Capitulo 3

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Su mano seguía sosteniendo mi brazo, mientras yo intentaba recuperar el aire que había perdido corriendo. La adrenalina seguía corriendo por mis venas, alterando cada milímetro de mi cuerpo. Su toque hacía que el corazón me fuese a mil, debido al miedo que le tenía en esos momentos.  

- ¿Quién eres?- pregunté, cuando pude recobrar el aire que me faltaba. Mi voz denotaba miedo. Me zafé de su agarre bruscamente mientras el soltaba un pequeño y casi inaudible gruñido.

- ¿No lo sabes?- negué con la cabeza, siendo a los pocos segundos consciente de que no veía mis gestos. La oscuridad se cernía sobre nosotros.

- No.- rectifiqué. Chasqueó la lengua en símbolo de desaprobación. Largó un suspiro.

- Oh, nena, pensé que serías más astuta.- busqué su rostro con mi mirada, mientras él se acercaba a encender una tenue luz. Me permitió fijarme más en él. Era moreno, muy moreno. Definitivamente, no era uno de ellos. Era uno de… los míos.

Le dirigí una mirada llena de odio, mientras él sonreía burlón.

- ¿Entonces, te llamas…?- pregunté, con cansancio dominando mi voz.

- Mi nombre es…- hizo una breve pausa, mientras suspiraba.- John, nena. Me llamo John.- dijo, mientras buscaba mi mirada. Asentí mediante un gesto con la cabeza, estirando mi mano hacia la suya en modo de presentación. La estrechó, y sonrió. Una corriente eléctrica hizo estremecerme con su toque.

- Y-yo soy…- me hizo callar, emitiendo un chasquido con su lengua.

- Ya sé cómo te llamas,- sonrió, sus ojos brillaban en la oscuridad.- Jane.- dijo, con un tono de burla mezclado en su voz. Su sonrisa parecía iluminar el lugar en el que nos encontrábamos. Solté su mano rápidamente, incomoda.  

Intenté reprimir todas las preguntas que se formulaban en mi cabeza. Su rostro emanaba confianza, pero no podía estar plenamente segura. Mi vista se dirigió a la puerta, donde pasos lentos se acercaban. Su dedo índice chocó contra sus finos labios, dándome a entender que no emitiese palabra alguna. Se escucharon voces.

- Ellos lo tienen.- dijo uno de los causantes de los pasos. Su voz se vio interrumpida por su propia tos.- No podemos arriesgarnos.- dijo, con el miedo presente en aquella voz.

Era la voz del alcalde.

John me miró, mientras bajaba su dedo índice hacía abajo, introduciendo su mano en el bolsillo del pantalón.

- Alertemos a la población, alcalde.- dijo uno de los 7 anteriores guardias que me perseguían. La puerta era lo único que nos separaba de ellos.  

- No.- sentenció.- ellos no deben saberlo. Debemos hacer creer que Jane se encuentra en Naezin.- suspiró, cansado.- Debemos hacer creer que el escrito de Zinus ha sido recuperado.- pegó un golpe a la puerta, alertándonos a John y a mi.- No podemos exponernos más. Vayamos de vuelta a la ciudad.- suspiros se filtraron entre la puerta, y a los pocos segundos se escucharon pasos alejarse. Una sonrisa con autosuficiencia asomó al rostro de John.

- Sabia que no podrían entrar aquí.- susurró para él mismo. Le miré con los ojos entrecerrados, intentando descubrir lo que había querido decir con eso.

- ¿Por qué?- pregunté, con repentina inocencia bañando mi voz. Su mirada se posó en la mía, y la apartó rápidamente, ligeramente incomodo. ¿Qué le pasaba? Hizo un gesto con las dos manos, dando a entender que no tenía importancia.

- Aún no lo puedes saber.- susurró, mientras introducía sus manos en los dos bolsillos delanteros de su pantalón.- Hemos de irnos, nena.- se dirigió hacia mí, y me puso una mano en mi espalda, empujándome hacía la otra punta del espacio cerrado en el que nos  encontrábamos.

Abrió la puerta situada al otro extremo de donde habíamos entrado. La oscuridad seguía presente. Quitó su mano de mi espalda para apagar la tenue luz situada en el centro de la habitación. Cerró la puerta detrás de nosotros, mientras notaba como el viento chocaba contra mi rostro. Estábamos en el exterior. Solo podía distinguir los relucientes dientes de John y su mirada entre toda la oscuridad que nos rodeaba.

- ¿Va a ser siempre así?- largué un suspiro.- Así de oscuro, me refiero.

- Te tienes que acostumbrar.- dijo, suspirando también.- Vas a pasar mucho tiempo así.

Miré a sus ojos, lo único que podía ver con claridad. Su mirada parecía vacía.

Miré al frente. No podía descifrar nada de lo que se extendía después de nosotros. El miedo se apoderó de cada milímetro de mi cuerpo, haciendo que un escalofrió recorriese mi columna.

- ¿Tienes miedo, nena?- su voz daba a conocer la gran sonrisa que se extendía por su fina cara.

- N-no.- tartamudeé, haciéndole soltar una pequeña carcajada. Esa risa… la conocía.

Su brazo se posó en mis hombros, dándome un abrazo de lado.

- Avancemos, nena.- deshizo nuestro anterior contacto y puso su mano en mi brazo, haciéndome avanzar junto a él. 

*****

Hola cielos :) Estoy super contenta porque dios, hay un monton de lectoras con el poco tiempo que llevo, y pf.. me alegro muchisimo de que os guste. Pensé que sería demasiado diferente a las fanfics normales y a la gente no le gustaría, pero con vuestros comentarios... no se como agradeceroslo, de verdad.

La verdad es que este capitulo... no me gusta mucho. Pero bueno, igualmente he querido subirlo porque os lo mereceis. :)

Gracias nuevamente, comentad y votad, por favor. 

Besos

ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora