Comparaciones

62 6 2
                                    

Narra Louis:

Seguía en mi cuarto con Liam que parecía estar acabando de curarme.

- Bueno ya está- le sonreí- Deberías controlar tu lengua, sé que es difícil pero no me gusta verte asín

- Lo intentaré- quedamos de nuevo en silencio, mientras este recogía algunas cosas- Gracias- solté y este me miró, me iba a cortar pero seguí- No, dejame decírtelo. Gracias Liam, pero no sólo gracias por esto. Sino por todo, por haberme ofrecido unas mantas y un pijama esa noche en la granja- sonreimos al recordarlo

-Te metiste con mi pijama- asentí algo avergonzado pero este rió

-Gracias por hacerme reír con tus notas y tus rosas cuando peor estaba, sólo gracias por estar ahí cuando me veía sólo. Eres la luz en mi oscuridad- le abrace fuerte, este no me lo devolvió por no tocar los rasguños de mi espalda, pero me dejo un beso en la mejilla.

-No tienes que darme las gracias por eso, no son favores. Sólo lo hago porque me sale del corazón, no puedo ver a mi pequeño Boo triste o mal- asentí y quedamos de nuevo en silencio. Intentaba ordenar mi mente, esto era difícil. Liam estaba llegando a mi corazón y yo no podía evitarlo.

-Me ayudas a ponerme la camiseta- no quería rozar la tela, con mis rasguños pues eso me haría ver las estrellas.

-Estas bien sien ella- bromeó Liam, pasando su mano por mi abdomen. Sentí como mi piel se erizaba y el latir de mi corazón acelerado. Empezó a hacer círculos en mi piel y ha acercarse lentamente a mis labios. No sabía si apartarme o esperar el beso. Me quedé quieto y sentí sus labios en los míos. Abrí la boca y este metió su lengua, le seguí el beso de nuevo. Sus manos se fueron a mi pelo, acercando mi cabeza más. Yo apreté sus mejillas profundizando el beso.

Fue gracioso por que esto empezó por poner una camiseta y ahora estábamos quitandonos la ropa.

Sus manos exploraron cada parte de mi cuerpo, hasta que se pararon en mis nalgas. Me levantó y envolví su cintura con mis piernas. Estaba bien sentirse querido por unos momentos, pero no pude seguir. Quizás sea por el recuerdo de Harry, todavía lo amaba y no podía engañarme a mi mismo haciendo esto.

-¡Para!- Liam seguía dándome besos por el cuello y toda la cara.- Liam para por favor- su mano se fue a mi pene y empezó a tocarme mientras me besaba y mordia mi labio inferior. Me estaba empezando a sentir mal ¿porque no paraba? Intente apartarlo con mis manos, pero este las quitó. Separó mis piernas e iba a penetrarme, pero saque fuerzas de donde no tenía- ¡Liam!- le empuje y este reaccionó. Me fui a una esquina y me acurruque, juntando mis rodillas con mi pecho. Este se acercó a mi.

- Lo siento Louis, no sé que me ha pasado. Juro que no te quería hacer daño, sólo perdí el control.- me quedé en silencio, soltando leves sollozos. Este me besó la coronilla y se fue, diciendo mil veces perdón. Me quedé allí en la esquina todavía asustado.

Me levanté temprano, me vestí e intente no recordar lo sucedido la noche anterior. Salí de mi habitación para ir a la de Harry, rogando no encontrarme con Liam por el camino. No me lo encontré. Suspire antes de abrir la puerta.

Allí estaba Harry, semidesnudo en la cama con su carita de ángel. Me acerqué a la cama y me puse de cuclillas para estar a la altura de su cara. Tenía los rizos pegados a la frente y su boca entreabierta. Repiraba fuerte, soltando pequeños ronquidos.

Fue un movimiento involuntario el de acariciarle la mejilla. Sonrío al tacto y yo también sonreí. ¿Por que tenía que ser tan irresistible? No podía odiarlo, no podía ser duro con él. Mi plan era gritar muy fuerte para despertarlo y si eso no funcionaba saltar encima suya y golpearle con la almohada, pero no podía hacer eso.

El Príncipe y el esclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora