HERALDICA: LOBO BLANCO

CAPITULO 10: MAS ALLÁ DE LOS SUEÑOS

Sentía mi cuerpo entrar en estado de trance, reconocía a la perfección este bosque, este mismo camino. Por más que aceleraba mi ritmo no podía llegar al fin del recorrido. Comenzaba a  sentir una  opresión en el corazón, una oleada de terror recorría poco a poco mi cuerpo pero lo peor era que no tenía idea alguna de lo que pasaba. Pero, como un flechazo recordé donde estaba. Había corrido por este mismo sendero hacía apenas un año, tras la trágica muerte de mi padre. Sin ser consciente mis ojos derramaron lágrimas cargadas de dolor y odio. Al final del largo camino logre divisar una luz, a cada paso que daba más grande era el brillo cegador. Tocando unos cuantos haces de luz, mi corazón se revolvió inquieto. Dios… esto no debería de estar pasando, me decía una y otra vez. La escena delante de mis ojos se volvía a repetir otra vez, en esta ocasión no era mi padre quien se encontraba muriendo lentamente bajo el poder de Kyra; era Wade a quien se le escapaba la vida lentamente, lo más horrorizante era verle sus ojos, esos ojos que siempre se veían iluminados ahora eran dos estanques de aguas negras que daban terror. Mi subconsciente no paraba de llorar, el no por favor… el no! Decía una y otra vez. Si estar lejos de Wade me era doloroso, ahora perderlo a él también se me hacía desgarrador. Preferiría mil veces tener a Wade lejos de mi vivo a no tenerlo nunca más. Aunque esa lejanía me costara nuestra amistad.

¡Haz algo! Rugió mi subconsciente. Esa orden me basto para salir al ataque. Es en estos momentos en los que sacas el increíble poder que siempre has llevado dentro, no sabes ni como haces algunos de tus movimientos para ganar la batalla, simplemente los haces.

Con todas mis fuerzas corrí hacia Wade, a mi lado izquierdo venían hacia a mi dos licántropos del clan de Kyra eran bestias enormes. Esta vez no voy a salir huyendo. Cuando ambas vestías se lanzaron hacia mí con sus gigantescas garras listas a desgarrar mi piel se desvanecieron haciéndose humo. La risa de kyra se convertía en eco. Cuando gire hacia ella todo lo demás se oscureció, el cuerpo de Wade desapareció haciendo el mismo efecto que habían hecho los dos licántropos hacía apenas unos momentos. Solo éramos dos cuerpos frente a frente, Kyra y yo.

-Te he estado buscando por un largo rato mi queridísima Charly.- lanzo ella en tono burlón.- al fin nos encontramos de nuevo, ¿No te parece genial?

A quien quería engañar, esta mujer me daba terror. Es solo un sueño Charly, ella no te puede lastimar; dijo tranquilizándome mi subconsciente. Esto no es un sueño le respondí con ironía, esto es una pesadilla.

-Te han comido la lengua los ratones pequeña.- dio dos pasos hacia adelante, tratando de intimidarme.- ¡vamos! Así es como tratas a las viejas amigas.

Su risa malévola retumbo por todos lados, como si estuviéramos atrapadas en un cubo pequeño.

-Wade.- logre pronunciar.- no te atrevas a tocar a Wade. Tal vez cometí un error al huir hace mucho, mi padre no debió morir esa noche. Pero ahora es otra situación en la que nos encontramos y tu lo sabes.- pude oir sus dientes rechinar por lo que le acababa de soltar.- solo te lo dire una vez. Tu lo tocas y yo acabo contigo.

Mi subconsciente estaba eufórica, corrió hacia una mesa trepo en ella y se desgarro la camiseta que traía puesta. Poco le falto para darse golpes en el pecho como King Kong.  Kyra retrocedió los dos pasos que había dado con gesto serio, yo misma me sorprendí por ello.

-Entonces nos volveremos a ver niña.- el gesto burlón de hace rato había desaparecido.- ¡Ah! Por cierto, para que veas que ya no te guardo rencor alguno te daré un obsequio, tal vez esperes un poquito en recibirlo, ah pero en fin.- dijo con gesto despreocupado.- tendras tu regalo. ¿quieres saber que te voy a regalar?.- me dijo levantando ambas cejas dándole un aspecto maligno.- te voy a regalar un pase directo al otro mundo, ¿como ves pequeña? Te estoy dando la oportunidad de ver de nuevo a tus papis.