Habían pasado dos días desde la llegada de dos cosas importantes para mí. La vuelta de Devon del hospital, y la oferta del señor Phelps. Cada día tenía más dudas de lo que decidir. Intenté no pensar mucho en ello un par de días para estar con mi gran amigo y arreglar las malditas cosas entre Danna y él, sinceramente, ya me estaba mosqueando bastante y yo no era una chica con mucha paciencia para este tipo de cosas.
- Dan, ya estoy harta.-Dejó de escribir y levantó la cabeza del escritorio con el ceño fruncido.
- ¿Harta de qué?- Dijo confusa rascandose la nariz. Me acomode en mi cama sentantome como un indio.
- ¡Harta de lo que haces!- Abrió los ojos sorprendida pero no paré.- No sé que intentas hacer.- Apreté los labios.- Pero Devon está mal y tanto tú como y yo, sabemos que no crees lo que te dijo Jane.- Fui hablando cada vez más bajo al ver como el semblante de Danna cambiaba de confusa a derrotada.
- Roma, yo...- Miré hacia otro lado y negué con la cabeza.
- No Danna.- Odiaba escuchar excusas.- Dime la verdad.- Exigi. Lo sé, a veces...no. Siempre he tenido muy mala "hostia" y más cuando me tocaban los cojones. Danna cerró los ojos un instante y al abrirlos pude ver miedo en su mirada. ¿Quizá era eso? ¿Miedo?- Tienes miedo.- Afirme en un susurro.- ¿Pero de qué Danna?
- De mí.- En ese momento, sin quererlo, solté una risa que no venía a cuento y creo que eso le molestó. Me disculpe con la mirada y bufo.- Me conozco bien Ro, nadie, ni siquiera tú.- Puntualizó.- Conocéis la mitad de como verdaderamente soy.-Estaba confundida. Era mi mejor amiga y la conocía muy bien, o eso creía.
- ¿De qué estás hablando?- Me eché para alante.
- Estabamos siempre gritandonos, peleando...- Miró hacia un lado. Notaba añoranza en su voz.- Al final uno de los dos acabaría dañando al otro de verdad.- Crucé mis dedos y pense.
- Yo os veía genial...
- No es así, Ro.
- Pero, cuando estabais bien, erais perfectos.- Sonrió levemente.
- Lo nuestro no acabaría bien Ro.- Negué con la cabeza. No podía permitirlo.
- Dan, ¿tú le quieres?
- Más que a mi vida.- Sonreí vagamente. Sabía que al menos su amor era correspondido, no como el mío...
-Daros otra oportunidad, Dan.- La miré a los ojos. Estos brillaban como nunca.
- No sé...- Suspiró y se levantó.
- Hazme caso.- Dije con una sonrisa asintiendo para animarla.
- De acuerdo, lo intentaré.-Por fín, sonrió ampliamente hasta poder ver su especial sonrisa. Cuando pasó por al lado de mi cama, miró mi mesita de noche y fruncio el ceño.- ¿Y esto?- Cogió la rosa y la olio.
- Me la encontré hace unos días en la ventana.- Sonrió de lado.
- ¿De quién será?- En mi mente me hacía mis propias ilusiones de que fuese James. Pero no tenía ni idea.
- Ojalá sea James.- Danna rió y dejó la flor en su lugar.
- Sea quien sea, ¡le gustas!- Exclamó entrando al baño. Era increible como Dan, podía cambiar de depresiva a eufórica en un segundo.
(...)
Hacía bastante tiempo que no hablaba con mis padres, y ni siquiera les había dicho lo del contrato. Cogí mi portátil y los llamé por videollamada para así, poder vernos la cara.
- ¡Roma!- Lo cogió mi hermano.- ¡Mamá, ven!- Solté una risita.
- ¡Hola familia!- Saludé con la mano.
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C.A.R. SNOWY
RomanceSer una deportista de élite no es nada fácil para Roma Blake, considerada una prometedora nadadora por su Coach. Comenzo en este deporte por su enfermedad, pero se convirtio en parte de su vida. Su equipo decide irse a una concentración durante un a...