Lágrimas CAPITULO 4

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Al día siguiente por la mañana, se levantó ella antes que yo.

-Melo, levanta tenemos que ir a desayunar.
-¿Que hora es?
-Las 9, vamos viste te que el servicio de desayuno cierra a las 10.

No tarde en vestirme, bajamos lo antes posible. Hoy la notaba seria como cabreada conmigo.

-¿Estas enfadada?

Ella no contestó sólo me oía en silencio.

-¿Estas cabreada por lo de ayer? ¿Quieres que te pida algo de desayuno? ¡Contestame a algo!

Yo no pude aguantar más sus cambios de humor y me fui a tomar el aire y a pasear. Ella me hizo un par de llamadas, pero yo no las conteste del cabreo que tenía encima, además me envió un porrón de mensajes.

Volví a la habitación sobre la 1 de la tarde, cuándo abrí la puerta vino corriendo hacia mi ha abrazarme, noté como caía una lágrima encima de mi hombro.

-No te vuelvas a ir, te quiero. Me susurro al oído.
-¿Que te pasa Maria?

Me aparte de ella lo suficiente como para coger un pañuelo de papel de mi bolsillo y limpiarle las mejillas de lágrimas.

-¿Por que te fuiste?

Yo no pude verla así y me derrumbe.
Ella me cogió de la cintura y me abrazo, estuvimos así hasta 5 minutos sin movernos. Ella insistió.

-¿Por que te fuiste?
-Por que no soportó verte mal y por que te quiero.

La cogí de la mano y la senté en el bordillo de la cama, la limpie una lágrima que iba cayendo lentamente por la mejilla, ella tocó mi mano y sin pensarlo la bese, con miedo y sin saber muy bien lo que hacia pero la bese, ella me siguió el juego y eso me daba confianza y a la vez me relajaba,
estuvimos un buen rato sin despegar nuestras caras.

Yo me aparte, para mirar la hora.

-¿Deberíamos ir bajando para comer?
-Tienes razón, pero antes....

Y en ese momento me besó. Aaaa que feliz me hacia en algunos momentos.

Después de haber comido fuimos a dar una vuelta antes de irnos de vuelta a Madrid.

-¿Y ahora, que vamos hacer con lo nuestro se lo vamos a contar a alguien o no? ¡Melo!
-Si, si dime
-¿Te pasa algo Melo?
-No, nada nada

En verdad me preocupaba que luego hiciera al día siguiente lo mismo que otras veces, olvidarse de lo que había pasado y encima cabrearse conmigo.

Al cabo de un rato regresamos al hotel para coger las maletas e irnos.

En el trayecto de ida a Madrid estuvo muy cariñosa conmigo, diría que demasiado.

-¿Estas bien?
-Si, por
-Por que te veo más contenta de lo normal.
-Es por ti Melo.

En ese momento me puse colorada como un tomate. Tenía tantas ganas de hacer cosas con ella.... pero todavía no me atrevía a decirle todo lo que sentía de verdad.

Pero.... tu no eras hetero?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora