Prácticamente, las vacaciones habían finalizado, era domingo por la tarde-noche cuando Alan y Xander llegaron a casa, los universitarios hacían presencia en la ciudad con las llegadas de sus autos, y a cada minuto se escucha uno que otro claxon.
-Estoy súper agotado, y tengo mucha hambre-, Alan se lanzó al sofá en cuanto cruzó el umbral.
-Yo también muero de hambre-, dijo Xander mientras subía sus maletas. Alan se acercó y comenzó a mirarlo con ternura-, no Alan, estoy muy cansado, si quieres comer, mejor espera unas horas y salimos a cenar, porque yo no voy a cocinar hoy.
-Pero extraño esos baguettes que haces.
-Pues seguirás extrañándolos por ahora.
Xander subió a su habitación ignorando los comentarios de Alan, lo único en lo que pensaba era en tomar una ducha, comer y caer dormido a la cama, pero eso no sucedería ya que para poder comer, tendrían que salir a comprar, primero, porque no quería cocinar en estos momentos y segundo, porque no había nada para cocinar.
Cuando salió de la ducha, corrió para poder cambiarse de ropa, aunque eran principios de febrero, el frío continuaba y la nieve seguía cayendo. Salió de su recámara, y fue a tocar la puerta de Alan, pero nadie contestó, cuando entró, lo vio acostado en toalla sobre su cama.
-Alan, cámbiate, vamos a cenar-, dijo mientras lo agitaba para que despertara.
-Solo pide una pizza y ya, no quiero salir-, dijo casi dormido.
-Muero de hambre, y quiero comer algo fuerte, sabes que hoy no comimos bien-, siguió insistiendo, pero parecía que Alan ya estaba dormido-, está bien, aceptaré la invitación de Joelle a cenar-, Alan se paró de un brinco recuperando toda su energía y fue directo al clóset, cuando escuchó decir eso de Xander.
-No me gusta que te malpases, conozco un lugar donde podrás comer bien-, dijo mientras se cambiaba y Xander se dirigía a la salida.
-Te espero abajo-, dijo cerrando la puerta tras él.
Habían recorrido más de seis restaurantes y todos estaban llenos de estudiantes, más de una vez se encontraban con algún conocido.
-Tendremos que salir a la ciudad o seguiremos buscando aquí hasta el amanecer-, dijo Alan, al ver la séptima opción sin espacio para más clientes.
-Vamos a cualquier lugar ya, no importa, una pizza, o lo que sea-, dijo Xander molesto y Alan comenzó a reir.
-Conozco un restaurante italiano, no es muy conocido, puedes pedir lasagna o algo que no sea pizza, si quieres-, Xander solo asintió.
El restaurante no muy conocido, parecía que había comenzado a ser reconocido, porque no estaba vacío, pero a comparación de otros, tenía menos clientela, por suerte aún había algunas mesas disponibles. El mesero entregó los menús, y Xander debatía si pedir un calzone o una lasagna.
-¿Estás enojado?-, preguntó Alan con cierto temor, lo cual hizo que Xander se relajara.
-Me estresé un poco-, trató de sonreír, pero no fue suficiente para Alan.
Al último Alan pidió un spaghetti ala boloñesa y Xander una lasagna. Alan había ido al sanitario, cuando vio entrar a alguien al restaurante, Enosh, Xander trató de disimular su nerviosismo comiendo pan de ajo.
-Xander, hola-, alzó la mirada, para encontrarse con Enosh.
-Hola Enosh-, dijo parándose de su asiento para saludarlo con un abrazo, pero este lo detuvo.
-Te presento a mi novia Stphanni-, Xander había estado tan nervioso, que no se dio cuenta que no iba solo.
-Hola, soy Xander, mucho gusto-, dijo saludándola, y pasando saliva a la vez.
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Grados Inesperados.
RomanceErick era el novio de Xander, hasta que la vida le fue arrebatada, ¿te imaginas ver cómo tú novio agoniza? ¿Será cierto que después de un desprendimiento amoroso buscamos lo opuesto de esa persona en nuestra siguiente relación? O ¿será que buscamo...