Capítulo 43: No es un adiós, es un hasta pronto.

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-No seas exagerado, solo fue un día —le respondió Mónica matando el sentimiento que tenía el comentario de Daniel—

-Que hueva usted, tan mala —le reprochó Daniel—

-Daniel, no quiero sonar grosera porque estamos en tu casa, pero, ¿puedes dejarnos a solas para poder empacar tranquilas?...Por favor —agregué al sonar un poco grosera—

-Eh... claro —me respondió Daniel saliendo de la habitación rascando su nuca en señal de incomodidad, después de todo este tiempo ya conocía sus muecas e iba a extrañar todo eso—

(...)
-Lo voy a extrañar —le comenté a Móni después de largo tiempo de estar en silencio—

-¿No piensas perdonarlo? Digo, ya sé que te fue infiel y toda la cosa pero, lo amas se nota aún en tu mirada —me cuestionó mientras seguía acomodando mi ropa en mi maleta—

-No sé, aún es muy temprano para pensar en eso y la verdad por el momento solo quiero irme lejos de aquí y olvidarme de lo que ocurrió las últimas 48 horas —me senté en el lugar de Daniel de la cama y pude ver la foto que tenía de los dos en su velador, la tome y la abrace intentando así meterme ese lindo recuerdo en mi pecho, sí, ahora solo era un recuerdo—

-Te haces mal sola, sabes que no puedes estar lejos de él y aunque pudieses no quieres —sentí que se sentó a mi lado y me puso su mano en mi hombro— trata de darle un escarmiento, pero no terminen

-Ya sé, pero, me da coraje aún saber cuánto tiempo me lo oculto, tal vez, solo tal vez, si me lo hubiera dicho desde un principio y no me hubiera contado delante de todos para dejarme como cuernuda no me hubiera dolido tanto y hoy estaríamos felices, superando una infidelidad —y ya no aguante, había tratado de no llorar en toda la mañana pero sabía que me era imposible hacer eso, yo no podía y no quería, conocía solo una forma de desahogarme y era la que me hacía ver más vulnerable pero ya no importaba—

-______, yo... —me nombró Sebastián Villalobos entrando a la habitación, rápidamente procedí a quitarme las lágrimas de la cara, para mi buena o mala suerte no traía maquillaje ese día, así que, no se me había corrido el rímel— ¿está todo bien?

-Sí, ¿usted no lo está? —le contesto Mónica con un poco de sarcasmo

-¡Qué odiosa que es!, pero no le preguntaba a usted, le decía a ______, de usted la verdad no me importa, para eso lo tiene a Mario —le contestó Sebas V. En un tono paisa, causándome reír, la verdad que amaba que ellos dos se pelearan, claro, si es jugando.

-¡Qui idiisi qui is! -lo remedó Mónica—

-Ya no peleen, si estoy bien. ¿Pasó algo? —interferí para que no sigan—

-La verdad, no. Solo es que me aburrí de estar ahí sin hacer nada, esos dos están en sus celulares y pues me quise sentir útil, así que pues, ¿hay algo en qué les pueda ayudar? —pregunto Sebas sentándose a una esquina de la cama

-Pues... puedes ir sacando esa maleta afuera, y si eres muy buena persona, me puedes llevar algunas cosas en tu maleta —trate de hacerle carita de perrito para que me diga que si, pero vamos, se terminó riendo muy fuerte en mi cara—

-Te ves muy chistosa haciendo esa cara, pero, si soy muy buena persona y para que lo veas, te voy a llevar tus cosas —y se tiró a la cama—

-Chicos, estoy yendo con Paisa al supermercado —dijo Mario entrando a la habitación— volvemos dentro de un rato, sino llegáramos, vayan nomas a la casa de Sebas, nos vemos para comer— y sin más se despidió de Mónica con un beso en los labios y a los demás con un choque de puños, aunque a mí me dio un bonus y me dio un pequeño beso en la cabeza.

Solo fue un Tweet - Daniel Patiño y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora