parecer por cada palabra que le decia para ella era más motivo de desconfianza. Sabía que no podía hacer que confiara, sentí mis piernas muy pesadas no podía estar otro segundo más estando de pie, eso me decía que había caminado más de lo que había pensado. Acomodé una tabla que había no muy lejos de mi y me senté en ella, había sido tan estúpida que ni siquiera había sacado mi celular. Ahora me daba cuenta que en verdad podía ser una verdadera loca cuando me enojada, ni siquiera había pensado en Joulaine sólo llegué y me fuí, bueno por una parte fué bueno no haberla traído porque estaría más complicada en éste momento si estuviera conmigo. Me sentía aún más frustrada y cansada no podía más, y sin darme cuenta ya estaba llorando con mis manos en mi cara, como si quisiera ocultar mis sentimientos a cualquiera que estuviera en éste lugar horroroso.

-Mi madre decía que no debemos ocultar nuestros sentimientos, aún menos si son de tristeza, porque nunca sabemos quien nos puede ofrecer su ayuda- dijo lo pequeña que estaba a un costado mío. No estaba del todo cerca mío pero al menos no se había ido.

-Está bien no los ocultaré- me sequé todas las lágrimas que tenía en mi rostro, luego me arreglé un poco el cabello que estaba todo despeinado.

-Me llamo Florencia pero si quieres dime Flo, mis amigos me decían que es como le dicen a los perros, pero a mi no me importa mucho porque es como me puso mi mamá y mi papá, además que haci se llamaban mi abuela ella está en el campo. En busca de ella encontré a Flopy le puse haci para que nuestros nombres se parecieran, porque somos idénticos- dijo elevando al perro hasta su rostro, para que los pudiera comparar. Valla no resultó ser tan tímida como yo pensaba. -Por cierto ¿Tú como te llamas?

-Yo me llamo Nicoletta pero si quieres me dices Nicol. Por cierto ¿Cuánto años tienes? ¿y dónde están tus papas?

-Tengo diez años- al parecer nunca le achuntaba con las edades. - Y mis padres están en el cielo están cuidando de mi desde allá a mí y a Flopy- acercó al perro para darle un pequeño abrazo.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2016 ⏰

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