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La gente me observaba esperando a que diese un paso hacia delante. Mi mirada estaba perdida, como mi mente, como mi vida.
El alcalde pro-siguió.
- Como sabréis, ya hace 20 años que hacemos este ritual para eliminar la poca oscuridad que queda en nuestro estado. Hoy, Jane se someterá al efecto del espejo.- me miró con sus claros ojos.- acércate, por favor.- dirigí mi vacía mirada hacia las gradas. Hacía todas las personas que esperaban impacientes lo que me deparaba en un futuro no muy lejano.
Moví levemente un pie. Mis manos temblaban, mi mirada avanzó hasta el espejo, sujetado por dos soportes en el centro de la plaza. La campana sonó, avisándome una vez más que me acercase. Mis pies se movieron, haciendo crujir mis articulaciones. Mi mano se levantó temblorosa, rozando el cristal.
- Jane, acércate más.- ordenó impaciente el alcalde. Mi suave toque hizo que todo el cristal se rompiese, rompiendo también mi anterior identidad. La gente gritó asustada. No me atrevía a mirar mi reflejo. Todas las camaras me enfocaban, siendo emitida por todas las casas del estado. Noté como dos pesadas manos se colocaban en mis hombros, presionándome, sin darme opcion a moverme. La cabeza me daba vueltas. Miré mi reflejo. Las sombras se cernían sobre el espejo, haciéndome soltar un sollozo. Empezó a llover, como siempre pasaba cuando alguien es destinado a morir en Naezin.
Mi cabeza daba vueltas, y la presión que esta mañana había sentido en mi cabeza volvía a hacerse presente. Mi mirada se hizo borrosa, y como si de un acto reflejo se tratara, pestañeé varias veces. Llevé mis sudorosas manos a los lados de mi sien, apretándola fuertemente, esperando a que el dolor pudiese disiparse.
«Ahora, Jane. Corre.»- el dolor desapareció de golpe, dejándome sorprendida. Miré a mis dos lados. La gente iba desapareciendo, complacidos por el espectáculo que les había dado.
Interiormente me formule una pregunta. «¿Hacia dónde?»
No tardo en volver a aparecer el dolor en mi cabeza. «Ves corriendo mientras te indico.»- miré a mis lados, precavida.-«Ahora. Hacia la puerta de atrás.»- me solté como pude del agarre del guardia y corrí hacia la salida de la calle de atrás, donde no había gente. Cerré la puerta y esperé a que siguiese hablando. Los pasos se acercaban. Cerré los ojos, concentrándome.
«Venga, sigue hablando…»- me dije a mi misma.
«Hacia la derecha, Jane»- corrí bajando la calle, mientras miraba hacia atrás.- «No mires atrás. Se darán cuenta de que estas ahí.»- desvié mi mirada hacia delante, donde una gran reja se cernía sobre mí. Mire a los lados.- «Izquierda. Se están acercando, Jane»- me giré hacia la izquierda. Corrí haciendo mover mis piernas al compás de los latidos de mi corazón.
Estaba demasiado nerviosa por lo que podrían hacer conmigo en el distrito de Naezin, que no me di cuenta de lo que estaba haciendo. Una voz odiosa me estaba ordenando que me fugara. ¿Dónde me estaría llevando?
«Para en la próxima esquina. No te muevas.»- vi la esquina y corrí con toda la adrenalina recorriendo mis venas. Llegué a esta, y vi como siete guardias venían corriendo hacia mí. ¿Esa voz en la cabeza habría podido ponerme en una emboscada?
Los pasos cada vez se acercaban más, y mi miedo se duplicaba a cada paso que ellos daban. Me giré, aún continuaba la calle.
- ¡Detente!- gritó una voz conocida. El alcalde corría detrás de mí, y a su paso los demás guardias.
Corrí por lo que quedaba de calle. La piedra del suelo se levantaba a cada paso que daba. Los cubos de vino que había vacios se caían a mi paso. Sorprendentemente, una fuerza negativa me acechaba.
Me giré. Los pasos se hicieron más presentes. Me iban a coger. Mientras cogía el poco aire que podía entrar en mis pulmones, me concentré.
«¿Que hago ahora?»- le dije a mi mente, esperando que la voz no hubiese desaparecido.
«Te dije que te quedases ahí, nena.»- dijo con cansancio la voz de mi interior.- «Sigue corriendo. Gira la última esquina a la derecha.»- suspiré cansada. Me dolía la cabeza, mis piernas no aguantarían más y finalmente, acabaría en sus manos.- «No te dejaré sola.»- mis piernas hicieron caso a la orden de aquella voz, mientras el dolor de cabeza iba desapareciendo momento a momento, igual que la voz. Hasta que se extinguió.
Sí que lo había hecho. Me había dejado sola, con 7 hombres y el alcalde persiguiéndome cargados de furia.
Llegué a la esquina y giré sobre mis talones. Me sorprendió ver como la oscuridad se cernía por aquella parte. Mis pies siguieron corriendo, no veía nada. Las sombras me desorientaban, y no sabía donde pisaba. Hasta que noté el contacto de unas manos contra mi brazo. Me apretó el agarre y me empujó contra una puerta, al tiempo que aquel brazo la cerraba. Seguía sin ver nada, pero sabía que estaba encerrada en un espacio cerrado.
- Te dije que no te dejaría sola, nena.- habló por fin aquella voz, pero fuera de mi cabeza.
* * * * * *
Gracias por leer, y lo siento si no entendeis algo. Poco a poco lo ireis entendiendo.
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Gracias, besos <3
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Shadows
FanfictionY cuando creía que todo estaba perdido, que la luz que vivia en su interior se apagaba, llegó Zayn para salvarla de la oscuridad. Para darle la esperanza que tanto necesitaba. ¿Puede ser el amor el causante de tanto dolor? La vida que renace del int...