Capítulo 3: "La Reserva"

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Me estaba recuperando del desmayo cuando lo primero que pude ver fue a unos hombres algo mayores y a unos chicos jóvenes a mi alrededor, todos con cuerpo de revista, observándome atentamente.

Intenté hablar, cosa que conseguí con algo de esfuerzo.

- Hola... ¿Dónde estoy? ¿He llegado a la Reserva? Es que busco a Jake.

- Sí, has llegado a la Reserva. – me dijo uno de ellos - Jake está ocupado en el taller. Vosotros, ir a buscarle. – dijo a dos de los muchachos jóvenes.

Por fin podré conversar con Jake. Pero como resulte que es el típico tonto y estúpido adolescente... ¡Me encargaré de que sufra!

Conseguí levantarme y a lo lejos vi cómo se acercaba quien se suponía que era Jake. No entendía como mi hermana no quería estar todo el rato con él, pues al chico solo le quedaba tener buen carácter para ser perfecto. O mi hermana es feliz estando soltera o es que no tiene ojos para los hombres...

- Hola muchacho, ¿En qué estabas pensando cuando emprendiste una ruta a través del bosque?

- Pues, sinceramente, no tengo ni idea. – dije riéndome tontamente – Bueno, en verdad, quería habla contigo sobre mi hermana, Bella. – solté tratando de disimular.

­­- Pues ya puede ser importante, como te hayas recorrido ese largo camino para una tontería...

- Pues más o menos... Bueno, lo que pasa es que quiero que estés más con mi hermana o, que te asegures de que está bien, porque es una chica muy muy rara, y tiene un imán para la gente extraña.

­- Por mí no hay ningún problema, pero no sé si ella querrá tener su espacio.

- Mientras no te excedas, da igual. Intenta hacerte buen amigo suyo y todo irá bien. Será rara, pero es mi hermana y me preocupo por lo que le pueda pasar si se junta con gente peligrosa. Pues en Forks o la gente es demasiado común o súmamente extraña...

- Vale, trato hecho. – dijo con una amplia sonrisa.

Estubimos un rato conversando de todo un poco. Fue bastante agradable y divertido. Al menos Jake parecía alguien normal, con quien mi hermana podría empezar a dejar de estar tan apagada, aunque solo sean amigos. ¡Nada mejor en la vida que una buena amistad!

El tiempo pasó sin darnos cuenta, y ya iba siendo hora de volver a casa. Jake se marchó a seguir con las tareas en las que había estado trabajando antes de que yo llegase.

Ahora me tocaba llamar a papá y esperar a que viniese a por mí. Si tardaba mucho, me iba a morir de la vergüenza, pues aún algunos de los que se encontraban cerca de mí me miraban con una cara un tanto extraña.

Cuando llamé a papá le conté donde me encontraba y le pedí que por favor viniera a por mí. Tras preguntarme por mi hermana, me dijo que cogía el coche de inmediato y venía a por mí.

Debería dejar de quejarme tanto de él, pues a pesar de todo está ahí para cualquier emergencia.

La espera se me hizo algo larga, pues la vergüenza parecía ser capaz de detener el tiempo. A eso había que sumarle una extraña sensación que se respiraba en el ambiente.

Por suerte para mí, papá no tardó demasiado en llegar y llevarme directo a casa.

El hermano de Bella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora