Frank Spoiler
Andrés casi sufrió un infarto, lo que tanto temía había ocurrido, su querida amiga Mar estaba en peligro, su vida pendía de un hilo y solo él tenía en sus manos la clave para salvarla. Miró de soslayo a su amada Brigitte... «¿qué podía hacer?», se preguntaba, se solazó mirándola, Brigitte estaba quieta, lo observaba, mientras él lentamente, con una sola mano, y sin dejar de acariciar cada centímetro de su aterciopelada piel con la otra, dejó que sus dedos la fuesen desnudando; separando de su cuerpo cada pieza de tela. No quería pensar en otra cosa que no fuera en hacerle el amor, la deseaba tanto, que ni siquiera el saber que su mejor amiga había sido raptada por Andrea de Martino, el mafioso esposo de su querida Brigitte, y que estaba en severo peligro, era capaz de parar su desenfreno.
Hábilmente, sus dedos, fueron desanudando cada botón o nudo de tela que dejaba caer silenciosa al suelo, incluida su minúscula y perfumada braguita negra... dejando al fin su cuerpo, bronceado y húmedo, desnudo, temblando, además de convulsa y agitada, tiritando de placer, a merced de su boca, de su sexo y de sus labios ávidos.
Andrés se tumbó a su costado, junto a ese ardiente y explosivo cuerpo de mujer que, juguetón y cálido, lo llevó a tal estado de excitación y calentura que se le hizo difícil o imposible poder controlar sus impulsos varoniles de lanzarse y poseerla rápido sin esperar a más...
Andrés sé sentía ardiendo... sus manos se asemejaban ya a un lanzallamas, así parecía sentirlas ella que, notaba cómo se le erizaba todo el vello de la piel, se quemaba, y sus gemidos ya no eran gemidos, sino alaridos y gritos que no quería ya esconder ni ocultar.
Andrés se embelesó observándola por un instante y lo corroboró, lo deseaba tanto como él.
Pero no se dejó vencer por la tentación y se bebió sus suspiros, bajando y lamiendo con su lengua ansiosa el canal humedecido de sus senos.
Perlas de sudor y de deseo que bajaban sin ningún freno por entre medio de los dos redondos y firmes pechos.
Andrés se dejó atrapar por el ardiente impulso de morder las dos diminutas y jugosas fresas de sus pezones, que le llamaban a gritos pidiéndole sin reservas su lasciva y húmeda caricia.
Brigitte también quiso jugar, separando sus muslos dejando a la vista su excitado y fluvial sexo, convertido, por obra y milagro del deseo, en un cenagoso y adictivo pantano de lujuria.
«Quizás mañana ya no estuviera vivo», pensó angustiado Andrés, pero solo fue un segundo. Todo creyó pensarlo en un segundo, o al menos ese es el tiempo que él creyó que había dedicado a "soñar despierto" en cómo le hacía el amor a su amada "por última vez".
―¿Qué sucede cariño? ―Rompió su ensoñación Brigitte.
―Tu esposo tiene en su poder a Mar ―dijo Andrés mirándola con mucha tristeza y rabia, rabia por lo que podía haber llegado a ser y que él sabía que no podría ser―. ¡Tenemos que irnos, debes volver con Andrea de Martino!
La angustia, el dolor y la desesperación pensando en su amiga, en Brigitte y en todo lo que iba a perder hizo que tirara de ella bruscamente sin darle mayores explicaciones y haciendo que la francesa se llevara con miedo su mano izquierda a su vientre y rompiera a llorar silenciosamente, como si algo en su interior se hubiera roto en mil pedazos. Ella tampoco entendía por qué su marido actuaba con tanto descontrol, no era común en él.
**********
Mar estaba confusa, todo había sido muy rápido, tanto que en menos de media hora se encontró encerrada y maniatada en manos de sus captores. Eran al menos cuatro hombres y solo el hombre que hablaba en esos instantes con su amigo Andrés le pareció conocido, aunque en ese instante no pudo cerciorarse del todo.
Entonces lo recordó, le vino de pronto a la memoria que era el esposo mafioso de Brigitte, el que había jurado matarla si Andrés no dejaba en paz a su esposa. Mar se puso a temblar y a pensar en cómo había llegado hasta allí... echó la memoria hacia atrás pensando en lo idiota e inocente que había sido al secundar y seguir a Andrés después de saber de las amenazas.
