Prólogo 2/2

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El chico sonrió y apuntó con su mano derecha. —El que se fue con él, pasa mucho tiempo aquí. Se lleva a sus clientes en aquella dirección, a unas dos cuadras, para ganar un poco de dinero. Es un callejón sin salida y nadie se atreve a ir allí.

Gerard no se detuvo a agradecerle, simplemente salió corriendo. Pasó la primera cuadra, miró de reojo en dirección a la calle principal y pudo distinguir un túnel sin iluminación. Entró al callejón de la segunda cuadra, se pegó contra el muro y escuchó con cuidado. El sonido de alguien quitándose la ropa y unas voces llegaron hasta sus oídos.

—No tan rápido, no necesitas apresurar las cosas.

La protesta no recibió respuesta, sólo se escuchó un crudo y errático gruñido en la oscuridad. Gerard sacó el arma de la funda que estaba debajo de su brazo. Estabilizó su propia respiración, saltó y apuntó con el arma.

— ¡Deténganse!

Todos se detuvieron obedientemente. Los ojos de su Objetivo lo vieron con una hostilidad inhumana, brillaban rojos en la profunda oscuridad. Manteniendo el arma en su dirección, Gerard se fue hacia adelante.

—Déjalo ir.

—Oye, no hay necesidad de que interfieras, todo es consensual.

—Será mejor que pienses tu consentimiento después de conocer sus verdaderos colores.

— ¿Verdaderos colores? —Dijo el chapero, dándose la vuelta. Sus ojos se abrieron sorprendidos y dejó escapar un grito. La poca iluminación del alumbrado público y la luz de la luna era todo lo que necesitaba, dos enormes colmillos salían de los labios del hombre. Los ojos color rojo sangre brillaban como el fuego del infierno.

El hombre tomó al chapero y lo lanzó contra Gerard, éste último ni se molestó en sostenerlo. El chapero cayó al suelo con un doloroso golpe.

—Toma... —dijo Gerard lanzándole un crucifijo de plata al chico y luego salió corriendo detrás del vampiro.

El vampiro corrió en dirección opuesta a la calle principal.

Quizás no sabía que era un callejón sin salida. Gerard lo atrapó contra la pared. La lisa superficie del muro no parecía poder escalarse. El vampiro titubeó tan sólo un segundo, enterró sus largas uñas entre los morteros que unían los ladrillos y comenzó a escalar.

Gerard se molestó y nuevamente apuntó con el arma. —Éste es real. —Dijo en voz baja y luego haló el gatillo. Tres balas de madera de espino con punta de flecha se ensartaron en la espalda del vampiro.

Cayó contra el suelo, gritando y revolcándose. El espino pertenece a la familia de las rosas, a las que los vampiros son extremadamente alérgicos. Incluso el roce de una bala pequeña de espino resulta devastador para ellos.

Gerard cambió el arma a su mano izquierda, sacó una pequeña linterna y apuntó al vampiro. La luz azul le pegó en el rostro y comenzó a gritar revolcándose por el suelo.

— ¡Detente! ¡Por favor detente!

—Genial —dijo Gerard — le afecta la luz ultravioleta, las espinas también. Hay cambios visibles, colmillos alargados, ojos rojo sangre y uñas como garras. ¿Es eso suficiente, Lindsey?

—Verifica su reacción contra un crucifijo. —Respondió por el audífono como si estuviera chequeando una lista, lo que era muy probable.

I Want To Bite [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora