Cuando se presentó oportunidad de pasar las vacaciones en otro lugar que no fuera Cancún y Durango, Xander aprovechó. Existían diversas razones por las cuales Alan le había hecho esa propuesta 1) Porque no quería estar solo con su padre y su madrastra, 2) Porque no quería dejar solo a Xander en Durango, ya que no iría de visita a donde sus padres, 3) Porque deseaba y quería pasar más tiempo junto a Xander.Ahora se encontraban en la casa, o más bien la gran casa de Alan, un jardín delantero hacía ver la residencia muy pequeña a lo lejos, pero estando cerca era una extraña combinación de estructuras coloniales y modernas.
Cuando llegaron a la casa, esta estaba vacía, y Xander se instaló en la habitación que le había dicho Alan, que era justo la del fondo, y al lado de la de él. Apenas y habían cruzado una que otra palabra en el trayecto del viaje, su compañero se encontraba encerrado en sus pensamientos.
Justo cuando abrió la puerta de su habitación, encontró a unas señoras con uniforme hablando entre ellas sin darse cuenta de la presencia de Xander, él solo sonreía al verlas discutir.
-Hola señoras-, dijo Xander adquiriendo la atención de las cuatro. Ellas se sobresaltaron y rieron nerviosas.
-No estábamos espiando-, dijo una de ellas al instante. Xander solo rió.
-Disculpe la primera impresión, pero queríamos conocerlo. El joven Alan nos ha hablado tanto de usted, que cuando nos enteramos que vendría, moríamos de ansias por conocerlo.
Una de ellas –la más grande de edad-, comenzó a sollozar y se abalanzó hacía Xander sin pensarlo.
-Gracias por estar con él, es un excelente chico-, le susurró.
-Chicas, ¿qué están haciendo?, van a espantar al invitado-, dijo Alan saliendo de su habitación. Todas gritaron y corrieron para abrazarlo.
* * * * * * * *
Caminaban por el jardín trasero en silencio, cada quien profundizando en sus pensamientos.
-No quería venir-, dijo Alan en un suspiro, mientras se acostaba en el césped.
-Imagino el porqué.
-Pero ahora estando aquí, se siente de una forma muy distinta. Quizá porque ahora te tengo aquí conmigo-, sonrió mientras miraba el perfil de Xander.
-Gracias por traerme.
-No, gracias por acompañarme.
-¿A qué hora llega tu padre?-, Xander se giró para mirarlo a los ojos.
-No lo sé, y no me importa. Solo quiero arreglar los asuntos por los cuales vine e irnos de aquí.
-Me gusta...
-¿El cuál?-.Preguntó Alan,- ven, te quiero mostrar algo-, dijo después de no tener una respuesta. Tomó a Xander de la mano y lo condujo por un camino de arbustos y árboles.
-Wow, tienes tu propio bosque.
-Algo así-, rió Alan. Lo condujo de la mano hasta que llegaron a una puerta de metal con una cerradura extraña. Al abrir la puerta, había escaleras que conducían al techo de la casa.
-Esto es fascinante Alan, ¿cómo es que estamos hasta acá arriba? De aquí puedo observar el lugar donde estábamos acostados.
-Existen dos formas de llegar, una es por la puerta en que entramos y la otra es por mi recámara.
-Podría tocar hasta las estrellas y la luna desde aquí.
-Ven acá-, lo guió hasta llegar a un pequeño cuarto, cuando entraron había una cama y un librero, lo impresionante era que el techo de ese pequeño cuarto era de cristal-, muy pocas veces llegué a dormir en mi habitación.
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Grados Inesperados.
RomanceErick era el novio de Xander, hasta que la vida le fue arrebatada, ¿te imaginas ver cómo tú novio agoniza? ¿Será cierto que después de un desprendimiento amoroso buscamos lo opuesto de esa persona en nuestra siguiente relación? O ¿será que buscamo...