Capítulo 9: ¿Quién eres tú?

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No recordaba demasiado sobre el susto de la caída. Solo que, milagrosamente, no había acabado aplastado contra el suelo. Eso y que alguien o algo me agarró en el aire.

Abrí con cuidado los ojos y me di cuenta de que estaba en brazos de algo que no podía identificar demasiado bien.

Allí, en la cabeza, donde no debía de haber nada, había dos hermosos cuernos. Donde los dientes estaban, se podían ver un par de colmillos, aunque no eran demasiado largos. En las manos, las uñas, eran más largas de lo normal. De la plana espalda, surgía una larga y robusta cola. Todo eso en una aparente silueta humana, que de humana tenía solo una parte.

Me había quedado atrapado en el proceso de observación de aquel ser, el cual, seguía sujetándome. Cuando pude reaccionar, me moví bruscamente, consiguiendo caerme al suelo. Esa cosa no hizo nada, se limitó a observarme.

No sé por qué, pero ese rostro me sonaba de algo, me era familiar...

Justo cuando trataba de seguir intentando identificar ese rostro, un extraño ruido procedente de algo a mis espaldas, me sacó de mis pensamientos.

- ¡Apártate! - dijo una voz grave.

- Si lo quieres, ven a por mí - le contestó el que tenía cerca.

Tras unos breves ruidos, se podía ver a dos figuras peleándose. El problema estaba, aparte de que estaban peleándose, el que ni siquiera sabía decir que eran esas cosas.

Mientras yo seguía sin entender nada y mientras esas dos cosas se gritaban de todo menos cosas bonitas mientras se golpeaban con fuerza, cayó desde las casas de arriba una extraña figura bastante más grande.

- Sois una vergüenza para este lugar. - dijo con una voz calmada pero profunda.

- E-Eris... Verás... - trataba de decir uno.

- Yo no... - le seguía el otro.

- ¡Silencio!

- S-sí... - dijeron al unísono.

Un momento... Esos dos le han llamado Eris a esa cosa grande. ¿Pero qué estaba pasando en este maldito lugar? ¿Es que no podía conocer ya a alguien ni medio normal?

En ese momento, lo que se suponía que era Eris, cogió a los otros dos de sus cabezas y se acercaron a mí. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, los soltó, dejando que se golpearan conta el suelo.

De golpe, una sombra los envolvió para, poco después, dejar a la vista a tres personas. Eris, Erome y Devon.

- Querido Andrew, lamento muchísimo las molestias, de todo corazón. - dijo la anciana intentando mostrar un rostro cariñoso.

- ¿Pero qué molestias? -reprochó Erome- Si yo le había salvado y todo iba bien hasta que el pringado de Devon se puso celoso...

- ¿Celoso, yo? ¿De qué? - le dijo Devon desafiante.

- De mí, obvio - le respondió Erome con una sonrisa.

- Como si pudieras competir contra mí...

La disputa de esos dos hubiera durado demasiado, y seguro que hubieran acabado a golpes de nuevo, de no ser por Eris.

- ¡Ya basta! -gritó- El próximo de los dos que abra la boca le hará una visita Nere.

Ambos se callaron como si nunca hubiesen tenido boca. No sé a qué se referirá Eris con la "visita a Nere", pero no parecía ser algo bueno.

- Marchad a vuestros cuartos inmediatamente, en silencio y sin molestar. Yo me quedo con Andrew, le debo unas disculpas y unas cuantas explicaciones en nombre de todos.

El hermano de Bella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora