No juzges sentimientos.

Capítulo 2:

Me quedé estática en mi lugar, ahora entendía porque tanto griterío de parte de mi mamá. Nunca conviví con él pero por algunas fotografías que habia encontrado "casualmente" en la pieza de mi mamá, podía saber quien era.

¿Pero por qué después de tantos años se dignó a aparecer?

Decidí subir a mi habitación no quería ver a ninguno de los dos, pero para que supieran que yo ya había llegado pegué un portazo, que hasta se llegaron a mover algunas ventanas.

Pero no sirvió de nada seguían discutiendo, a cada minuto que pasaba ya veía que a mi madre se le cortaba la voz, por la intensidad que gritaba. Sólo un par de veces escuche gritar hací.

La primera vez fué cuando la llamaron de mi colegio cuando tenía nueve años, porque una niña de mi clase me molestaba todos los días, hasta que un día llegó al punto de los golpes, pero a los minutos después la pilló la profesora y la expulsaron del colegio. Pero claro sólo a mi mamá se le ocurre pensar que yo era una busca pleitos y que fué toda mi culpa, por lo que recibí más golpes y gritos de ella en la casa.

La segunda vez que ésta fue intencional por parte mía cuando tenía catorce años, fué cuando me pilló preservativos en mi cajones. Yo lo había hecho sólo para hacerla rabiar, por la acumulación de tantos años de maltratos de ella, que decidí revelarse ese día. Pero al parecer las cosas no salieron como pensé y me fué peor.

Después de quince minutos aún se escuchaban los gritos de ambos. Lo único que podía entender en medio del ruido era simples palabras como dinero, custodia, odio, y algunas groserías e insultos. Ya más que aburrida de todo lo que estaba pasando volví a agarrar mi mochila, para volver a salir. Total no creo que se den cuenta de mi ausencia en la casa.

Ni en este momento ni en ninguno otro, yo no le importaba a ninguno. Mi papá no le importó que mi madre estuviese embarazada y la abandonó a ella y mi, y se fué a quien sabe donde. Y mi mamá desde que tengo uso de razón me ha hecho sufrir me insulta y me pega, y no encuentro la razón de su comportamiento con migo.

Si salía ahora, mañana, la otra semana eso no importa ellos siempre están sumidos en sus problemas y dejándome de lado a mí. Son como una familia aparte para mi, ni familia sólo conocidos.