Capítulo XX

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Xander reconocía el esfuerzo que hacía Alan para complacerlo, nunca pensó que a ese chico realmente se le haría difícil retenerse al comprar, quizá ya no era más por Xander, Alan se estaba convirtiendo en un comprador impulsivo. De vez en cuando, Xander permitía que le comprara una que otra cosa, al final de todo, eso era lo que hacía feliz a Alan.

-He estado pensando en algo-, decía Xander mientras caminaban por el parque de la ciudad-, pienso que tienes un problema.

-¿A sí?-, Alan se detuvo y le prestó atención-, dime cual es.

-Siento que eres un comprador impulsivo-, Alan solo hizo una mueca al escuchar eso de Xander.

-Quizá solo lo sea en ocasiones. Aparte, ya estoy tratando de no serlo-, dijo y besó a Xander.

-Me alegra mucho eso y me siento orgulloso de ti-, Xander se aventó y lo abrazó con todas sus fuerzas, haciendo reir a Alan-, no puedo creer que casi nos vayamos, me siento nervioso-, decía Xander mientras caminaban abrazados-, tengo miedo de no adaptarme bien al idioma.

-A caso, ¿te estás tirando al suelo para que te levante?-, dijo Alan, y Xander rió, dándole un golpe en el abdomen.

-Que duro te sientes cariño-, dijo y acarició sus abdominales.

-Duro siento otra cosa-, susurró al oído de  Xander, provocando que este se ahogara en risas-, ¿qué? ¿no me crees?-, dijo y mostró su cara tímida e inocente.

-No pongas esa mirada, que con lo que acabas de decir no te queda cariño-, dijo Xander y ahora el que reía era Alan.

-¡Alan!-, gritaba un compañero de él mientras  se acercaba-, que sorpresa encontrarte aquí-, dijo cuando llegó a ellos-, Xander-, lo miró de pies a cabeza y sonrió falsamente.

-Ah, si que sorpresa-, dijo Alan sin darle importancia.

-He pasado a tu departamento para ir a saludarte, como siempre, pero no te encontraba-, dijo y miró a Xander.

-Casi siempre me la vivo con Xander, por eso nunca estoy en mi depa.

-Ya veo, ¿volvieron?-, dijo y miró sus manos unidas-, no puedo creerlo-, rió sin gracia.

-¿El qué?-, dijo Xander.

-Es mejor que te calles y no hables, que no es contigo con quien estoy hablando.

-No sé quien te creas Roberto, pero no eres nadie para hablarme así...-, decía Xander antes de que lo interrumpiera.

-Rodrigo, y claro que puedo, todavía tienes el descaro de volver con Alan, ¿a caso no te alcanza el dinero que te dan tus papás? que tienes que venir y quitarle a Alan el suyo.

-Mira imbécil-, decía Alan, y empujó a su compañero-, más te vale que te vayas si no quieres que te rompa el hocico que tienes enfrente de toda esta gente.

-Pero, ¿qué te pasa Alan?-, decía Rodrigo con los ojos iluminados-, es él el del problema, no te das cuenta, que solo te utiliza.

-Te diré algo Rodrigo, tu y yo somos hombres, así que no se va a ver nada mal con que te deje sangrando en el suelo, lárgate o no respondo.

-Alan, tranquilízate ¿si?-, decía mientras acariciaba la espalda de Alan-, es mejor que te vayas Roberto- dijo Xander pacientemente.

-¡Es Rodrigo!-, le gritó a Xander-, de mí te vas a acordar Alan, cuando este interesado te deje en la ru...-, no pudo terminar su frase porque ya estaba tirado en el suelo sobando su mandíbula.

-Te lo advertí, y es mejor que no vayas ya a mi departamento, me da más pena a mí tener que hacer como que no hay nadie, para no abrirte-, tomó de la mano a Xander y siguieron avanzando como si nada.

Grados Inesperados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora