La llamada

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- Hola Leandro - al escucharme se voltea sonriente y sorprendido.

-hola Sonya - dice y me abraza.

- ¿que haces aquí? - pregunto devolviendole la sonrisa. El sigue rodeandome con su mano y lo aparto disimuladamente, porque se que Axel nos esta mirando y tambien porque es incómodo.

- vine a verte

-¿a verme?

- si, llegue hace unos minutos y desde recepcion llamaron a tu cuarto para avisarte pero no estabas, decidí esperar un poco aquí y para mi sorpresa aquí estas

- ¿viniste desde tan lejos solo a verme?

- sí, te dije que te haría una sorpresa

- pues no creo que haya sido buena idea - el me mira sorprendido y frunciendo el ceño - lo siento

- no, de verdad no debí venir tienes razón

- no, es que no quiero que confundas las cosas, solo soy amable contigo Leandro, no quiero que confundas mi amabilidad con otra cosa - sus ojos oscuros me miran con atención y un poco de enfado.

- esta bien - dice luego de un fuerte suspiro - lamento haberte molestado, debí haberte avisado aunque pense que sería una sorpresa agradable para ti

- si, es agradable pero es que estas aquí con las intenciones equivocadas, mira Leandro, eres un chico agradable y muy detallista, pero no ... no me gustas, de la manera que crees, solo ... eres un buen amigo, y siempre te considerare como eso... un amigo - me mira serio esta vez con un poco de tristeza y decepsión, pero luego intenta discimularlo sonriendome.

- esta bien, pero una pregunta - le asiento -¿sales con mi hermano? - no respondo, no se si decirle que somos novios o no, Leandro sonrie irónico al ver mi reacción - ya veo, de veras lamento haberte molestado y que te vaya bien con Axel - paga su trago y se va sin mirar atras, yo suspiro un poco triste porque no es lindo que te rompan el corazón y acabo de romperselo a alguien.


Me despierto envuelta en las sabanas con sus manos rodeandome, alzo la mirada para ver lo pacífico y angelical que se ve cuando duerme, su pelo rubio esta alborotado seguramente por el paseo que dieron mis manos en el anoche, me quedo observando su rostro por un largo rato y no me canzo de hacerlo, en serio. Me pongo a pensar en todo lo que hemos pasado en estos dos meses que tenemos conociendonos, las peleas, confuciones, celos, me río ante el recuerdo, y ahora miranos, estamos los dos totalmente desnudos abrazados debajo de estas sabanas, los recuerdos de lo que ocurrió anoche me hacen sonreir anonada y en ese justo momento Axel abre los ojos y me sorprende observandolo, me sonrojo al ver que me sonríe y se estira un poco de bajo de mi.

- buen día Sonya

- buen día Axel

-¿como amaneciste?

- muy bien ¿y tu?

- complacido y feliz

- eso me alegra

- ¿y tu? ¿estas complacida?

- mm, diría que hay un par de cosas que hay que mejorar - bromeo con él, me mira con los ojos entrecerrados y de un rápido movimiento se coloca sobre mi colocandome ambos brazos sobre mi cabeza.

- ¿ah si? ¿como cuales? - dice mientras me deposita pequeños besos en el cuello

- ah ... bueno - imposible pensar con el haciendo eso.

- vamos ¿cuales son? Eh - dejando de besarme ¡¿por que paras?! ¡me estas torturando!

- pues que aveces hablas demasiado - lo desafío con la mirada, el me sonríe y de repente su mirada se oscurece

- te voy a enloquecer Sonya - y antes de que pueda decir palabra me besa. Ambos nos entregamos una vez más, sin decir nada, solo disfrutando el uno del otro haciendo que cada beso, cada caricia haga de este momento mas intenso e inolvidable para ambos. Lo quiero y se que el me quiere tambien, lo puedo notar por la manera en que me mira y como me desea, un deseo que pocas veces vi en la mirada de Carlos, aunque esta mal que los compare porque son simplemente incomparables.

Nos separamos exhaustos, respirando de manera entrecortada habiendo saseado el deseo que teniamos el uno del otro, cuando mi respiración se alenta un poco lo miro y lo descubro observandome, me sonrie y me rosa los labios con el dedo pulgar.

- ¿algo mas que deba cambiar? - me pregunta y yo niego con la cabeza, se rie - ¿estas complacida ahora?

- ninguna queja por ahora - me sonríe triunfante y me atrae aun mas a él, si es posible. Y como nada puede ser tan perfecto nos interrumpe el sonido de un celular. Bien.

- ¿es el tuyo? - le pregunto intentando levantarme pero él no me deja.

- no se, y no me importa - me dice abrazándome de nuevo

- vamos puede ser importante - digo y el bufa molesto soltandome a regañadientes. Se pone de pie y empieza a pasearse totalmente desnudo por la habitación, me sonrojo al ver que lo hace con naturalidad como si fuera lo mas normal del mundo.

- tapate ¿quieres?

- por como me miras creo que no es eso lo que quieres - me pongo roja como un tomate y le lanzo un cojín, el lo atrapa y se lo coloca en sus partes se agacha y toma su pantalon, el celular deja de sonar por un momento pero la persona insiste de nuevo y vuelve a sonar - me temo que esto es algo que tengo que hacer con ambas manos - deja caer el cojín y de nuevo estan sus partes libres al aire intimo, no perdón, sus partes intimas al aire libre. Estar en esta situación me hace confundir las cosas. Toma el pantalón con una mano y con la otra saca el celular del bolsillo, frunce el ceño al mirar la pantalla pero aun asi toma la llamada.

- bueno - el me mira aun frunciendo el ceño pero este se relaja al parecer porque reconoció la voz - Carlos - el corazón se me para al igual que mi respiración, he de estar pálida porque Axel me mira de una manera extraña pero eso no importa ahora ¿acaso acaba de decir Carlos? Escuchar su nombre provoca que me desestabilice. ¿es el Carlos que creo?

Mi estúpido jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora