Durante mi vida entera me han dicho que la vida se trata de elecciones, decisiones. Que somos una gota de luz en medio de la oscuridad, que decide haces haces dorados hacer brillar y cuáles no. Y que el resto se desarrolla frente a cómo actuamos sobre nuestras decisiones, de si tomamos responsabilidad sobre ellas.
También siempre he sabido que puede faltar de todo en la vida, excepto malos momentos. Tenemos más de mil razones para ser miserables día a día y, aún así, siempre podemos elegir una razón por la que sonreír, sea una flor azul en la que buscar un cielo estrellado, una pintura que alegre a los ojos con sus colores o la simple sonrisa de alguien que quieres.
No creo que podamos ser felices. Solo un idiota puede ser feliz todo el tiempo. Pero si que podemos tener momentos felices. Muchos, millones si así lo deseas. Y todo depende de nosotros mismos. De nuestras elecciones, de aquellos haces de luz que hacemos brillar en la oscuridad, del rumbo que tomamos al caminar.
Escribir esta novela fue más que largar algunas palabras y metáforas melódicas sobre un pedazo de papel. Fue un proceso personal, que me acompañó mientras lloraba y reía a lo largo del 2015.
Aquella Emery acechada por demonios me representa durante los comienzos y finales del año. La Emery del epílogo es alguien en quien me estoy convirtiendo.
Christian es mi lado que oculta sus cicatrices con sonrisas, que prefiere reír durante el día y llorar y extrañar a solas bajo las estrellas. No me avergüenzo de admitirlo, no me gusta llorar frente a otros, aunque a veces hace falta un hombro como el de Emery sobre el cual sollozar.
Por otra parte, Christian también representa aquella parte de mí ansiosa por ayudar a alguien roto, a pesar de mis propias heridas. Es una parte que creo que todo ser humano tiene, esa ansiedad por sentirnos necesitados.
Me gustaría agradecer a aquella pequeña que se ha robado un pedazo de mi corazón a mordiscos y me ayudó a inspirar esta historia al golpearme esa mañana mientras la molestaba y ella dormía. Supongo que sabes que hablo de ti. Buen gancho ;).
También a mis flores azules, que me ayudan a encontrar estrellas en los días más oscuros, y a aquellos aviones de papel que me muestran las bellezas del mundo desde sus coloridas alas.
También a las raíces de mi alma, que siempre estarán allí para apoyarme y no dejarme caer, a pesar de las tormentas que quiebren mis ramas y amenacen con derrumbarme.
Y por último a mis amados y amadas lectoras, que solo me han alegrado estos casi tres años que llevo en Wattpad. Gracias por hacer de mi vida un lugar más cálidamente anaranjado.
Gracias a todos por acompañarme en esta historia y crecimiento personal.
Al final, Christian entendió que Emery no era una margarita. Pero tampoco era una rosa. Ella era una persona, real, que luchaba contra sí misma por momentos felices, al igual que él. Y lograron encontrarlos, manteniéndose juntos, y con algo de ayuda de los colores del viento.
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Los Colores del Viento
Teen FictionEmery ha sufrido toda su vida. O por lo menos lo había hecho hasta que dejó a todas las personas que la amaban atrás y se subió a un barco sin conocer su destino. Cuando Christian vió a Emery por primera vez creyó que era una margarita. Hasta que se...