VII. Sweather Weather.

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Vamos a tener una aventura. Con la cabeza en las nubes, pero la gravedad centrada.





{Creo que estamos haciendo sentir incómodo al pobre Matt}

[Ñah. Nada que una terapia no pueda arreglar.]

Wade silbaba por los largos de los pasillos del gran helicarrier de The SHIELD, mientras las voces dentro de su cabeza hacían sus típicas conversaciones que a Wade no le interesaban en lo absoluto. Wilson saludaba a la gente, mientras estos le miraban totalmente anonadados y confundidos. No todos los días veías a un loco vestido de rojo y negro que anteriormente se ganaba la vida de una manera horrible, caminar por los pasillos de una organización benévola y sin fines de lucro hablando solo con sus "voces".

Wade era tan extraño. Extraño no, de hecho, era excéntrico hasta la médula.

La canción de She's kinda hot rondaba por su cabeza y no hallaba manera alguna de sacarla de su trastornada mente. Mientras sus ariscas voces vociferaban cosas sin sentido y totalmente ásperas a su alrededor.

{¿De verdad crees qué se vaya a fijar en nosotros?}

[¡Obvio qué sí, Germán! ¡Todos nos aman! ¿Cómo él podría no dejarse llevar por nuestros encantos?]

{Porqué...estamos locos.}

[¿Y? ¡La demencia es la nueva cordura, mi amigo! ¿Qué persona qué sea amada por todos no está ligeramente loco?]

{Touché.}

Wade simplemente siguió con ese mohín juguetón en su rostro que no se notaba por la máscara que usaba las veinticuatro horas del día para ocultar sus marcas inevitables que contaba anécdotas bizarras.

Wade nunca lo admitiría, pero de verdad odiaba sentirse como un monstruo. Prefería esconder esa inseguridad inevitable a través de una sonrisa burlona que siempre acompañaba a su semblante como la mugre a la uña. Lo prefería mil veces que dar explicaciones. Prefería ser falso.

A veces desearía ser cuerdo. Solo a veces, para no decir todo el tiempo.

Sus pasos se oían incesantes y rápidos por los largos y alumbrados pasillos, hasta que una voz fuerte y femenina se coló en su andar.

― ¡Wade! ―Exclamó Natasha, trotando levemente por los pasillos para alcanzar a su extraño compañero.

― ¡Rusa ninja! ―Saludó él, sonriéndole por debajo de la máscara a la mujer de bonito aspecto y actitud.

―Quiero... ―Ella sonrió.― Quiero felicitarte por haberlo hecho tan bien ayer, Wilson. Eres un genio.

―Dime algo que no sepa. ―Alardeó él, sonriendo de una manera inevitable e irreconocible.― Bueno, o al menos algo que tenga que ver con mi asombrosa actitud porqué si hablamos de matemáticas, letras o química te aseguro que no sé nada en lo absoluto.

―No te disperses del tema, Wilson.

― ¡Lo siento, lo siento! Mientras tú hablas de algo yo ya he pensado en ese algo y ya estoy procesando otro algo... Y... Y... Soy muy complicado, ¿no? ―Preguntó él, haciendo que ella sonriera de lado, mientras se cruzaba de brazos.

―Pues todos en este lugar lo son, Wade. No es nada para sentirse acomplejado. ―Ella empezó a caminar por lo largo del pasillo, mientras el ex―mercenario le seguía con su andar juguetón― La pequeña niña a la cual salvaste con Peter está en el gimnasio. Creo que él está con ella ahora.

Bad Boy With Good Intentions.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora