Isabella Darcing es una adolescente de 16 años pero con una actitud y mentalidad de una pequeña niña de 6 años. Cabello rubio, ojos celestes en los cuales se puede ver su inocencia, su piel es tan blanca como la leche y su mejillas tienen ese rubor...
Al llegar a mi casa, bajo la maleta de Isabella con una mano y con la otra tomo su pequeña mano. Durante el viaje estuvo callada y miraba las calles con cierta adoración, como si nunca hubiese salido de aquel lugar. Paro de caminar y abro la puerta de la casa, al entrar ella se queda mirando todo con suma atención. Sonrío observándola detenidamente. Piernas largas pero no tan torneadas, un trasero favorable para su edad, ella no es tan delgada pero tampoco rellenita. Perfecta. La sigo observando un rato más mientras ella sigue mirando todo. Unos labios que van acordes con ella, ni tan carnosos ni tan finos, una nariz respingada y sus ojos color celestes tan hermosos. Ella era tan bonita. Tan perfecta. Salgo de mis pensamientos cuando veo que ella me está mirando a mi -¿Te gusta la casa Isabella? –pregunto mientras dejo la pequeña valija de ella a un lado de la escalera. Ella me mira y asiente lentamente con su cabeza -Ven, vamos a ver tu cuarto –vuelvo a tomar su mano y subimos la escalera. Abro la puerta del cuarto que le tengo preparado y la hago pasar. Cuando ve su cuarto puedo ver como sus ojitos se iluminaron y sonríe ampliamente.
Isabella.
Estoy algo asustada, el señor Bieber me da un poco de miedo, su mirada es muy fuerte sobre mi, además de que él es muy grande a comparación mía.
Ahora que estamos en viaje, miro las calles, las veredas, las casas, el césped. Todo es tan grande por acá y distinto a como lo recordaba. Debo contarle sobre estos lugares cuando vuelva a ver a mis amigos.
Tuvimos que pasar por una gran puerta donde había gente con uniformes allí y después seguimos andando hasta parar al frente de una gran casa, debe de ser la del señor Bieber. Al bajar del auto, él toma mi mano y entramos a la casa. Una vez que entramos a la casa me quedo mirando todo con atención, era muy grande y bonita. Es todo en blanco con detalles en negros y tenía algunos cuadros colgados.
-¿Te gusta la casa Isabella? –lo miro y asiento con la cabeza– Ven, vamos a ver tu cuarto –tomó mi mano otra vez y subimos. Cuando me mostró mi cuarto, abrí mis ojos, es hermosa y mucho más grande que mi anterior cuarto. Las paredes son blancas y solo una tiene un color violeta claro, los muebles son blancos y los detalles eran en blanco, rosa y violeta. La cama es muy grande y está en el medio en el medio y sobre ella había muchos peluches ¡SÍ! Los amaba.
Lo miro tímida y lo abrazo, pasando mis brazos por su cintura, que es donde me llegaba– G-Gracias señor Bieber –le sonrío y siento mis mejillas algo caliente.
-No hay de que princesa, todo es por y para ti –se agacha y besa mi cabeza con cuidado– ¿Tenés hambre pequeña?
-S-Sí, un poco solamente
-Está bien, voy a hacerte tu biberón y cuando vuelva vamos a hablar un poco, ¿Esta bien princesa?
-Sí s-señor Bieber –contesté y pasé mi lengua sobre mis labios secos.
-Perfecto, mientras tanto puedes jugar con los peluches que hay arriba de la cama, son tuyos ahora –abrí mis ojos sorprendida y le sonreí y él también me sonrió. Besó mi cabeza y se fue. Camino hasta la cama y agarro dos peluches, me siento con ellos y me pongo a jugar con ellos, esperando a que mi papi vuelva para darme de comer.
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¡Heeey! Acá esta el primer capítulo, espero que les esté gustando
No sean lectoras fantasmas, por favooooooor. Me interesa saber que les parece y que piensan sobre la novela. Recuerden que estoy para leer todas las críticas constructivas