Recordó haber estado observando a su amigo Andrés mientras desaparecía por aquel callejón cercano y que tras unos pocos minutos, que le parecieron horas, los vio a los dos enlazados por la cintura y corriendo alegremente para protegerse de la lluvia que caía silenciosamente mojándolos a ambos y a ella también, que permanecía mirándolos silenciosa y con el corazón destrozado. Fue entonces, al volverse y dar unos pasos para retirarse sintiéndose derrumbada, que apareció aquel hombre de entre las sombras que la agarró fuertemente con un solo brazo por la cintura mientras que con la otra mano le tapaba la boca, evitando así que pudiera gritar para pedir auxilio. Todo fue muy rápido, la empujó dentro de un vehículo y tras un trayecto corto, allí estaba, en manos de aquellos desalmados.
Un empujón y una sonora bofetada la sacaron de su abstracción haciéndole dar un grito de miedo y dolor:
―¡Ahggggg! ¡Andréssssssssssssssssssss!
**********
Unos ojos sí vieron lo sucedido, cómo al otro lado de la calle en un furgón negro marca Mercedes Vito con los cristales tintados, un musculoso y peligroso individuo (Andrija Dubravko, antiguo capitán de las fuerzas armadas croatas y actualmente matón y mano derecha de Andrea de Martino), se quitaba el escucha del oído izquierdo y salía con parsimonia del furgón mientras Mar caminaba totalmente abstraída en su tristeza y rabia. Nada pudo hacer la joven cuando un robusto brazo la agarró fuertemente por la cintura y una férrea mano tapó su boca de hermosos labios rosados; no tuvo tiempo de reaccionar, todo fue muy rápido y la oscuridad invernal ayudó a su captor a llevar a cabo la fechoría. Con mucha rapidez, Andrija Dubravko recorrió los escasos metros que lo separaban del furgón negro y abriendo la puerta corrediza derecha empujó a su interior y sin mayor miramiento a Mar, cerrándola seguidamente y poniéndose al volante para salir disparado de allí. De poco sirvieron los gritos de Mar, al estar en marcha, con los cristales de las ventanillas tintadas y cerradas, y la velocidad que llevaban, nadie podría verla ni escucharla.
—¿Quién es usted... y qué quiere de mí...? —preguntó Mar angustiada—.Yo soy una trabajadora, no tengo dinero ni lo tiene mi familia... ¿Qué es lo que busca? ¿No buscará de mí... —tragó con dificultad saliva al pensar con temor que aquel energúmeno buscara violentarla.
—¡Calla estúpida! —gritó Andrija mirándola con desprecio—. ¿Acaso te crees que te voy a violar? Todavía tengo "buen gusto".
Soltó una carcajada salvaje y abriendo un instante la ventanilla escupió al exterior. Después sacó un móvil del bolsillo derecho de su chaqueta y habló:
—Jefe, la tengo. —Al otro lado se escuchó la desagradable voz del mafioso Andrea de Martino.
—¡Tráemela enseguida! Le daremos una lección a ese niñato estúpido que no va a olvidar jamás, verás como a partir de ahora respetará la propiedad ajena. ¡A mí nadie me roba lo que es mío sin pagar antes por ello! —El enorme grito (o berrido) que soltó Andrea de Martino casi dejó sordo a Andrija, que tuvo que apartar de su oído el móvil con especial desagrado, y estremecer de pavor a Mar. «Ya llegará mi turno», se dijo entre dientes Andrija mientras suspiraba y pisaba el acelerador.
**********
Todo esto lo vio un hombre de ojos grises acerados,de unos cuarenta y cinco años, alto y corpulento y de cabellos canos, que tomóbuena nota de todo. «Tranquila amiga mía», masculló para sí pensando fugazmenteen su sonrisa, sus gestos y viendo el furgón con la joven en su interiordesapareciendo a toda velocidad por la desierta avenida. «Te prometo que noconsentiré que te ocurra nada malo, te lo juro...». Juró mientras soltaba un exabruptoe iba hacia su auto.

YOU ARE READING
El peligro de amar
RomanceEl peligro de amar, es la segunda creación de la dinámica llamada "Anaquel Live" del grupo literario "Anaquel Literario", en esta ocasión el género romántico pero... no solo eso... descúbrelo. La escritora María del Pino es la invitada a dar inicio...