Prólogo.

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PRÓLOGO.

El viento chocaba contra mi rostro, mientras las hojas que el otoño desprendía se amontonaban en las aceras. Miré hacia el cielo. Lucía rojo como el fuego, como si llamas inexistentes lo estuviesen abrasando. Las oscuras nubes se hacían presentes a ambos lados del cielo, anunciando el acontecimiento que tan nerviosa me tenia. Hoy se cumplían 18 años del nacimiento de la persona que daba vida día tras día, y deseaba con todas mis fuerzas que su reflejo no le jugase una mala pasada.

Corrí, escuchando las campanas que anunciaban la llegada de Zayn a la plaza. Ahora más que nunca debía estar con él. Tranquilizarle con una simple mirada, decirle que siempre estaría allí pasase lo que pasase, pero los nervios me carcomían por dentro.

Llegué sofocada a la plaza, donde todo el poblado yacía presente en la bienvenida o despedida de Zayn. Me senté en primera fila, donde solo un muro y el alcalde me interponían de él. Zayn miraba a todas partes, buscándome con la mirada. Cuando me encontró, sonrió aliviado, sabiendo que no le dejaría solo en una situación así. Pasaron los minutos, la gente se hacía impaciente a la vez que Zayn. Mis manos sudaban, mi cabeza solo podía procesar que en unos minutos podría perderlo todo. Podría perder a Zayn. Busqué su mirada, mientras secaba mis manos en mis pantalones.

Todos los distritos que había en el estado observaban el acontecimiento como único entretenimiento. A le gente le gustaba ver el dolor en los ojos de los que un día vivieron aquí.

El alcalde empezó a hablar, mirando a la cámara.

- Otro día más, desde hace 18 años, nos reunimos aquí para desenmascarar la verdad. Hoy, Zayn Malik se someterá al efecto del espejo, para poder seguir exterminando a los que no deberían vivir aquí.- hizo una breve pausa.- Zayn Malik, adelante. Y, sobre todo, que la suerte te acompañe.- sonrió dirijiendole una mirada sin compasión a mi amigo.

Zayn, en cambio, no apartaba su mirada de la mia. Me observaba con miedo desde el otro lado de la plaza. Una sonrisa confiada salió de mis labios, intentando calmar sus nervios. Sonó la campana. Los nervios parecían comerme por dentro. El alcalde advirtió a Zayn que se moviese, y así lo hizo. Sus piernas se empezaron a articular, caminando lentamente hasta quedar a escasos centímetros del espejo. Acercó la mano a este, con el nerviosismo presente en su mirada. Su leve toque hizo que el espejo se rompiera, acompañandolo por un sonoro estruendo causado por los vidreos cayendo al suelo. Sus manos temblaban, igual que sus piernas. La pantalla gigante que colgaba de la plaza enfocaba el espejo, esperando lo que era inevitable. El reflejo de Zayn era oscuro, con una mirada impasible, haciendo el completo caos en la plaza y en mi mente. Dos hombres musculados le agarraron por las axilas, mientras las lágrimas luchaban por no escaparse de mis ojos. Se le llevaban. Para encerrarle en el infierno en la tierra. Para torturarlo. Para no volver a verle jamás. Sus ojos estaban rojos, como el cielo. Su mirada ardía dentro de mi, como si de llamas se tratasen. Las nubes que antes estaban a los costados del cielo se hicieron presentes, tapando el poco sol que quedaba, dejando escapar pequeñas gotas. Estaba lloviendo, igual que su mirada. Me miró, haciendo aquella conexión especial que solo nosotros dos teníamos, y me sonrio con amargura.

"Te quiero" articulo con sus finos labios. Le sonreí mientras las lagrimas se agolpaban en mis mejillas.

"Y yo, Zayn" articulé en silencio, como él lo había hecho. "Te echare de menos" repeti el gesto y sonreí limpiándome las lágrimas. Los dos guardas se lo llevaban mientras el luchaba por seguir observándome.

"Yo más, Jane." Sonrió con amargura, y el alcalde se interpuso entre nosotros dos, cortando nuestras miradas. Vi como en la pantalla sacaban un primer plano de Zayn. Las lágrimas escapaban de sus ojos, como nunca le había visto hacer. Buscando las fuerzas que le faltaban, apartó de un empujon al alcalde y me miró, su mirada clavada en la mía. Mis ojos lloraban, al igual que los suyos. Me sonrió, tranquilizándome.

- ¡Jane!- me llamó, por encima de los gritos de la población.- ¡Prometo venir a buscarte!- dijo, mientras yo corría apartando a toda la gente que se cruzaba por mi camino. Llegué a la plaza central, aparte al alcalde llorando, y le abracé. Me encerrarían unas semanas por eso, pero ahora mismo no me importaba. Zayn estaría condenado toda su vida.

- Estas loca.- dijo riendo, mientras mis lágrimas caían en su cuello.- Escuchame, ¿vale?- dijo mientras me cogía la cara entre sus manos. El alcalde se acercó impaciente, mientras yo miraba a Zayn, esperando a que siguiese hablando.- Me buscaras, inevitablemente me buscaras, y te llevare conmigo.- dijo mientras yo sonreía, lagrimas humedecían mis labios.

- ¿Y como te buscare?- sollocé.

- Sin querer lo haras. Sin darte cuenta.- dijo sonriendo.- confía en mi. Mientras tanto, esperaré entre las sombras.

ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora