Capítulo 39: Necesitamos hablar

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— ¿Daniel? —pregunté sintiendo un leve golpe bajo al pronunciar su nombre.

– Sí, Daniel. —afirmó Mónica.

– Bueno... —dije simplemente encogiéndome de hombros.

– ¿Bueno? —me cuestionó ella mirando la pantalla de su celular que seguía sonando insistentemente.

– Contestale. —dije con seguridad, pero antes de que ella descolgara la llamada la detuve— Contestale, pero si te pregunta por mí, dile que no estás conmigo.

Mónica me miró un segundo como si estuviese tratando de analizarme y luego se dispuso a contestar, la vi hablar al teléfono y por obvias razones no escuché lo que Daniel le dijo en el transcurso de la llamada.

– ¿Qué te dijo? —le pregunté cuando guardó de nuevo su celular en su bolsillo.

– ¿Quién? ¿Daniel? —me cuestionó ella.

– No. —dije con sarcasmo y mirándola en plan: "¿En serio lo preguntas?"

– Me preguntó si estaba contigo, le dije que no, insistió diciendo que tu no conocias a muchas personas a las cuales recurrir aparte de los chicos y de mí, yo le insisti que no estaba contigo. Entonces dijo que si sabia cualquier cosa de ti lo llamara, que en serio necesitaba hablar contigo, y explicarte todo.

– ¿Explicar? ¿Qué va a explicar? Todo está claro, Mónica. Me engañó, fin. —dije duramente y sintiendo un nudo horrible en mi garganta.

– Mira _____, yo creo que tienes que escucharlo, tan sólo oir su explicacion.

– Pero es que no la hay, o tu crees que si hubiese sido al revés y yo le hubiera puesto el cuerno, ¿él me escucharía? Obviamente no.

– ¿Qué sabes tú? Puede que sí.

– Ah, pues mira, no sé... Lo único que sé es que no quiero escucharlo, por lo menos no ahora.

– Igual vas a tener que hacerlo. Cuando vayas al apartamento por tus cosas, él va a aprovechar esa oportubidad para explicarte todo.

– Yo sé, pero siempre se puede ignorar.

– Es muy inmaduro de tu parte, sigo pensando que deberías escucharlo.

– ¿Tú estás a mi favor o en contra mía? —pregunté cortante.

– A favor tuyo, obviamente. —dijo— En las buenas y en las malas siempre, ya te dije. No te enojes conmigo. —dijo riéndose mientras se acercba para abrazarme.

– Ok. —contesté distante sin corresponder a su abrazo, aunque en realidad estaba sonriendo y quería abrazarla.

– ¿No le perdonarás este desliz a Daniel? —me preguntó Mónica luego de unos minutos en silencio.

– No lo sé, la verdad. —contesté sincera.

Tenía muy clara mi postura de regresarme a México pero no sabía qué pudiera pasar cuando lo tuviera en frente mio pidiendo perdón. Estoy enamorada de Daniel, y cuando estás enamorado, te conviertes en la persona más estupida sobre la faz de la Tierra.

(...)

– El baño está al fondo a la derecha, somos de la misma talla, entonces agarra la ropa que quieras de mi closet, con confianza. —dijo Mónica abriendo la puerta de su apartamento temporal en Colombia, mientras se hacia a un lado para dejarme pasar.

– Mil gracias, de verdad no sabes cuánto te agradezco esto. —dije y con confianza entre en su habitación para buscar ropa para mí.

– No es nada, mujer. —le oí decir a ella desde algún lugar del apartamento.

Agarrando la ropa, me dirigí al baño, donde me deshice de la mia y me meti en la ducha.

Mi baño fue rapido, mucho mas rapido que de costumbre. Ya lista y secando mi cabello con una toalla  que tome de alli, sali a reunirme con Mónica que estaba cambiando canales en su televisor.

– ¿Ya? —me preguntó al verme.

– No. —use por segunda vez ese tono de sarcasmo y ella rodó los ojos.

– ¿Te presto algo para que te peines?

– Por favor. —pedí, ella se levantó de su sitio y desapareció por el pasillo. Al volver lo hizo con un peine/cepillo para el cabello que me entregó.

– ¿Comes algo antes de ir por tus cosas o qué onda?

– Va, pero... ¿Dónde se supone que me voy a quedar? —pregunté y esta vez fue ella la que me lanzó esa mirada de: ¿En serio?

– Obvio aquí, ya luego viajas a Mexico, alla nos encontramos y arreglamos todo para encontrar una universidad y un apartamento para ambas.

– Mil gracias, de verás. —le agradecí como por decima vez en el día de ayer y hoy.

– De nada... —me contestó ella, al mismo tiempo que el timbre de su casa sonó— ¿Quién? —preguntó como la persona al otro lado de la puerta fuera a levantarse.

Con desgano se levantó de donde estaba y se dirigió a la puerta mientras yo seguía peinando mi cabello mojado.

Ella miró por el pequeño orificio en la puerta y de inmediato me miró a mí con cara de horror.

– ¿Qué?

– Daniel. —dijo simplemente y antes de que pudiera yo decir o hacer algo, ella abrió la puerta. Aunque no del todo— No está, te lo juro que no. —la oí decir.

– No te creo nada, Mónica. —oí su voz y me tense deteniendo la acción que estaba haciendo— _____, princesa, sal, necesitamos hablar, en serio.

Me quede quedé completamente en silencio y Mónica volvió a hablar.

– No está aquí, Daniel. Por favor vete, no quiero ningun escandalo aquí.

– Mónica, por favor. —lo escuché rogar.

– Ya te dije que aquí no está, Daniel. —insistio mi amiga mintiendo.

– No me digas mas más a mentira, por favor. Sabes perfectamente que aquí está y yo no me muevo de aqui hasta que no salga.

Negué con la cabeza por su terquedad y sabiendo como era y que efectivamente no se moveria de ahi, decidi que lo mejor era darle la cara. Entonces, tomando fuerza y aire me dirigi a la puerta y me pare al lado de Mónica con los brazos cruzados y el semblante serio.

– ¿Que es lo que quieres? —le pregunte de mala gana.

– Hablar. —contestó juntando las palmas de sus manos como si estuviera rogandome.

– ¿De qué?

– _____, tu sabes de qué. Necesito explicartelo todo, por favor.

– No quiero oir tus explicaciones tontas. —le dije.

– Por favor.

Mire a Mónica pidiendole espacio para Daniel y yo a solas. Ella asintió, y se fue se su apartamento, quién sabe donde.

Daniel finalmente entro y lo primero que hizo fue abrazarme tomandome por sorpresa.

– Perdoname, por favor dejame explicarte. —susurró apretandome fuertemente hacia él, como si yo en cualquier momento pudiera desaparecer del universo— No te quiero perder.

Dijo y alli toda mi seguridad se vino abajo, pues Daniel habia dicho eso ultimo con un pequeño tono de voz que me dava a entender que estaba llorando o tenia ganas de hacerlo. (De llorar)


Hola ¿como están? Espero que se encuentren súper bien, les quería contar que desde el lunes ya estoy en el colegio de nuevo 🙍🏻. Trataré de subir más seguido aunque no les prometo nada.

En este capítulo le quería agradecer a XoxoAddictedToU por ayudarme a escribirlo❤️ te amo nena.

Las amo mucho❤️
-T

Solo fue un Tweet - Daniel Patiño y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora