Epilogo

563 70 44
                                    

Amor a primera mordida

Lindsey suspiró.

—Santo cielo, eres más terco que una mula.

Gerard no podía distinguir por el tono de su voz si estaba molesta o sorprendida. Se sentó sobre la cama, se recostó contra la almohada y la miró con hostilidad. —Disculpa si soy terco.

Su voz parecía irritada incluso para sus oídos. La bota de Bert en su garganta le había provocado una terrible laringitis. Su cuello estaba rodeado de vendajes. Había una cubierta quirúrgica debajo de su ojo derecho y alrededor de su boca.

—Lo dije como un cumplido.

Se sentó sobre la silla al lado de la cama y cruzó las piernas con gracia. El liguero podía verse desde la abertura de su ajustada falda. Gerard se encogió los hombros, la mujer era una provocadora.

—Lo dije considerando la paliza que recibiste, no tienes nada más que un hueso roto y una costilla fracturada.

—Sí, ignorando las heridas que cubren cada centímetro de mi cuerpo y la pérdida de sangre.

— ¿Perdida de sangre? Mejor dicho donación de sangre. El hecho de que pudieras sobrevivir a la mordida de un vampiro en tus condiciones es ya de por sí un milagro.

Gerard observó su muñeca derecha, como su cuello, estaba cubierta de vendajes.

— ¿No consideraste el riesgo de ser infectado?

—No tenía suficiente tiempo para hacer un análisis profundo de la situación. Estaba a punto de morir.

—Salta sin mirar y acabarás cayendo algún día. ¿Cómo se sintió crear un vampiro?

—Y qué demonios sé. —Dijo Gerard alejando la mirada.

Apenas podía creer cómo habían resultado las cosas. Frank debió morir junto con su creador, Bert. Pero bebió la sangre de Gerard, reemplazando a la de Bert y logró seguir viviendo, aunque en el proceso, Gerard se había convertido en el Maestro de Frank.

A pesar de ser un humano.

La primera vez que el Profesor Hopkins lo visitó y le informó de ese hecho, pensó que le estaban jugando una broma pesada.

El profesor negó con la cabeza. —Jamás habíamos visto algo así. Con respecto a los vampiros, lo que no sabemos podría llenar volúmenes enteros. Todo lo que podemos decir es que un descendiente directo sobrevivió a pesar de haber matado a su creador. Las posibilidades de que eso ocurra son casi nulas, pero hemos observado que existe un pequeño espacio de tiempo entre la muerte del creador y la muerte de un descendiente directo. Imagínalo como una lesión en un partido de futbol. La jugada continúa incluso después de que el juego termine.

—Lesión.

—Es sólo una metáfora. Si durante ese tiempo, una persona ofrece su sangre y no muere por anemia, entonces se convertirá en el Maestro, reemplazando al anterior. Pero cuando se trata de un vampiro in extremis, no existe ningún tipo de control sobre las variables existentes. Ciertamente no apostaría mi vida en ello. Fuiste muy afortunado, quizás el hecho de que él sea un vampiro tan inusual tuvo algo que ver.

Después de hablar unos breves momentos, Hopkins dijo que lo visitaría nuevamente con su esposa y se marchó. Lindsey llegó justo cuando él se estaba marchando, llevaba un enorme bouquet de rosas en ambas manos. Las colocó en un florero cerca de la ventana, los vivos colores le dieron vida a la estéril habitación del hospital y un leve perfume se esparció en el ambiente.

I Want To Bite [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora